Miles de personas se manifestaron en Israel en contra de la reforma judicial que impulsa el gobierno, en una jornada que incluyó enfrentamientos con la policía que dejaron un saldo de decenas de heridos y detenidos.
Uno de los principales puntos de fricción con las fuerzas de seguridad se produjo en Tel Aviv, cuando un grupo que superaba el millar de personas intentó marchar por una autopista. En Jerusalem cientos de personas se acercaron a la residencia del primer ministro y rompieron parcialmente una barrera policial que les impedía acercarse hasta la puerta del lugar.
En diferentes puntos en los cuales las protestas intentaron cortar calles la policía reprimió con golpes de porras y granadas de aturdimiento. Decenas de manifestantes resultaron heridos, y otros tantos fueron arrestados por las fuerzas de seguridad. A última hora de la noche un foco de protesta continuaba en Tel Aviv frente a una peluquería en la que se encontraba Sara Netanyahu, esposa del primer ministro.
Minutos antes de la protesta frente a la peluquería el primer ministro Netanyahu emitió un discurso público en el que llamó a los manifestantes como “infractores de la ley” y los comparó con los colonos israelíes que esta semana provocaron destrozos e incendios en Huwara, ciudad palestina de Cisjordania, en represalia a un atentado terrorista en el que fueron asesinados dos israelíes el domingo pasado.
El primer ministro Netanyahu se refirió a los manifestantes como “infractores de la ley” y los comparó con los colonos israelíes que esta semana provocaron destrozos e incendios en la ciudad palestina de Huwara.
“Bibi, Sara, esto no es Huwara”, corearon los manifestantes frente a la peluquería de Tel Aviv. “¿Dónde estaban en Huwara?”, le gritaron a su vez a los policías que llegaron hasta la peluquería con un enorme despliegue operativo.
Netanyahu se refirió a los manifestantes como “activistas de la anarquía” y acusó al líder opositor Yair Lapid por los incidentes del miércoles: “Están cruzando todas las líneas rojas”, dijo. El ultraderechista Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, también llamó “anarquistas” a los participantes de las protestas y los definió como “un grupo de privilegiados que no pueden aceptar una dolorosa derrota electoral”.
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Concentración de personas frente a la peluquería en la que se encontraba Sara Netanyahu.
(Or Hadar)
Isaac Herzog, presidente de Israel, se refirió a las protestas y aseguró que el país atraviesa “un momento difícil de crisis interna, profunda y grave, que nos amenaza a todos”. El jefe de estado advirtió que la situación es “muy peligrosa” y que “puede llevarnos a un abismo terrible”.
“No permitiré que ocurra un desastre histórico, creo de todo corazón que es posible convertir esta crisis en un momento de preservación de nuestra democracia, de nuestros principios consagrados en la Declaración de la Independencia, del estado de derecho, de los derechos humanos y de los contrapesos entre los poderes del Estado”, declaró Herzog.
