Una antigua daga manchada con sangre y que se cree que se usó en la masacre de judíos de 1929 en la ciudad cisjordana de Hebrón fue puesta a la venta por su actual propietaria.
Se cree que Eliyahu Abushdid, un judío residente de Hebrón, y al menos otros tres hombres no identificados fueron asesinados con esa arma durante los disturbios en la ciudad de Cisjordania.
En la masacre de 1929, durante el Mandato Británico, 67 hombres, mujeres y niños judíos fueron asesinados por árabes. En total 133 judíos murieron en los ataques en todo el país.
El objeto, propiedad de Amira Zangi, una mujer judía residente de Ramat Gan, de 71 años de edad, le fue entregada a ella por su padre, el Dr. Eli Mani, nacido en Hebrón. "La daga se la dio a mi padre su mejor amigo Faiq Tamari, que era secretario del gobernador de Ramallah en ese momento", repasa.
“Tamari le dio a mi padre tres dagas para proteger a sus tres hijos en caso de otra masacre. Las relaciones árabe-judías en ese momento seguían siendo tensas y mi padre tomó esas palabras como una advertencia. Pronto se trasladó de Hebrón a Jerusalem y de hecho, en 1936, hubo una segunda masacre", cuenta Zangi.
En una carta escrita en 1982, Mani se refiere a las dagas que tenía en su poder, todavía manchadas de sangre judía. Mani escribe allí que las armas se utilizaron como prueba en un juicio que derivó en la ejecución de algunos de los perpetradores de la masacre.
"Con estas dagas, miembros de la familia Abushdid, entre otros, fueron asesinados", escribió Mani. Zangi dice que recuerda al amigo íntimo de su padre. "Después de la Guerra de los Seis Días, mi padre nos llevó a visitar a sus amigos, a quienes no había visto desde el establecimiento del Estado de Israel. Fueron tiempos eufóricos y conocimos a Fariq y los Husseini en Jerusalem, una familia muy respetable", relata.
“Recuerdo que nuestro anfitrión me dijo que debería estar orgullosa de ser la hija de un hombre como mi padre", dice Zangi. “Visitamos Hebrón y la casa de la familia Mani y mi madre se emocionó muy fuerte. A los pocos minutos ya quería irse. Era una herida demasiado abierta. Las dagas me dan escalofríos hasta el día de hoy", explica.
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Daga manchada con sangre utilizada para matar judíos durante la masacre de 1929 en Hebrón.
(Eyal Iliya)
La mujer decidió vender una de las dagas después de leer en Yedioth Ahronoth, sobre la venta de documentos de la Guerra de Independencia.
"Pensé que no tenía sentido que las dagas estuvieran acumulando polvo en mi casa y que, después de mi muerte, mis hijos tal vez no comprenderían su valor histórico, así que decidí venderlo y darle a mis hijos el dinero”, resume.
La mujer llevó la daga hasta una casa de subastas que ya se había ocupado de la venta de documentos antiguos. "Es difícil medir el valor de un artefacto tan histórico", dice Eyal Ilya, el comprador de la pieza. "La daga habla de una parte trágica de nuestra historia en esta tierra y debería estar en un museo y no en manos de un coleccionista privado", concluye.