Omer Miller en la entrada de su restaurante Suso & Sons.

Los dueños de bares y restaurantes de Tel Aviv ya no aguantan y abrirán aun sin autorización

Mientras la sociedad y la economía de Israel se preparan para volver a la rutina y a la “normalidad” total, los dueños de varios restaurantes han anunciado que no van a esperar que haya una decisión explícita de las autoridades, y que los van a abrir ya el próximo fin de semana.

Alexandra Lokexh, Atila Shumpelbi, Tiki Golan - Adaptado por Beatriz Oberlander |
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Han pasado exactamente dos meses desde que los dueños de restaurantes y los chefs se vieron obligados a cerrar sus locales. Fueron dos meses de conmoción, confusión y una gran frustración. Una frustración que se convirtió en un grito. El ramo de los restaurantes está en uno de sus peores momentos. Y ahora mismo, aunque parecería que la reapertura está más cerca que nunca, no está claro cuándo será ni cuáles las restricciones ni las condiciones a las que se tendrán que someter los dueños para abrir sus restaurantes.
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Omer Miller en la entrada de su restaurante Suso & Sons.
Omer Miller en la entrada de su restaurante Suso & Sons.
Omer Miller en la entrada de su restaurante Suso & Sons.
(Nadav Abas)
Pero hay dueños de restaurantes que no esperan a nadie: el chef Omer Miller abrió el sábado 16 su restaurante Suso & Sons de la calle Dizengoff de Tel Aviv, y dispuso que los comensales se sentaran fuera, en contra de las normas establecidas, que sólo permiten vender comida para llevar y no autoriza que la gente se siente en mesas. Ya el domingo por la noche, sus propietarios abrieron el bar Peacock, de la calle Marmorek de Tel Aviv, con un espectáculo del músico Yosi Mizraji, a modo de “espectáculo de protesta”. Los dueños del bar pidieron a los clientes que trajeran sillas de la casa porque “el Gobierno aún no permite que utilicemos las nuestras”.
También Asaf Miara, que tiene tres lugares de entretenimiento en Tel Aviv, anunció que abrirá sus bares al público este martes. “Lo que sucede es alucinante e injusto”, dijo Miara a YNET. “No nos permiten abrir, pero la Municipalidad de Tel Aviv, que a mi modo de ver está actuando muy bien, ya está distribuyendo mesas y lo veo delante de mis narices. Desde mi cafetería puedo ver, a una distancia de cien metros, mesas de plástico con sombrillas abiertas del municipio, y los clientes se sientan de manera más o menos ordenada. La gente nos compra comida para llevar y se va, tras lo cual se sienta en las plazas de los alrededores. Hace unos diez días que miles de personas vienen a sentarse en la plaza Dizengoff, que está a tope. También las playas están llenas de gente. Y en el puerto de Tel Aviv (una zona de bares y restaurantes), esta semana tuve la sensación de que estaba en la calle Oxford de Londres en Navidad. Gente sin mascarillas y colas para entrar en los lugares, que estaban abarrotados”.
Los bares de la calle Dizengoff abrirán este martes
A Miara, que tiene otros dos locales en la calle Dizengoff de Tel Aviv, se sumaron otros dueños de bares y restaurantes. Y todo apunta a que este martes abrirán más de quince lugares populares en esa calle. Entre ellos, los bares llamados Cervecería, Ilka, Spicehaus, Room Service, Tsina, Concierge y otros. Por su lado, el antiguo restaurante Keton de la calle Dizengoff abrió este lunes 18 sus puertas, y los comensales estaban sentados en la terraza de fuera. “Yo permito que la gente se siente, y les sirvo comida para llevar en platos desechables. Los clientes prefieren sentarse en la terraza al aire libre en lugar de sentarse en un banco cualquiera", dijo Orna Raskin, la dueña del restaurante.
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Clientas sentadas el domingo en el restaurante Keton de Tel Aviv.
Clientas sentadas el domingo en el restaurante Keton de Tel Aviv.
Clientas sentadas el domingo en el restaurante Keton de Tel Aviv.
(Orna Raskin)
“Tenemos miedo de que nos pongan una multa, pero igual abrimos”, dijo por su parte Miara el lunes. “Los empleados del bar van a venir a las 5 de la tarde a limpiar y ordenar todo, y está previsto que a las 7 de la tarde-noche 'se abra' la calle Dizengoff. No todos van a abrir, pero la gran mayoría de los bares van a funcionar”.
Pregunta: ¿En qué condiciones y con qué normas van a trabajar?
Respuesta: “Entraremos en el sitio web del Comando de la Retaguardia del Ejército israelí, y trataremos de obtener información allí. Pero mantendremos todo lo que ha sido habitual últimamente: mascarillas, alcohol en gel, guantes, distancia social, platos y cubiertos desechables y más. Cuento con cien metros de espacio al aire libre exterior, donde tengo intenciones de poner sólo 20 mesas a distancia una de otra. No quiero que la gente se siente adentro. Y aplico muchas medidas de seguridad pese a que abro sin autorización. No va a haber colas, pero sí distancia social y mucho espacio para la gente”.
P.: ¿Siente que ha llegado el momento de abrir?
R.: “Ya basta; estamos asfixiados. Queremos empezar a mover nuestros negocios. La directora del banco me llama cada cuatro días, y me pregunta cuándo depositaremos dinero. Tenemos que ayudarnos nosotros mismos; no tenemos más remedio. Gritamos, pero nadie se ha puesto siquiera en contacto con nosotros; todavía no hemos recibido nada del Estado. Los dueños de los locales que nos alquilan los lugares están seguros de que ya hemos recibido indemnizaciones y que pronto abriremos. Pero en realidad hemos recibido cero shékel, y no hay fecha oficial para volver a abrir. Solamente este mes pagué 100.000 shékels por el alquiler de los tres locales con los que cuento. Además, he pagado más de un millón de shékels a los proveedores, a quienes les repartí la deuda en cuatro veces. Esta injusticia me da vueltas por dentro y me duele. No podemos permitir más que nos pasen por alto y que las autoridades actúen como si no existiéramos”.
P.: ¿La protesta de ustedes dio resultado?
R.: “Para nada; en absoluto. Nadie oyó nuestra protesta. Pasaron más de sesenta días desde el cierre hermético de los comercios. Y no hay que olvidar que antes del cierre hubo tres semanas flojas, como no ha habido en muchos años. Estuvimos tranquilos y acatamos todas las normas, pero ahora somos los únicos que estamos cerrados. Los colegios, los autobuses… todo funciona como de costumbre. ¿Y nosotros? También nosotros tenemos un lugar bajo el sol. Podemos trabajar de manera mucho más segura en la plaza Dizengoff. No tiene lógica. Nadie entiende la decisión de que sigamos cerrados”.
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El primer comensal del local de humus Ashkara, que volvió a abrir.
El primer comensal del local de humus Ashkara, que volvió a abrir.
El primer comensal del local de humus Ashkara, que volvió a abrir.
(captura de pantalla)
A los bares de Dizengoff se sumaron restaurantes y bares en otros lugares de Tel Aviv. Entre ellos la cafetería Niso del Mercado de las Pulgas, el Café Dizengoff, el Bar Margoza, Ijo & Babette, Fasada, Simtá y otros lugares de entretenimiento.
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