Sderot se fue a los rieles
Más de cinco meses después del estallido de la guerra, el tráfico de trenes se reanudó el lunes desde la estación de Sderot. Aunque son buenas noticias para los residentes de la ciudad y la región, está habilitado sólo para aquellos que desean viajar hacia el sur. Se reanudó el tráfico en las estaciones de Netivot, Ofakim y Beer Sheva. ¿Por qué? Desde el punto de vista de la seguridad, es imposible viajar hacia el norte, hacia el centro del país, porque en cierta sección, cerca del kibutz Erez, las vías del tren están expuestas a la Franja de Gaza y a la amenaza del fuego antitanque. Los residentes de la zona que quieran viajar hacia el norte abordan autobuses que los llevan a la estación de tren de Ashkelon.
Resulta que esa situación no cambiará pronto. Hasta que se complete la fortificación de la sección expuesta, no será posible el tráfico de trenes en dirección norte. Esto implica la necesidad de instalar medidas de protección a un costo de más de 800 millones de shekels, y en esta etapa aún no se ha encontrado presupuesto. Se estima que la situación se mantendrá así durante al menos dos años y medio, o más.
"Esta es una buena noticia, pero sigue siendo una situación muy problemática, porque la mayor parte del tráfico está hacia el norte, hacia el centro del país", dijo una fuente del municipio de Sderot. "Los residentes tendrán que acostumbrarse a esta situación en los próximos años, a menos que las FDI decidan lo contrario", añadió.
Un nuevo café cerca de la Franja de Gaza
Naama Shapira (23) de Moshav Yesha, en el Consejo Regional de Eshkol, siempre tuvo el sueño de abrir su propio café, y lo cumplió esta semana. Aunque un poco tarde debido a la guerra, pero con un timing perfecto que simboliza el renacimiento de los asentamientos cerca de la Franja de Gaza. Se suponía que el café Emmanuel abriría en la primera semana de octubre, pero todo se canceló cuando estalló la guerra. Naama, que estaba tan entusiasmada con la idea de abrir su negocio en el moshav, tuvo que poner su sueño en suspenso y fue reclutada en las reservas de una unidad de inteligencia, dos años después de haber sido dada de baja de las FDI.
Sirvió en la reserva durante cuatro meses, y al día siguiente de la liberación volvió a trabajar en la construcción. Hoy en día sirve postres, tartas, sándwiches y una variedad de otros platos, todos hechos por ella misma. La noticia de la nueva cafetería que abrió causó sensación y los residentes de la zona que regresaron después de la evacuación visitan el novedoso lugar. Los reservistas que sirven en la zona también se acercan. "Emanuel", en el que además de Shapira hay otros tres trabajadores, se encuentra en el corazón del moshav, en una amplia zona con un paisaje agrícola típico de la región, y con un ambiente agradable y divertido.
Proviene de una familia conocida en la región de Eshkol. Su padre, Gal Shapira, un excombatiente de Sayeret Matkal, murió en un accidente de motocicleta en Uganda en 2015. Salió a caminar con su hermano y un grupo de amigos y chocó contra un automóvil. Era propietario de la empresa agrícola "Ego", una de las más grandes y conocidas de la región. Su segundo nombre era 'Emmanuel', por lo que su hija decidió ponerle su nombre a su café.
"Creo que es muy simbólico que abriera el lugar durante la guerra y en una etapa en la que la mayoría de los residentes regresan a casa", dice. "Le da esperanza a la zona, que hay un lugar al que volver, que todavía es posible, y sobre todo que hay un lugar para pasar el rato y divertirse a pesar de todo. Hay un aire bueno y agradable, a pesar de lo que sucede alrededor. Crecí en un moshav y quiero quedarme aquí por el resto de mi vida. El objetivo es, en primer lugar, estimular la vida en la región", expresó Naama.
El pintor volvió a casa, y con él los colores
En el corazón del aparcamiento de Reim, donde cientos de jóvenes fueron asesinados en la fiesta Nova y otros fueron secuestrados, se instaló un nuevo albergue debido a la cantidad de visitantes de la zona. En sus paredes exteriores hay una pintura artística: una avenida de árboles y un camino que conduce a lo desconocido, al final del cual hay una misteriosa luz blanca, la proveedora de luz al final del túnel, la proveedora de luz para el más allá. A un lado del camino hay un hacha afilada, clavada en un árbol y rodeada de flores.
Esta es la primera pintura del artista Elisef Miara (41), pinto en la zona de la frontera con Gaza. Un residente de Moshav Shukda, casado y padre de seis hijos, regresó a casa hace unas semanas y ahora también está pintando. Y pintó un cuadro en el aparcamiento de Reim, trató de expresar tanto las tragedias de la masacre en la fiesta como la esperanza de un futuro mejor.
Completó esta pintura esta semana a petición de Yedidya Harush, representante del FNJ en el norte del Néguev. "El aparcamiento de Reim, el complejo de fiestas Nova, se ha convertido en un lugar de peregrinación", explica. "Estaba debatiendo qué pintura podría recordar mejor a las víctimas pero que también simbolizara el futuro. Después de mucha deliberación, elegí dibujar un camino en un bosque. Es un camino lleno de misterio. Quien mira de cerca puede ver los árboles como si bailaran, porque allí había una fiesta en la naturaleza, pero el hacha expresa la tragedia. No quería dar una expresión trágica solamente, sino también algo que simbolizara el futuro. La luz en el borde es una luz que cualquiera que mire puede llevarla a donde quiera. Hay algo abrumador en la pintura que permite a todos definir lo que están pasando cuando miran".
Miara caminó por el recinto de la fiesta, conoció y habló con la gente, y de ellos se inspiró para la pintura. "Miles de personas acuden al complejo de Nova para conmemorar a las víctimas, o para protestar por el tema de los secuestrados. Hay energías muy fuertes allí. Consulté a los visitantes que conocí. Algunos me dijeron que me centrara en lo trágico, otros me sugirieron pintar algo optimista. Al final, encontré la manera de integrarme", dice.
En los últimos años, Miara ha pintado cientos de dibujos de acuerdo con su ubicación o la naturaleza del lugar. Cuando comenzó la guerra, fue evacuado de su casa con su familia y la comunidad de Shukda, pero recientemente regresaron a casa, así como a las pinturas.
Los miembros de Ein HaShlosha regresaron a Netivot
Unas 89 familias del kibutz Ein HaShlosha se mudaron recientemente a un edificio en Netivot para estar cerca de la casa a la que pronto regresarán. Hasta ahora, los miembros de la comunidad se habían alojado en un hotel en Eilat, pero la distancia de su hogar era difícil. La mayoría de ellos expresaron su voluntad de regresar a sus hogares, a pesar del trauma de la masacre, en la que cuatro miembros del kibutz fueron asesinados. Se estima que más de 100 terroristas invadieron Ein HaShlosha, cerca de la frontera frente a Khan Younis. Los miembros del escuadrón de alerta del kibutz lucharon contra ellos y evitaron un desastre mucho mayor.
Cinco meses después, las sucursales de los kibutz han vuelto a funcionar, pero los sistemas educativos aún no lo están. La comunidad de Ein HaShlosha decidió permanecer unida, por lo que sus miembros eligieron la ruta de la vida compartida temporal en Netivot, que se encuentra a 20 minutos en coche, lo que les permite estar cerca de la casa original y de los trabajos de restauración con la esperanza de volver en unos meses.
Shiri Aviv, gerente de la comunidad de Ein HaShlosha, dijo: "Me gustaría agradecer a la Municipalidad de Netivot y a sus residentes que abrieron sus puertas y sus corazones. Cuando algo importante y bueno sucede en la vida de una persona, es costumbre bendecir a 'Shejayanu'. Me permito decir en nombre de toda la comunidad de Ein HaShlosha que hemos revivido y sostenido y hemos llegado a este momento. Cada palabra de saludo significa mucho para nosotros. Estamos a mitad de camino y todavía nos queda un largo camino por recorrer. Lo estamos pavimentando a medida que lo caminamos con la ayuda de mucha gente buena."
"Regresamos con el corazón apesadumbrado. Esa es la verdad"
Sólo han pasado unos días desde que Moran Hajabi, miembro del pleno del Consejo Regional de Sha'ar Hanegev, regresó a su casa en Moshav Yachini y todavía está tratando de acostumbrarse a la nueva situación. "Cuando la gente me pregunta cómo me siento, respondo: depende de la hora del día. Hay momentos en los que estoy en casa y me siento lo mejor posible, y hay momentos en los que estoy afuera abrumada por emociones y miedos. Así es todo el tiempo, oscilo entre la calma del hogar y el miedo a lo que está por venir".
Hajabi, su esposo y sus dos hijos, de 8 años y año y medio, regresaron a casa con toda la comunidad Yakhini que se alojaba en Kfar Maccabiah. Hajabi también es miembro del Comité de Agricultura y del Comité de Finanzas del Consejo. Durante la guerra, visitó la casa dos veces e inmediatamente abandonó la zona. Durante este período, participó en la gestión de la crisis que afectó a la pequeña autoridad local.
"La mayor parte de la comunidad estaba llorando, excepto unos pocos", dice. "Volvimos con el corazón apesadumbrado, ésa es la verdad, pero ¿cuánto se puede estar fuera de casa? Este es un evento inhumano. Esperamos a que abrieran las escuelas y los jardines de infantes y eso nos dio un incentivo. Gran parte de la asimilación de este evento sólo ocurre ahora, cuando estoy en casa. De repente se filtra, todo lo que hemos pasado aquí".
Seis residentes de Yakhini fueron asesinados en la masacre del 7 de octubre. En su calidad de miembro plenario del consejo, Hajabi se ocupa principalmente del funcionamiento de los sistemas educativos que hasta ahora estaban cerrados. El Consejo Regional de Sha'ar Hanegev administra escuelas temporales en las comunidades de la retaguardia, así como en el Campus de Educación. Esta división temporal requiere una gran cantidad de trabajo, y no siempre es posible complacer a los padres y maestros.
"Venimos con una actitud de escucha y aprendizaje en medio de todo este evento. Nada es perfecto. Estamos en estado de emergencia y después de un hecho impactante", añade. "Creo que hemos encontrado una manera de operar los sistemas, pero todavía hay muchas brechas. Cada localidad del concejo tiene sus propias necesidades y estamos atentos a eso. Tenemos un equipo increíble y todos estamos trabajando duro para sanarnos a nosotros mismos, abrazar a las familias en duelo y luchar por los secuestrados."
