En los últimos días los altos mandos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron controles más rigurosos sobre la “ley de la barba”, que regula las excepciones de afeitado para los soldados, con el objetivo de preservar apariencias uniformes en la tropa.
Las situaciones contempladas por la ordenanza están sujetas a motivos religiosos, personales o de salud, y son analizadas por los comandantes de cada base o unidad. Pero recientemente Aviv Kochavi, Jefe de Estado Mayor del ejército israelí, ordenó un endurecimiento en la aplicación de la norma tras recibir críticas desde algunos sectores militares.
“Hay unidades, inclusive algunas de combate, que parecen ´falangistas´ llenas de soldados barbudos, con apariencias descuidadas y desparejas. Las excepciones se distribuyen de manera arbitraria para complacer a los soldados, y eso no puede pasar en un ejército ordenado y estandarizado”, fue una de las quejas de un oficial de alto rango.
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Kochavi saluda a una fila de soldados, algunos de ellos con vello facial y otros no. .
(FDI)
Este ajuste disciplinario no fue bien recibido por decenas de soldados que inclusive iniciaron acciones legales. Algunos de ellos, observantes religiosos en el que la utilización de barba es una tradición muy arraigada, denunciaron que fueron convocados a entrevistas para renovar sus permisos de no afeitarse, y que en muchos casos las solicitudes fueron revocadas pese a que presentaron evidencias suficientes sobre su estilo de vida.
“La cancelación o reconsideración de los permisos para que los soldados se dejen crecer la barba es cada vez más habitual”, aseguraron por escrito los abogados que representan a los afectados. El texto dirigido al abogado central de las FDI advierte que los parámetros de excepciones fueron estipulados por el Estado y siempre estuvieron vigentes, por lo que no corresponde una revaloración masiva de los permisos, y mucho menos las revocaciones.
Además, la defensa destacó que desde 2015 la ordenanza incluye una enmienda para garantizar un procedimiento equitativo en el análisis de cada caso “independientemente de las creencias religiosas, siempre que exista un convencimiento de que la barba es parte del carácter y personalidad” de cada soldado.
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Soldados expresaron sus quejas por la revocación de permisos para usar barba.
(Shutterstock)
Según este postulado, los abogados entienden que el objetivo no es aumentar los controles sino que existe un “mensaje disfrazado” que simplemente busca reducir la cantidad de barbas en las FDI, lo que provoca procedimientos arbitrarios que “afectan a muchos soldados”.
“Parece que el objetivo es no aprobar ningún permiso de barbas para soldados seculares, y que en la práctica no tiene sentido presentar nuevas solicitudes”, acusaron los afectados. “Si no hubo cambios en las normas, no hay necesidad de volver a examinar los permisos de usar barba. Estos procedimientos deben detenerse”, agrega el comunicado.