Diez de los principales tatuadores del mundo llegaron recientemente a Israel para ofrecer sus habilidades a Healing Ink, un proyecto que ayuda a las personas a lidiar con el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Entre los israelíes que sufren este trastorno que se presentaron en el Museo Nacional de Ciencia, Tecnología y Espacio de Israel, en Haifa, para hacerse un tatuaje estaba Leah Gavish Georgy, quien en la Pascua de 2002 perdió a su madre Rachel, su padre David, su hermano Abraham y su abuelo Yitzhak cuando un terrorista palestino irrumpió en su casa en el asentamiento de Elon Moreh.
Leah, que tenía 17 años en el momento del atentado, se escondió en el ático junto con otros tres miembros de la familia, lo que le permitió sobrevivir al ataque. Ahora, 17 años después, se encuentra celebrando la vida con un tatuaje especial.
"Es una señal de crecimiento y evolución para mí, y eso es algo que deseo que esté conmigo por el resto de mis días", menciona Leah. "Decidí no tatuarme algo relacionado con mis padres o con mi hermano, sino algo relacionado con mi vida".
Guy Mugrabi se encontraba sirviendo en la Policía de Fronteras en 2001, cuando durante una patrulla de rutina en las calles de Jerusalem, él y su compañero vieron a un hombre de aspecto sospechoso que llevaba una kipá.
Cuando se acercaron, el hombre activó una bomba con un gatillo que había escondido en su bolsa. Las lesiones de Mugrabi fueron leves, mientras que su compañero sufrió heridas críticas.
El tatuaje que Mugrabi diseñó con su esposa es el de un reloj que señala el año 2001, con un ojo abierto en el medio, un símbolo de su lucha contra el TEPT.
"Cuando ves a personas que luchan con el TEPT, generalmente puedes ver que tienen los ojos tristes o en blanco", explica Mugrabi. "Cuando me lastimé, podías verlo en mis ojos: esa mirada en blanco, así es como se ve el TEPT".
Chen Schwartz era un soldado cuando un hombre desconocido le tocó el hombro en Jerusalem, en agosto de 2014; al darse la vuelta, el atacante le disparó tres balas en el estómago.
Schwartz resultó gravemente herido, pero un paramédico de la policía lo trató en el lugar. Más tarde recibió una cirugía que salvó su vida en el hospital Hadassah, ubicado en la capital.
El tatuaje fue diseñado por él y la artista de Nueva York Megan Massacre.
"Mi tatuaje consta de tres partes", menciona Schwartz. "La primera son las huellas de los tanques representadas en el emblema de mi escuadrón, que está destinado a representar quién era yo en el momento del incidente. La segunda son alas de fénix que simbolizan el renacimiento, y la tercera es un casco, que significan la sangre, el sudor y las lágrimas que vertí en mi rehabilitación durante los últimos cinco años ".
Healing Ink fue llevada a Israel por la organización Artists 4 Israel, y los tatuajes sirven como una representación de la capacidad de las víctimas para recuperar el control de sus cuerpos, formando parte integral de su recuperación mental.
Algunos de los participantes del proyecto optan por cubrir las cicatrices existentes con tatuajes, mientras que otros optan por modificar un tatuaje existente y darle un significado completamente nuevo.
"Las lesiones físicas son menores", sostiene Mugrabi. "La verdadera lesión es el TEPT, y sigue siendo tan fuerte como el día después del incidente. Todos los síntomas siguen ahí".
La tatuadora de Mugrabi, Edith Ben-Gida, participó por segundo año consecutivo en el proyecto Healing Ink.
"Es algo hermoso que surge del dolor del tatuaje", menciona Gida."Creo que si el proceso de hacerse un tatuaje no involucrara dolor, todo el procedimiento de curación del TEPT no sería el mismo. El dolor de un tatuaje indica algo bueno, un cambio".
Gida afirma que aquellos que eligen cubrir las cicatrices con un tatuaje generalmente encuentran una nueva apreciación de una parte del cuerpo previamente desfigurada. "Su nuevo tatuaje lleva un nuevo recuerdo y, cuando lo miran, les trae alegría, y eso siempre es algo bueno".
Años después del incidente, Schwartz todavía usa un bastón para moverse y dice que su TEPT está presente en todos los aspectos de su vida. "Cada persona que miras parece sospechosa", asegura. "Me llevó un mes poder conducir por mi ciudad natal, y poder sentarme de espaldas a la puerta me llevó otros dos años".
Schwartz agrega que incluso encontrarse con sus amigos fue una lucha. "Básicamente pierdes el control de tu vida, sigo recibiendo tratamiento psicológico cinco años después del incidente".
"Los tatuajes que tenemos aquí hoy representan una especie de cierre", asegura. "Donde quiera que vayas, las cicatrices van contigo, así que al menos ahora tengo algo en mi cuerpo de lo que estoy orgulloso, algo que elegí tener".
El director de Artist 4 Israel, Craig Dershowitz, menciona que es consciente de la gran diferencia que el proyecto hace para los participantes. "La madre de uno de los participantes me dijo que nunca salía de la casa, que era demasiado tímido y asustado, y ahora es un defensor de las personas que resultaron heridas en diversas circunstancias".
Healing Ink también ayuda a personas en todo Estados Unidos y, según Dershowitz, los israelíes tienden a lidiar con el trauma de manera un poco diferente de los demás.
"Los que están en Israel suelen ser mucho más jóvenes, por lo que tienden a lidiar con el trauma a través del humor", explica. "Tiendo a decirles a mis artistas que cuando se trata de israelíes, cuanto más divertida es la persona más profundo es el trauma".
