La policía fue advertida de antemano de los temores de violencia inusual, pero se concedió una licencia para celebrar el festival de la embajada de Eritrea, y también se concedió un permiso para manifestarse a los opositores al régimen, lo que resultó en disturbios sin precedentes y más de 135 heridos, incluidos 49 policías, junto con 39 detenidos eritreos.
La policía reconoció que no anticipó tales disturbios violentos, y el comisionado de policía agregó: "Un evento extremo. Con tal nivel de violencia, de palos, hierros y piedras, no nos hemos encontrado con el Estado de Israel hasta el día de hoy".
Para dispersar a los alborotadores, la policía utilizó munición real. Esta fue la primera vez desde los disturbios de octubre de 2000, en los primeros días después del estallido de la segunda intifada, que la policía hizo un uso extensivo de esta medida contra los manifestantes dentro de la Línea Verde. La policía disparó contra la parte inferior del cuerpo de quienes protestaban, y los civiles que vivían en la zona podían escuchar muy bien el sonido de los disparos. Esta es una medida extremadamente inusual de parte de la policía israelí .
La Policía abrió una investigación sobre la munición real disparada por los oficiales, así como los disparos al aire por parte de los oficiales. El DIP, donde comenzaron a recopilar imágenes de cámaras de seguridad, examinará si los oficiales realmente siguieron los procedimientos y si estaban en peligro real, como se argumenta para justificar el despido de balas reales.
Tras el final de Shabat, la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu alegó que había decidido convocar a un equipo especial de ministros para examinar las medidas contra los infiltrados ilegales que participaron en los disturbios, incluidas las medidas de deportación. Según el anuncio, el equipo ministerial se reunirá mañana en la Oficina del Primer Ministro en Jerusalem.
La Comisión Or, la comisión estatal de investigación de los acontecimientos de octubre de 2000, se refirió en su informe al uso de munición real para dispersar multitudes y expresó su oposición a esta medida, pero la excluyó de los casos en que los agentes de policía consideran que sus vidas corren peligro real e inmediato. "El comité cree que debe quedar claro, inequívocamente, que el fuego real, incluidos los disparos de francotiradores, no es un medio para dispersar a las multitudes por parte de la policía. El fuego real es un medio para hacer frente a situaciones especiales, como una situación de peligro real e inmediato para la vida, o el rescate de rehenes", agregó.
La policía dijo que los oficiales que estaban en el sur de Tel Aviv sintieron que sus vidas estaban en peligro real y, por lo tanto, se vieron obligados a usar munición real. Fuentes policiales destacaron que los disparos fueron en la parte inferior del cuerpo, y que la munición real no disuadió a cientos de alborotadores que corrieron hacia los oficiales e intentaron atacarlos.
Pero también hubo una advertencia. Siete jefes de iglesias eritreas pertenecientes al régimen firmaron una carta a la policía el jueves, en un intento por evitar el festival que la embajada planeaba celebrar. Allí mencionaban que el evento conduciría a la violencia, como también pasó en otros países donde el evento no fue autorizado.
En su carta, escribieron: "Al seguir lo que se publica en las redes, vemos que hay una gran tensión en torno al incidente entre los miembros de la comunidad eritrea. Otros países han prohibido tales eventos, y a la luz de lo anterior, y para evitar pasiones que podrían terminar, Dios no lo quiera, causar desastres, pedimos que no se permita".
El general de brigada Haim Bublil, comandante del distrito policial de Ayalon, rechazó las afirmaciones de que la policía no había sido preparada adecuadamente. "El hecho de que decenas de policías resultaran heridos al dispersar los disturbios muestra lo decididos que estábamos. Somos un país democrático. Nos sorprendió la intensidad de la violencia, inequívocamente", comentó.
Según él, "las partes no cumplieron con las obligaciones y las condiciones de la licencia que se les otorgó. Si no hubiéramos permitido el festival, creemos que esto igualmente habría llevado a enfrentamientos".
El comisionado de policía Kobi Shabtai se refirió a los disturbios y afirmó que "aparentemente hay orientación del extranjero". En una conversación con Ynet, el comisionado de policía expresó: "Por el momento, el área está bajo control total. En este momento, hay preparativos para tres círculos: el primer círculo de la protesta que tuvo lugar para que no vuelva a estallar, los preparativos para Kaplan esta noche y los preparativos en general para responder a las advertencias que tenemos".
"Estamos constantemente alertas a la posibilidad de que se desarrollen protestas al mismo tiempo. Espero que no tengamos que hacerlo, pero si tenemos que intervenir, sabremos qué hacer", agregó el comisionado de policía. "A pesar del extremismo que alcanzamos en la cima, con fuerzas que se encontraron en peligro mortal y se vieron obligadas a disparar munición real, el incidente fue superado y no permitimos que se extendiera al resto de la ciudad".
Con respecto a los detenidos, Shabtai dijo: "Cualquier persona con estatus será tratada de acuerdo con la ley, según los disturbios que haya ocasionado. Si nos encontramos con aquellos que no tienen estatus y vinieron aquí ilegalmente, por supuesto que el trato será diferente, actualmente hay coordinación interministerial sobre este tema". Cuando se le preguntó si se consideraría la deportación, respondió: "No se tratará a nuestro nivel".
