Después de un mes y medio de puertas cerradas para evitar la propagación del coronavirus, las sinagogas de Israel volvieron a abrir para los fieles que quisieron cumplir con el ritual judío del Shabat Zajor, el último shabat previo a la festividad de Purim.
El sábado se habilitó el ingreso de diez personas en espacios de culto cerrados y desde el domingo las sinagogas fueron incluidas dentro del “esquema verde” del gobierno, que permite la entrada de personas vacunadas y un aumento de la ocupación a un 50% de los edificios.
A pesar de la reapertura, muchas comunidades religiosas se cuestionan si el “esquema verde” es completamente seguro y aplicable, y fomentan políticas de precaución para evitar la propagación del COVID-19. De hecho, a pesar del frío invernal, muchas comunidades decidieron seguir rezando en espacios abiertos.
Un ejemplo es la comunidad Shtiblach Katamon de Jerusalem, uno de los más populares de la ciudad que se mantiene cerrado desde hace casi un año. Shlomo Huja, gabai del lugar, le explicó a Ynet que la sinagoga “es el sitio más peligroso para contagiar” y que por eso decidieron no correr riesgos, a pesar de los permisos recibidos por las autoridades.
El templo Tzvi Israel, al que suelen concurrir el presidente y el primer ministro, resolvió abrir sus puertas solamente para los que acrediten su vacunación, mientras que aquellos que todavía “no pusieron el hombro” fueron invitados a rezar desde el patio, bajo el frío de Jerusalem.
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A pesar de la habilitación, algunas comunidades prefieren seguir rezando al aire libre.
(Ynet)
Los administradores aseguran que es una manera de fomentar la vacunación entre sus fieles. “Después de meses de rezar afuera, finalmente pude usar mi pasaporte verde”, contó Roy Wolf, un asistente regular a la sinagoga. “Así debería ser en todas partes”, opinó sobre la medida que rige contra las personas que por el momento prefirieron no vacunarse.
Wolf explicó que no le preocupa rezar en espacios cerrados ya que los fieles de la sinagoga a la que asiste “utilizan mascarillas durante toda la oración”. Yosef, rabino de Tzvi Israel, se expresó emocionado por este regreso de la actividad en las sinagogas: “En la entrada se revisan los certificados de vacunación, nos cuidamos a nosotros mismos, aquí vienen personas de muchas edades diferentes y debemos preservar a todos”.