Los más de 71.000 residentes de Rahat, en el desierto del Negev, están siendo sometidos a tiroteos diarios, en el marco del enfrentamiento de dos familias que llevan sus luchas de clanes a calles y negocios de la ciudad beduina.
El domingo, Rimas Abu-Ali, de 14 años, se convirtió en la última víctima de la violencia al ser herida por una bala perdida.
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Nahmidu Abu Ali frente a la habitación de su hija en el hospital de Be'er Sheva.
(Roee Idan)
"Si hubiera habido un terrorista, lo habrían matado, pero cuando los árabes estamos bajo fuego durante horas, teniendo que escapar de nuestras propias casas, nada"
Nahala, residente de Rahat
Rimas llegó al hospital Soroka con fuertes heridas en el abdomen. "Gritaba llamándome", relató su madre. "Al principio le dije que se calmara, pero luego vi que le habían disparado", agregó.
La policía detuvo a tres hombres sospechosos de haber participado en los intercambios de disparos.
Los pistoleros enmascarados de una familia abrieron fuego en una cafetería del clan rival, a principios de este mes, causando daños e infundiendo miedo. El incidente se repitió en otro local comercial durante el domingo.
"Estábamos en casa y llevábamos horas oyendo disparos", describió Rimas los acontecimientos de la mañana. "Estábamos preparando la comida antes de las horas de ayuno, durante el Ramadán, y acabábamos de entrar en la habitación", sumó.
Nahmidu, su madre, dice que la policía los abandonó a su suerte.
"Si hubiéramos sido judíos, habrían hecho todo lo posible para detener el tiroteo. Se habrían colocado entre los pistoleros. Fue un tiroteo constante. Los policías deberían estar avergonzados. Deberían marcharse"
Nahala, residente de Rahat
"Es hora de contar lo abandonados que estamos por la policía local", remarcó. "No tenemos seguridad personal ni derecho a pedirla", denunció.
"Llevamos llamando a la policía en repetidas ocasiones desde las 23:30 horas y contándoles lo que estuvo ocurriendo, pero vivimos en casas viejas del barrio, algunas de ellas estructuras improvisadas", afirmó.
"El tiroteo había durado toda la tarde y toda la noche. La policía podría haber enviado un helicóptero y haber iluminado las calles para ahuyentar a los pistoleros", manifestó. "Esa comisaría debería cerrarse y los agentes deberían marcharse", cerró.
Nahala, la hermana de Rimas, agregó que la policía no apareció, ni siquiera después de que su hermana recibiera un disparo.
"Un investigador se presentó en el hospital y concluyó rápidamente su investigación. Dijo que la comisaría de Rahat había pedido un helicóptero a Beer Sheva, pero no se lo dieron. Si hubiera habido un terrorista, lo habrían matado, pero cuando los árabes estamos bajo fuego durante horas, teniendo que escapar de nuestras propias casas, nada", aseveró.
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Un hombre armado visto a plena luz del día disparando a la red eléctrica en Rahat el sábado.
(Ynet)
"Si hubiéramos sido judíos, habrían hecho todo lo posible para detener el tiroteo. Se habrían colocado entre los pistoleros. Fue un tiroteo constante. Los policías deberían estar avergonzados. Deberían marcharse", expresó Nahala.
"Cuando llamamos a la línea de emergencia de la policía, los agentes podían oír el llanto de los niños y los disparos. Pero a nadie le importa", dijo. "¿Una niña de 14 años recibe un disparo en su propia casa y tiene que pasar cinco horas en el quirófano? Ni siquiera ambulancias de la MDA llegaron a nuestra casa y tuvimos que reunirnos con ellas a mitad de camino", sumó.
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Los pistoleros de Rahat posan para la cámara, antes de ser detenidos por la policía.
(Ynet)
Otros familiares estuvieron de acuerdo. "Si esto fuera Cisjordania, la agencia de seguridad Shin Bet habría localizado a los tiradores, a los que lo habían planeado, a los que los llevaron a la zona. ¿Por qué tenemos que mendigar protección policial?", se preguntó un familiar.
La policía, por su parte, aseguró que respondió a los disparos en todo Rahat durante la tarde anterior y la noche. "Pedimos a los residentes y a los dirigentes municipales que actúen con responsabilidad", pidió un agente local.