Umm al-Fahm
Umm al-Fahm.
Ynet
Las enfermeras listas, pero la sala de espera vacía en un centro de vacunación en el sur de Israel.

Tercera dosis: baja adhesión de la población beduina

Centros de vacunación vacíos, médicos que combaten desinformación y números alarmantes. Las poblaciones beduinas y árabe israelí son las más renuentes a las vacunas contra el coronavirus.

Ynet - Adaptado por Tom Wichter |
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A las 12.30 del mediodía la clínica del servicio de salud Clalit está casi vacía. El doctor Fowad Al Zana, jefe administrativo de Clalit en la región del Negev, se acerca a ver qué ocurre. Se lo ve decepcionado, pero no sorprendido: desde el inicio de la pandemia está tratando de convencer a la población beduina para que asista a vacunarse.
Ante esta nueva ola de coronavirus, una vez más Al Zana está tratando de luchar contra las fake news. “Algunos no creen en la vacuna y otros en el coronavirus directamente”, explica sobre una realidad a la que responsabiliza por “las historias y los rumores que circulan en redes”.
El médico confía en que la tendencia cambiará en septiembre, cuando comience el año escolar. “Si para ir a la escuela deben vacunarse o testearse todos los días, calculo que la gente no querrá quedarse pegada a los niños en sus casas o someterse a exámenes todos los días”, vislumbra, aunque le preocupa que “el porcentaje de vacunados es muy bajo y así no se puede garantizar un comienzo de clases sin alteraciones”.
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Vacunatorio
Vacunatorio
Las enfermeras listas, pero la sala de espera vacía en un centro de vacunación en el sur de Israel.
(Herzl Yosef)
A la salida de la clínica Al Zana se encontró con Hassan Alfagir, un joven de 25 años que todavía no asistió a vacunarse. Está sentado, sin mascarilla, y al ser consultado responde que no va a vacunarse. “La vacuna me asusta, pero trabajo y no tengo tiempo”, aduce. "¿No tienes tiempo? ¡Ahora puedes!", replica el médico. “Bueno, agendame una cita para mañana”, dice Hassan.
¿Irá realmente Hassan a vacunarse? La duda quedó instalada. Solamente el 9,5% de los 60 clientes de Clalit de la aldea beduina de Laqiya accedieron a recibir la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19. En Tel Sheva apenas el 8% y en localidades como Umm Batin y Bir Hadaj el número es todavía menor.
Ante esta nueva ola de coronavirus, una vez más el doctor Al Zana está tratando de luchar contra las fake news. “Algunos no creen en la vacuna y otros en el coronavirus directamente”, explica.
“La población de Tel Sheva vive en un nivel socioeconómico muy bajo y existe un gran desafío para promover los servicios médicos”, explica Al Zana, quien resalta la importante tarea que desarrolló Omar Abu Rakeik, jefe de la localidad y enfermero. “Fue el primero en difundir la campaña de vacunación en Facebook y WhatsApp, si no fuera por él esta localidad hubiera sido la de mayor tasa de infección y la de menor tasa de vacunación”, asegura.
Sari Algelban, enfermero de Ararat, está a cargo de la vacunación y lamenta que su agenda no esté cargada. “En el sector beduino, como en toda la sociedad árabe, las fake news repercutieron con fuerza en la campaña de vacunas”, contó sobre un problema que también identifica en la población árabe israelí. En números, las tasas de vacunación de árabes (53%) son mejores que las beduinas, pero están lejos de la población judía (69%).
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Vacuna
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Baja adhesión árabe y beduina a la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19.
(Moti Kimchi)
“Hay falta de información sobre salud y para las personas es fácil quedar atrapadas en fake news, ya que solamente leen los titulares. También es imposible comprender algunos temas en profundidad cuando no se habla el mismo idioma”, asegura Bishara Bisharat, presidenta de la Sociedad de Desarrollo de Salud de la Población Árabe de Israel.
En la ciudad árabe de Umm Al Fahm el panorama es similar. En una de sus calles principales un grupo de jóvenes camina sin mascarillas y Ynet les consulta si se vacunaron contra el coronavirus. “No”, responden y argumentan: “Todos los pacientes vienen del aeropuerto Ben Gurion. Además, no estamos muy inquietos por el coronavirus, nos preocupa más los efectos secundarios de la vacuna”.
“Hay muchas diferencias entre lo que sucede aquí y le ocurre a ustedes, en el sector judío de la sociedad. ¿Para ustedes es importante que nos vacunemos? Entonces inviertan en nosotros”, aseveró uno de los consultados.
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