Personal de seguridad confiscó banderas ucranianas y unas 50 personas se retiraron enojadas debido a “propaganda rusa” durante un polémico concierto del Coro Turetsky que se celebró el lunes a la noche en Jerusalem.
El evento fue organizado por la embajada de Rusia en Israel y otras organizaciones pro rusas. La mayoría de los asistentes fueron adultos mayores, inmigrantes de la ex Unión Soviética, invitados y trasladados de manera gratuita, probablemente como parte de los esfuerzos por mejorar la imagen de Rusia entre los inmigrantes israelíes.
El gobierno ruso financió el viaje del conjunto a Israel, que incluye recitales en Tel Aviv y Haifa, y distribuyó entradas gratuitas a hogares de ancianos, una organización de sobrevivientes del Holocausto y organizaciones cercanas a la embajada rusa en el país.
El Coro Turetsky es una banda famosa y reconocida por cantar canciones en yiddish. Algunos de sus miembros son judíos. Este año miembros de la agrupación expresaron su apoyo a la guerra en Ucrania y el líder de la banda compartió una fotografía con el presidente Putín y otros artistas que apoyan la invasión.
El gobierno ruso financió el viaje del conjunto a Israel, que incluye recitales en Tel Aviv y Haifa, y distribuyó entradas gratuitas a hogares de ancianos.
Durante el espectáculo, al que asistió el embajador ruso en Israel, Anatoly Viktorov, además de representantes del ejército y la iglesia rusa; cinco espectadores fueron retirados por personal de seguridad por ondear banderas ucranianas. Además, varias personas que pertenecen a la organización “Israelíes Amigos de Ucrania” intentaron subir al escenario.
Unos 50 asistentes adicionales se retiraron del teatro alegando que el show se trataba de “propaganda rusa” y contaron que el coro cantó canciones sobre la revolución soviética, una canción de agradecimiento a Lenin y canciones de la Segunda Guerra Mundial. “Pensé que íbamos a escuchar melodías judías, no sabíamos que veníamos a escuchar canciones de amor a Rusia”, afirmó un sobreviviente del Holocausto invitado al evento.
Anna Zharova, presidenta de “Israelíes Amigos de Ucrania”, afirmó que gran parte de la audiencia no se retiró del recinto porque habían llegado en el transporte financiado por la organización del show, y que algunos de los asistentes se retiraron llorando y enojados por tener que escuchar esas canciones mientras familiares suyos ucranianos están bajo la amenaza de bombas rusas.
“El concierto revela un precedente muy peligroso. La embajada de un país extranjero y terrorista, Rusia, utiliza a adultos mayores israelíes que hablan ruso con fines de propaganda”, denunció Zharova.