Captor palestino en el balcón de la delegación israelí en la villa olímpica de Munich de 1972.
Captor palestino en el balcón de la delegación israelí en la villa olímpica de Munich de 1972.
AP
Captor palestino en el balcón de la delegación israelí en la villa olímpica de Munich de 1972.

Operación “Ira de Dios”: la respuesta de Israel a la masacre de Munich en 1972

Tras haber atacado a los responsables de los ataques a los atletas, dondequiera que se encontraran, incluso en Beirut, Israel despliega asesinatos selectivos similares contra enemigos, entre ellos Irán, según los informes.

AFP - Adaptado por Adrián Olstein |
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El asesinato de 11 israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972 llevó a Israel a recurrir a una estrategia que perdura hasta el día de hoy: desplegar agentes secretos en el extranjero para asesinar a sus enemigos.
Desde que el servicio de inteligencia del Mossad se embarcó en su Operación "Ira de Dios" para cazar a militantes de alto rango a los que culpó del baño de sangre de Munich, ha atacado encubiertamente a los enemigos de Israel en el extranjero.
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Captor palestino en el balcón de la delegación israelí en la villa olímpica de Munich de 1972.
Captor palestino en el balcón de la delegación israelí en la villa olímpica de Munich de 1972.
Captor palestino en el balcón de la delegación israelí en la villa olímpica de Munich de 1972.
(AP)
Un día como hoy de hace cincuenta años, hombres armados palestinos del grupo militante Septiembre Negro irrumpieron en la villa olímpica y asaltaron las habitaciones de los atletas israelíes y sus entrenadores.
Después de una violenta toma de rehenes, que se agravó por los errores de los servicios de seguridad alemanes, los israelíes fueron asesinados, provocando una profunda consternación en el Estado judío.
"Fue un verdadero shock para la población israelí", recuerda Ehud Barak, ex primer ministro israelí que en ese momento se desempeñaba como comandante al frente de una unidad militar de élite. "La combinación de la naturaleza de los asesinatos y la impotencia de los atletas que fueron atacados y el hecho de que fue en suelo alemán de alguna manera resuena", señala.
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Helicóptero alemán incendiado en la base aérea de Fürstenfeldbruck, tras un intento fallido de liberar a los rehenes israelíes.
Helicóptero alemán incendiado en la base aérea de Fürstenfeldbruck, tras un intento fallido de liberar a los rehenes israelíes.
Helicóptero alemán incendiado en la base aérea de Fürstenfeldbruck, tras un intento fallido de liberar a los rehenes israelíes.
(AFP)
Los asesinatos provocaron "profundo dolor, mucha indignación" y una campaña concertada para "vengarse y matar a las personas involucradas", agrega Barak.
"Golda Meir realmente dudó. ¿Debía autorizar asesinatos en toda Europa y Oriente Medio? Su respuesta fue 'sí'"
Michael Bar-Zohar, historiador
El programa clandestino fue encabezado por el entonces jefe del Mossad, Zvi Zamir, la primera ministra Golda Meir y su asesor antiterrorista Aharon Yariv, explica el historiador Michael Bar-Zohar. En un primer momento, “después de Munich, Golda Meir no sabía qué hacer", comenta.
Los dos jefes de seguridad, ambos con "aires de académicos", se reunieron con Meir, cuenta el historiador israelí. "Eran tímidos, bien vestidos y dijeron una cosa: 'Ahora debemos destruir Septiembre Negro'".
El pequeño grupo, consciente de que sería casi imposible cazar a todos los miembros de Septiembre Negro, ideó una estrategia para "aplastar la cabeza de la serpiente" matando a los líderes del grupo, afirma Bar-Zohar.
"Golda realmente dudó", repasa el historiador. "¿Debía autorizar asesinatos en toda Europa y Oriente Medio?”
"Ella dijo 'sí'", concluye.
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La primera ministra israelí Golda Meir tras la masacre de Munich.
La primera ministra israelí Golda Meir tras la masacre de Munich.
La primera ministra israelí Golda Meir tras la masacre de Munich.
(AFP)
En los meses siguientes, los jefes de Septiembre Negro y sus aliados de la Organización para la Liberación de Palestina comenzaron a morir en circunstancias misteriosas en Roma, París y Chipre.

Pintalabios y bombas

Entre los objetivos se encontraban tres palestinos que fueron asesinados en Beirut en abril de 1973 por un escuadrón vestido con ropa de mujer.
Uno de los agentes disfrazado con maquillaje y senos falsos era Ehud Barak, entonces comandante de la unidad Sayeret Matkal desplegada para matar a Mohammed Youssef al-Najjar, Kamal Adwan y Kamal Nasser.
El escuadrón viajó en un buque de guerra, luego en lanchas rápidas más pequeñas para llegar a Beirut, donde fueron recibidos por agentes del Mossad con autos de alquiler, haciéndose pasar por turistas.
El equipo anticipó que más de una docena de jóvenes caminando por una zona de lujo de Beirut podría despertar sospechas.
“Así que decidimos que 'algunos seríamos mujeres'”, cuenta Barak, ahora con 80 años. “Yo era el comandante de la unidad, pero tenía cara de bebé en ese entonces, así que fui uno de los elegidos.
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Secuelas de la operación israelí contra el grupo Septiembre Negro en Beirut en 1973 en represalia por la masacre de Munich.
Secuelas de la operación israelí contra el grupo Septiembre Negro en Beirut en 1973 en represalia por la masacre de Munich.
Secuelas de la operación israelí contra el grupo Septiembre Negro en Beirut en 1973 en represalia por la masacre de Munich.
(AP)
“Me disfrazaron de morena, con labios rojos y sombra azul en los ojos, y nos llevamos unas medias militares para rellenar el sostén”, recordó.
"Hay un vínculo directo entre lo que sucedió entonces y lo que vemos ahora. Israel está utilizando los asesinatos selectivos como una de sus principales armas en su política de defensa"
Ronen Bergman, periodista de investigación
Los cuatro agentes disfrazados de mujeres vestían pantalones anchos, escondían armas en chaquetas y bolsos, y estaban armados con granadas de mano y explosivos.
Dividiéndose en pequeños grupos, se dirigieron hacia las casas de sus objetivos, pero fueron atacados intensamente. Dos israelíes murieron, junto con varios civiles libaneses y los tres palestinos.
En cuestión de horas, Barak estaba de regreso en Israel, donde su esposa lo interrogó sobre la sombra de ojos y el lápiz labial que tenía en la cara.
“Yo no podía decirle”, recordó el ex primer ministro, y agregó que felizmente “ella encendió la radio y se pusieron a discutir las noticias sobre lo que había pasado”.

En busca del “Príncipe Rojo”

Sin embargo, estos primeros éxitos pueden haber hecho que Israel se sintiera demasiado confiado, lo que contribuyó a los fracasos posteriores.
Tres meses después de la operación de Beirut, el Mossad creía haber localizado a Ali Hassan Salameh, jefe de operaciones de Septiembre Negro, conocido como el "Príncipe Rojo".
Israel envió a asesinos a la ciudad noruega de Lillehammer donde, en un caso de confusión de identidad, mataron al camarero marroquí Ahmed Bouchikhi.
El escuadrón de la muerte estaba "demasiado seguro de sí mismo", dijo Bar-Zohar, autor de una serie de libros sobre la inteligencia israelí, incluida la operación de Noruega.
"Llegaron a Lillehammer con información falsa. Ya estaban bastante seguros de que se trataba de una operación de rutina e ignoraron todas las pruebas que demostraban que no era él", dijo.
“Por ejemplo, vieron que el hombre al que seguían vivía en un barrio pobre, que andaba en bicicleta, que iba solo a la piscina. Un jefe terrorista no hace eso”.
Después de matar al hombre equivocado, tres agentes israelíes fueron arrestados por la policía noruega y pasaron 22 meses en prisión.
Sin inmutarse, el Mossad siguió adelante con una operación de años para atrapar a Salameh.
Israel desplegó al agente secreto "D" en Beirut, que se hizo amigo del palestino y su esposa, la modelo y reina de la belleza Georgina Rizk.
D, en un documental de 2019 transmitido por el Canal 13 de Israel, describió su etapa de encubierto como "mi vida real" en Beirut, donde frecuentaba un club deportivo con Salameh y estudiaba sus hábitos y movimientos.
"Lo consideraba al mismo tiempo un amigo y un enemigo mortal", dijo D. "No es fácil. Tú sabes, en el fondo, que debe morir".
En enero de 1979, casi cinco años después del inicio de la operación, Salameh fue asesinado por un coche bomba en Beirut.

Irán en la mira

El asesinato de uno de los principales miembros de Septiembre Negro no puso fin a la ola de asesinatos.
Israel, en cambio, centró su mirada en otros objetivos, como aquellos a los que responsabilizó por los ataques contra los israelíes durante la primera Intifada palestina, así como a su archienemigo Irán.
Ronen Bergman, autor del libro "Rise and Kill First" sobre los asesinatos selectivos de Israel, dijo que los ataques de Munich hicieron que Israel se diera cuenta de que "no habría nadie más" para proteger sus propios intereses y a sus ciudadanos.
"Hay un vínculo directo entre lo que sucedió entonces y lo que vemos ahora", afirma. Hoy, "Israel está utilizando los asesinatos selectivos como una de sus principales armas en su política de defensa de los intereses de seguridad nacional", sostiene.
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Mohsen Fakhrizadeh, científico nuclear iraní de alto rango asesinado cerca de Teherán.
Mohsen Fakhrizadeh, científico nuclear iraní de alto rango asesinado cerca de Teherán.
Mohsen Fakhrizadeh, científico nuclear iraní de alto rango asesinado cerca de Teherán.
Bergman señaló la muerte del destacado científico nuclear iraní Mohsen Fakhrizadeh, cuyo asesinato en las afueras de Teherán hace casi dos años fue atribuido a Israel.
El autor dijo que, si bien los asesinatos selectivos fueron "realmente efectivos" contra los organizadores de ataques contra israelíes, "todavía hay un debate sobre qué tan efectivos son los asesinatos de científicos nucleares que comenzaron en 2007", señala, y agrega: "Son muy difíciles de medir, pero está claro que Israel continúa con el mismo tipo de política".
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