Los palestinos desafiaron el jueves el llamado de su gobierno a cesar el trabajo en los asentamientos israelíes a causa del coronavirus, explicando que llevar dinero a sus familias es más importante.
Se han confirmado más de 500 casos de infección en Israel y casi 50 en Judea y Samaria, donde la Autoridad Palestina (AP) ejerce un autogobierno limitado.
El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, pidió a los aproximadamente 25.000 palestinos que trabajan en asentamientos en Jerusalem Este y Judea y Samaria que se queden en casa desde el jueves como parte de los esfuerzos para reducir la transmisión de la pandemia.
Pero en el asentamiento de Ramat Givat Zeev, los jornaleros palestinos rechazaron la orden de la AP y descartaron los temores de virus.
"Tienes que adaptarte, ponerte en peligro para proporcionar comida a tus hijos", explicó Omar Hamad, supervisor de construcción en Ramallah. "Tenemos deudas, tenemos gastos, tenemos muchas cosas", agregó.
Los trabajadores palestinos obtienen ingresos relativamente más altos en Israel y en los asentamientos que en sus ciudades.
Sus salarios representaron el 14% del ingreso nacional bruto de los $18 mil millones de dólares acumulados en 2018, según Raja Khalidi, director general del Instituto de Investigación de Política Económica de Palestina.
Khalidi se mostró escéptico de que la AP aplicara una prohibición al trabajo en Israel, algo que sería difícil de implementar sin la cooperación entre ambos.
"La AP no puede pagar el precio de cortar el sustento" de los palestinos que trabajan allí, declaró, especialmente con la alta tasa de desempleo actual que ronda el 15%.
"Estarían desempleados y tendrían que valerse por sí mismos en un entorno económico hostil y deprimido", agregó Khalidi.
Por su parte, Israel no ha hecho ningún esfuerzo por prohibir la entrada de palestinos con permisos de trabajo. Pero los trabajadores enfrentan nuevas restricciones, ya que tanto la AP como Israel intentan limitar los movimientos de las personas durante la crisis de salud.
La Autoridad Palestina ha impuesto toques de queda en Belén y otras ciudades de Judea y Samaria bajo su control. Ha dado a los trabajadores con empleos en Israel hasta el 22 de marzo para encontrar viviendas allí, fecha a partir de la cual el gobierno tiene la intención de prohibir los viajes transfronterizos.
Las autoridades israelíes manifestaron que debido a la crisis de salud, los palestinos con permisos de trabajo, que generalmente regresan a sus hogares diariamente, podrán permanecer en Israel por hasta dos meses, dependiendo de la naturaleza de su trabajo.
