Los humanos son criaturas adaptables. Cosas que, hace seis meses, sonaban inconcebibles son ahora una parte integral de la vida diaria. Ya no damos la mano para saludar, hablamos mediante videoconferencias en vez de en persona, y trabajamos en condiciones difíciles, incluso a veces con niños arriba. Pasó tan rápido que nos acostumbramos a todo. Frases como “aplanar la curva”, “crecimiento exponencial”, “estrategia de salida” y “nueva normalidad” que ahora dominan nuestras conversaciones, enfatizan la velocidad y la fuerza de los cambios que hemos atravesado. La crisis de coronavirus (Covid-19) sin duda, ha alterado la manera en que trabajamos ya que todo lo que solíamos hacer en el mundo exterior, ahora se hace en línea.
El retorno a la normalidad está ocurriendo rápidamente. De repente todo está abierto, los empleados están retornando a las oficinas, y los niños a clases. Pronto, los restaurantes y cafeterías volverán a abrir sus puertas en Israel. Realmente nos hemos adaptado a esta nueva rutina o será esta solamente temporal?
Trabajar desde casa
El líder indisputado, cuando se habla del impacto del coronavirus, es el trabajo desde casa. Toda compañía que pudo hacerlo envió a sus empleados a trabajar desde sus casas, aun antes de las regulaciones gubernamentales. El debate sobre las prácticas de trabajo remoto no comenzaron durante la crisis de COVID-19, pero el brote ciertamente aceleró la decisión final, forzando a las compañías que quisieran continuar operando a hacerlo incluso si en el pasado no hubiese sido su decisión. Mientras que Twitter dijo a sus trabajadores que podrían continuar trabajando desde sus casas una vez terminada la pandemia, Apple optó por volver a las oficinas de manera gradual, Facebook, mientras tanto, anunció un plan para transicionar un gran porcentaje de su fuerza laboral al trabajo remoto en la próxima década y transicionar a una fuerza de trabajo descentralizada.
“La gente habla del trabajo desde casa, pero la definición en sí es un error. El hogar no es para trabajar; pero el concepto del trabajo remoto o descentralizado trascenderá”, dijo Yossi Ackerman, ex presidente de Elbit Systems Ltd. y socio fundador de la cadena de centros de emprendimiento de Open Valley. “El COVID-19 probó que es posible conseguir resultados a la distancia y muchos CEO están cuestionando si es realmente necesario que todos los empleados trabajen desde la misma ubicación todos los días, sin excepciones”, dijo. “Cuando era presidente de Elbit, yo tampoco creía en el trabajo remoto, pero el brote probó que no era tan terrible como temíamos. El trabajo remoto continuará en alguna forma, mucha gente volverá a las oficinas, pero no todos. Algunas compañías, por ejemplo, podrían decidir que el 20% de sus empleados podrán continuar trabajando remotamente. Habrá más flexibilidad y las organizaciones serán menos vehementes en su oposición a esta idea”.
El trabajo remoto durante la pandemia fue un cambio de paradigma para muchas organizaciones, de acuerdo con Avi Shir, cofundador y CEO de la escuela de entrenamiento orientada a tecnología, Elevation Academy. “Para muchas organizaciones, el cambio hacia el trabajo remoto no fue una decisión, no tuvieron otra opción”, dijo Shir. “Cuando hicieron el cambio y se dieron cuenta de que funcionaba y ahorraba tiempo a los trabajadores, se dificultó argumentar que era una transición imposible o poco efectiva. Quizás no todos trabajen remotamente, pero habrá más flexibilidad”, aseguró.
Conferencias y exhibiciones
Las conferencias y ferias son una parte integral del mundo de los negocios. Durante el brote, uno a uno fueron cancelados y luego, poco después, reaparecieron como eventos en línea. Las conferencias y encuentros están diseñados para enseñar, pero más que nada funcionan como plataformas para crear redes y conocer gente. Algunas preguntas que aparecen a raíz de este cambio son: ¿Cómo es posible hacer eso en línea? Es posible trasladar las ventajas de las reuniones cara a cara al espacio digital? Nos seguirán acompañando los seminarios web y las conferencias virtuales una vez que se levanten las restricciones a las grandes reuniones?
“En mi mente, los seminarios en línea siempre deben tener un propósito específico, casi exclusivamente como una herramienta para que las compañías pasen información a un gran número de personas, en muchos casos para la implementación de un producto específico”, dijo Eyal Hoffman, socio gerente en el centro de innovación tecnológica urbana y plataforma de lanzamiento de startups Highroad. “Sin duda esta definición era muy limitada, pero aún no he encontrado suficientes seminarios en línea que me sean relevantes y sin duda no me han atraído suficientes como para cambiar mi percepción sobre su rol como herramientas”, dijo. “Pero luego llegó el COVID-19 y cambió radicalmente muchas de nuestras perspectivas sobre cosas que solíamos considerar triviales, nos hizo darnos cuenta de que habíamos dejado de cuestionar cómo y por qué hacemos las cosas, cómo las hacemos y si se pueden hacer de otra forma. Este cambio es particularmente importante en relación con conferencias y eventos del mundo de los negocios, lo que llevó a un gran aumento en los seminarios en línea. La pregunta es si este cambio será temporal o si llegó para quedarse.”
Del mismo modo que ocurrió con el trabajo remoto, el cambio al espacio virtual obligó incluso a los adictos a las conferencias a reconocer sus beneficios. “De repente descubrimos que era más fácil reunirse alrededor de una mesa virtual” dijo Hoffman. “En línea, es más fácil coordinar calendarios, incluso entre varias zonas horarias, el otro lado del mundo está tan cerca como el edificio de al lado, ésa es la mayor ventaja” agregó. “Mi conclusión es que todo todas las conferencias futuras también serán transmitidas en línea”, dijo. “Puede tomar tiempo, pero las conferencias físicas también volverán. La gente continuará viajando por eventos y reuniones de negocios, pero recordarán que también es posible hacerlo de otra manera. Los seminarios en línea tienen ventajas y desventajas, pero está claro ahora que es un sustituto adecuado e incluso en algunos casos preferible a las reuniones en persona”.
Reclutar talento
El mercado laboral ha cambiado tras la crisis financiera. La gente está dispuesta a aceptar menores salarios y trabajar para compañías que no aceptarían en tiempos comunes. Pero estos cambios vienen de la mano de la recesión y pueden ser ignorados. Otros cambios en cuanto al reclutamiento de equipos tienen que ver con cambios en las prácticas laborales, incluyendo la ubicación de las oficinas y los lujosos beneficios materiales que se ofrecen para atraer el talento.
“Hasta hace tres meses, la realidad era que resultaba imposible contratar talento sin oficinas en edificios de moda o centros en Tel Aviv. Hoy tenemos la oportunidad de reclutar gente que no vive en Tel Aviv y no trabajaría desde Tel Aviv, porque los empleados pueden ser productivos desde sus casas e ir a la oficina sólo dos días a la semana”, dijo Weisfeld.
La guerra por los mayores talentos no sólo ha cambiado porque las demandas son ahora más modestas, sino que también hay un foco distinto. “La industria tecnológica solía competir por el talento ofreciendo beneficios materiales como vuelos en clase ejecutiva, eventos lujosos, suscripciones a gimnasios, chefs privados, etc.” dijo Sharon Friedman-Dor, vicepresidente de Recursos Humanos en la empresa Bringg Delivery Technologies Ltd. “La gente se ha dado cuenta de que lo importante es trabajar para una compañía estable, con potencial, que ofrece productos relevantes al mercado”, añadió.
Aprendizaje remoto
Un progreso conceptual también ocurrió en cuanto al aprendizaje remoto, tanto en lo académico como en el mundo laboral. En tan sólo días, las universidades transicionaron a cursos en línea e incluso organizaciones que se resisten a la práctica, fueron forzadas a trasladarse al entrenamiento remoto.
“Nos hemos esforzado en combinar el aprendizaje en línea, el aprendizaje independiente y el aprendizaje tradicional de clase de una forma en que aumente la concentración y el involucramiento”, dijo Friedman-Dor. “Estamos viendo que, a raíz de la crisis, desaparecieron muchas barreras. Las compañías que se oponían ahora están más abiertas a las alternativas del aprendizaje tradicional de clase. No creo que deje de existir el aprendizaje físico, pero habrá más flexibilidad a la hora de elegir.” dijo.
Cultura organizacional
El trabajo remoto ha creado nuevos desafíos en relación con la cultura organizacional y la retención de la fuerza de trabajo. ¿Cómo es posible mantener una atmósfera, una cultura, un sentimiento de pertenencia cuando los empleados no están físicamente presentes en una oficina? ¿Cómo es posible retener a los empleados veteranos o crear una conexión con los nuevos? ¿Cambia la jerarquía organizacional o el flujo de trabajo cuando todos trabajan remotamente?
“Compañías como Google y Facebook cultivaban la cultura del trabajo remoto incluso antes del COVID-19”, señaló Weisfeld. “La gente se acostumbró a la existencia de estructura y cultura organizacional, incluso cuando no se está en la oficina. Otras compañías más jóvenes que no tienen una cultura de trabajo remoto se enfrentan con el desafío de retener a sus empleados a través del tiempo”, agregó. “Sabemos que en San Francisco la gente deja trabajos que ofrecen lujosas oficinas y excelentes beneficios tras seis meses, por lo que las startups que trabajan desde sus casas y, por lo menos en un principio, no logran establecer una relación con sus empleados, se enfrentan con muchos desafíos a la hora de mantenerlos en la compañía”.
Cuando la ubicación geográfica ya no tiene importancia, puede haber un gran impacto en la jerarquía y la estructura organizacional también. “Descubrimos que la organización se tornó completamente horizontal”, comentó Keren Halperin, vicepresidente de Recursos Humanos en la startup de bloqueo de publicidades, NamogooTechnologies Ltd. “Se formaron equipos que trabajaban en completa sincronía desde todos los rincones del mundo. Este periodo nos enseñó la importancia de una fuerte cultura organizacional, donde los trabajadores están comprometidos, se sienten conectados a sus objetivos y sienten que tienen la capacidad de hacer un impacto”, señaló. “En ese tiempo, dado que la ubicación geográfica ya no era relevante, transformamos todas nuestras actividades locales, como sesiones de entrenamiento, reuniones de actualización, y clases de ejercicios conjuntos, en actividades globales”, añadió.
La familia y el lugar de trabajo
Cuando el hogar se transformó en el lugar de trabajo, invitamos a nuestros colegas, jefes y clientes a nuestras casas a través de videollamadas, la línea entre el trabajo y la vida personal, que ya era borrosa, desapareció casi completamente. Se legitimaron las interrupciones por niños forzados a estar en casa con las escuelas cerradas y la aparición de un cónyuge en el fondo. Para algunos empleados, la incapacidad de distinguir entre la vida laboral y la familiar es una causa de estrés y corrosión. A otros les ayudó a comprender que había otra forma de hacer las cosas. La dificultad para balancear la vida y el trabajo dio una vuelta de tuerca durante esta cuarentena y podría impactar la forma en que se trabaje en el futuro.
“Durante años, hemos hablado del fenómeno de los huérfanos tecnológicos”, dijo Weisfeld. “Pero algo muy importante ocurrió durante esta crisis que nos volvió a conectar al núcleo familiar. Creó una conexión tan fuerte que incluso si se levantaran las restricciones de vuelo, nos deja queriendo más, una conexión que nos llevará a dedicar una parte más grande de nuestra vida a nuestro hogar porque nos excedimos”, dijo. “Cuando solía trabajar para Microsoft había meses donde sólo pasaba cuatro días en mi casa. Veo a muchos de mis amigos que están constantemente en el exterior. Espero que esto cambie al menos un poco porque aprendimos que podemos sobrevivir sin la locura”, agregó.
Ingresar a las casas de nuestros colegas a través de video llamadas y la exposición que esto conlleva agregó una nueva dimensión a las relaciones laborales. “El círculo familiar pasó a ser parte del lugar de trabajo” dijo Halperin. De acuerdo con ella, cambio en los patrones de trabajo permitió una mayor familiaridad con los trabajadores. “Gracias al coronavirus, nos enteramos de los hobbies de los empleados y decidimos crear una exhibición para ellos”, dijo.
Mientras que la mayor familiaridad entre empleados y sus colegas y gerentes fue un resultado positivo del trabajo remoto, otros efectos secundarios fueron menos positivos. Mucha gente tuvo dificultad para desconectarse mientras trabajaba desde su hogar y se encontraron trabajando sin parar. Está claro que es necesario una mayor distinción entre el trabajo y la vida familiar, especialmente para quienes trabajan remotamente.
Hacer más con menos
Durante el brote la noción de los trabajadores esenciales se transformó en una moneda determinante. Los trabajadores de repente se preguntaron qué significaba ser etiquetado como un trabajador no esencial y como podían hacerse esenciales para el mercado laboral a futuro.
“Algunas personas se dieron cuenta de que querían mejorar su posición y algunas compañías se dieron cuenta de que podían esperar más de sus empleados” comentó Shir. “No hay duda de que las organizaciones harán más con sus recursos existentes y el rol de las personas se ampliará. Se espera de quienes trabajan en mercadeo, por ejemplo, que se adentren más en el mundo de los datos. La importancia de las habilidades de los empleados sólo aumentará”, dijo.
¿Fatiga de Zoom?
A través de marzo, cuando la mayoría de los países transicionaron al trabajo remoto, el uso de videollamadas se duplicó. Conversaciones que en el pasado solían tenerse cara a cara o por teléfono, pasaron a tenerse por videollamada. A pesar de que esta tecnología estaba disponible mucho antes del virus, la cuarentena y las órdenes de aislamiento llevaron a una creciente necesidad de interacción humana y las videollamadas fueron lo más cercano a las reuniones cara a cara.
La gente programaba reuniones de Zoom a toda hora del día. Había cursos por Zoom, reuniones por Zoom, clases por Zoom para los niños e incluso reuniones familiares por Zoom. No tardó mucho en aparecer entonces el concepto de la fatiga de Zoom, ya que resulta ser más difícil mantenerse concentrado durante una videollamada que en la vida real. En videollamadas en necesario más esfuerzo para analizar las expresiones no verbales como expresiones faciales, tono o lenguaje corporal. Además, las video llamadas sufren de otros fallos técnicos, el sonido no es genial, y la imagen puede ser interrumpida. También pasamos mucho tiempo mirándonos a nosotros mismos y nuestros movimientos corporales y faciales, cosa que no pasa en las interacciones cara a cara. Mirar un espejo durante horas también puede ser cansador.
Las videollamadas acortan distancias, no es necesario volar o manejar y la gente puede reunirse fácilmente en una simulación de la vida real. La pregunta es si, cuando las circunstancias lo permitan, aún preferiremos reunirnos a través de videollamadas o levantaremos el teléfono y programaremos una reunión real acompañada por una taza de café.