El Ministerio de Relaciones Exteriores y las misiones diplomáticas israelíes de todo el mundo se están inundando de pedidos de asistencia de israelíes que se infectaron de coronavirus durante sus vacaciones en el extranjero, y que están obligados a aislarse en los países en los que se encuentran.
Las autoridades informaron que recibieron más de 20 pedidos de este tipo solamente en la última semana, y que la mayoría de los solicitantes son adolescentes que viajaron antes de enrolarse en el ejército. Entre ellos, hay dos israelíes hospitalizados en Uruguay y llamados desde Grecia, España, Bulgaria, Emiratos Árabes Unidos, Seychelles y Turquía.
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En su mayoría, los turistas extranjeros contagiados de COVID-19 que piden ayuda al Estado son adolescentes que todavía no se enrolaron en el ejército.
(Roi Rubinstein)
Una persona que da positivo en un test de coronavirus en el extranjero debe aislarse por un período de hasta diez días, y generalmente debe hacerlo por cuenta propia. Numerosos padres se manifestaron preocupados por el estado de sus hijos en aislamiento, así como por los costos financieros que esta situación puede acarrear.
Ante el temor de que sigan creciendo este tipo de pedidos de asistencia, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores recordaron que cualquier ciudadano israelí en el extranjero está obligado a respetar las leyes locales. “Recibimos muchas consultas de padres preocupados por sus hijos que se encontraron con una situación inquietante, y es importante destacar que esto es responsabilidad de los propios ciudadanos y sus familias”, aclaró Sima Duvdevani, directora del Departamento de Israelíes en el Extranjero del ministerio.
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Mientras el gobierno pide evitar los vuelos al extranjero, esta semana se fueron del país entre 29 mil y 37 mil turistas israelíes por día.
(Moti Kimchi)
Si bien el gobierno pide a los israelíes que eviten vuelos al extranjero, el aeropuerto internacional Ben Gurión se está preparando para un pico de movimiento en las vacaciones de verano. En la última semana se fueron del país entre 29 mil y 37 mil pasajeros por día, una cifra lejana a las habituales antes de la pandemia, pero mucho más altas que las del año pasado.
Las autoridades del aeropuerto trabajan para adaptar la infraestructura y absorber las pruebas de COVID-19 obligatorias que deben realizarse los israelíes que vuelven al país. En los próximos días comenzará a operar una carpa con 40 puestos de testeo que permitirá aumentar las pruebas diarias a 46 mil. Los testeos deben ser abonados por los pasajeros y cuestan 80 shekels (24 dólares) con reserva previa, o 100 shekels (30 dólares) pagando en el aeropuerto.