Mientras que la familia Issachar celebra la liberación de Naama de la prisión rusa, hay israelíes que se encuentran encarcelados por diversos delitos, y esperan regresar a su país.
Uno de los israelíes presos en el extranjero es Nati Hadad, quien fue sentenciado a cuatro años de prisión por operar ilegalmente en una clínica. Hadad fue arrestado en julio de 2017 como parte de una redada de la policía de Tailandia, en una clínica que operaba y brindaba servicios de primeros auxilios para viajeros israelíes.
"Siento alegría, tristeza y envidia", declaró Nurit Hadad, la madre de Nati. "¿Quién, como yo, puede saber lo que es el sufrimiento de un padre tras ver a su hijo en un lugar así? Al mismo tiempo, estoy triste porque también quiero estar en ese lugar, de poder abrazar a mi hijo y dejar de verlo sufrir, sabiendo que el final ha llegado, no lo he podido abrazar en dos años y medio".
Eliran Hadad, hermano de Nati, expresó su alegría por la liberación de Naama, pero también criticó la conducta del Estado: "Estoy feliz por Naama, y celoso de sus hermanas. Mi hermano daba una respuesta a los israelíes que no se sentían bien en el extranjero, si bien el Estado de Israel comenzó un proceso de extradición se ha postergado por las elecciones, y ha salido de la agenda, por lo que estamos un poco solos".
"Hay distintos tipos de casos de israelíes encarcelados en el extranjero", agregó, "hay casos inusuales, y el caso de mi hermano es tan inusual como el de Naama", precisó. Nurit, su mamá, manifestó sentirse frustrada por el estancamiento en los esfuerzos por liberar a su hijo: "Mi hijo estaba allí para los israelíes, no asesinó ni tomó drogas, era un representante informal de Israel". También destacó que la ex ministra de Justicia, Ayelet Shaked, y el ministro de Seguridad Interna, Gilad Erdan, ayudaron a la familia, y también el presidente, Reuven Rivlin, envió una carta al rey de Tailandia.
"Comenzaron con el procedimiento, pero de repente se detuvo", expresó Nurit. "No me queda claro por qué no me devuelven a mi hijo, es desconcertante para mí, es un hijo del Estado y merece ser devuelto, como todos los demás", señaló. "En mi opinión, el primer ministro debería traer a mi hijo, que ha hecho cosas por su pueblo".
"Debería ayudar como ayudaron a Naama"
Sarah, cuyo hijo ha sido detenido en Francia, también tiene sentimientos encontrados sobre la liberación de Naama: "Es difícil para mí expresarme en este momento. Estoy muy feliz por ella, porque no era culpable".
Su hijo ha estado en la prisión francesa durante los últimos cuatro meses: "La última vez que hablé parecía muy estresado, y nos pidió que tratemos de encontrarle un abogado, pero soy madre soltera y no tengo dinero, todos los meses le envío 300 euros para que tenga comida kosher, no tengo ayuda de nadie".
"En el caso de Naama, pueden haber actuado de forma diferente, ya que hay una diferencia en las condiciones entre Rusia y Francia", agregó Sarah, quien también solicitó ayuda del gobierno por la situación de su hijo, pero no ha recibido respuesta.
"Esperemos la misma actitud del primer ministro"
Otro caso es el de dos jóvenes israelíes, Hodaya Monsango y Smadar Zohar, que fueron arrestadas en agosto pasado en el aeropuerto de Lima, por intentar contrabandear 28 kg de cocaína y cristal.
Hodaya tiene un retraso mental, y su abogado precisó que desconocían el contenido de las valijas: "Las condiciones allí son muy difíciles".
"Hicimos una cita con el presidente, y al final sólo nos reunimos con su secretario, tampoco tuvimos respuesta del primer ministro, sólo el Ministerio de Relaciones Exteriores está en contacto con nosotros", declaró su hermano Maor, "lo que estamos pidiendo es un trato justo".
El abogado agregó: "Esperamos que el Estado de Israel las ayude, en la misma medida que funcionó para Naama, ¿cómo deciden a quién ayudan más o menos?, ¿quién toma la decisión?".
El regreso de Naama a Israel inspira a Maor a poder ver a su hermana pronto: "Me hizo muy feliz, porque entiendo que si Naama regresa mi hermana también puede volver".