Carreteras que suelen estar atascadas, este jueves estuvieron casi desiertas salvo por algunos peatones que cruzan sin prisa. Visto desde arriba la escena podría confundirse con un cierre por COVID-19, pero lo que ocurrió fue que las calles israelíes estuvieron vacías debido a la celebración de Yom Kipur.
El día del perdón, la jornada del año más sagrada del calendario judío, es un evento anual en el que cierran todos los negocios, se suspende el tráfico aéreo y, siguiendo la ley judía, la mayoría de los israelíes se abstienen de conducir sus automóviles.
Así fue que las calles y los centros de las ciudades del país quedaron vacíos, a disposición de muchos niños que aprovecharon los caminos desiertos para andar en bicicletas y patinetas sin temor a ser atropellados por automovilistas.
El año pasado la paralización del país por Yom Kipur estuvo acompañada por un bloqueo sanitario para combatir la propagación del COVID-19. Esta vez el primer ministro Naftalí Bennett trató de evitar bloqueos similares a través de una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus, a la que ya accedió un 32% de la población del país.