De manera excepcional e inédita, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) autorizaron a fumar cannabis a un soldado que cumple una condena por tráfico de drogas.
El sargento Z fue combatiente de la división de Judea y Samaria del ejército israelí y su tarea fue elogiada por sus comandantes, hasta que la policía militar lo detuvo por ofrecer la venta de sustancias prohibidas: cannabis, éxtasis, metanfetamina y cocaína. Fue condenado a 14 meses de prisión, una multa económica de 15 mil shekels (4.600 dólares) y la revocación por un año de su licencia de conducir.
El permiso para fumar cannabis se otorgó con fines medicinales, para aliviar los dolores que arrastra por un accidente automovilístico que sufrió en el pasado. Un agente de la prisión militar es el encargado de encender un cigarro diario de marihuana y entregárselo al recluso, que lo consume en un área abierta de la cárcel.
La ley israelí habilita el consumo de cannabis para fines medicinales y actualmente existen procesos legislativos que buscan la despenalización y legalización de la sustancia. Sin embargo, las reglas de las FDI son más estrictas respecto al consumo de cannabis, y entre sus filas existen varias causas penales por consumo personal.
“No se lo debe discriminar en relación a otros jóvenes ciudadanos que en circunstancias similares sienten alivio por el éxito de procedimientos de rehabilitación”, afirmó Idan Dvir, abogado del soldado.
Desde las FDI declararon que “los centros de detención militar otorgan a los soldados y prisioneros todos los derechos que se merecen” y recalcaron que se trata de una práctica “aprobada en el Estado de Israel y por funcionarios médicos de las FDI”.