Situado entre Afula y Beit Shean, en el norte de país, y con una población estimada de 1250 habitantes, el kibutz de Beit HaShita vio nacer hace 18 años a Yotam Hanochi, integrante de la selección israelí de básquetbol que semanas atrás se consagrara campeona europea Sub-20.
Hanochi -que finalizó sus estudios secundarios practicamente en simultáneo con el inicio del torneo- milita en el Gilboa Galil, equipo de baloncesto de la primera división israelí con sede en la ciudad Gan Ner. Sus buenos rendimientos en ese club le valieron la convocatoria para el seleccionado nacional que disputó el último certamen continental.
La obtención del campeonato por segunda vez consecutiva significó un motivo de orgullo para la afición deportiva israelí que celebró la consagración a la par del plantel. Más aún considerado que Tel Aviv fue la sede del torneo. El Shlomo Group Arena lució desbordante de espectadores ante cada presentación del seleccionado local.
“Fue un gran logro para todos, y un gran orgullo para el país”, reconoce Hanochi en diálogo exclusivo con Ynet Español. “El haber alcanzado esta meta nos da energías y fuerzas para continuar transitando por el camino que nos acerque a cumplir más sueños”, añade. Israel superó a España en el último partido, logrando revalidar de ese modo la corona continental ya obtenida en 2018.
Los flamantes campeones fueron recibidos tanto por el presidente Reuven Rivlin, como por el primer ministro Benjamín Netanyahu, en reconocimiento al objetivo alcanzado. Respecto a la experiencia de visitar la residencia presidencial en Jerusalem, Hanochi expresa: “Estar cerca de una personalidad tan destacada, poder escucharlo dirigirse a nosotros y sentir el modo en que se expresaba me dejaron maravillado. No pude quitarle mis ojos de encima”.
A pocas horas de haberse colgado la medalla dorada, Hanochi debió alistarse en las Fuerzas de Defensa de Israel, tal como sucede con todos los jóvenes de 18 años. Su entrenamiento –tironut- comenzó a días de haber finalizado el certamen.
- ¿Cómo sentiste ese cambio tan abrupto?
- No voy a mentir, no resultó sencillo. Fue difícil. Sentí el cambio: pasé de ser campeón a soldado en poco tiempo. Pero así como me enorgullece representar a mi país en el deporte, defendiendo a mi selección nacional, también resulta motivo de orgullo hacerlo vestido como soldado. Me siento orgulloso de cumplir con mi obligación como ciudadano de Israel y estoy seguro que lo haré del mejor modo posible.
- ¿Qué momento del campeonato destacarías?
- Sin dudas, la competencia estuvo llena de momentos emocionantes: la intimidad del vestuario, la concentración previa a cada juego, y la adrenalina propia de los partidos. Pero si de resaltar uno se trata, quisiera quedarme con el momento en que entonamos el Hatikva desde lo más alto del podio. Escuchar nuestro himno de ese modo, y desde ese lugar fue algo muy emocionante.
Hanochi podrá continuar con su carrera deportiva en simultáneo al deber de cumplir con su servicio militar obligatorio. Sus sueños continúan proyectándose, pues sabe que este logro es tan solo un impulso que deberá saber capitalizar para alcanzar nuevas metas.
First published: 07:57, 05.08.19