Imran Muhammad Hujayrat con su madre Aisha.
Imran Muhammad Hujayrat con su madre Aisha.
Gentileza
Desde la izquierda en el sentido de las agujas del reloj: Adam y Amir Masarwa, Rami Marjiehm y Mohammad Abu Hawash.

La violencia en la sociedad árabe israelí y las secuelas en los niños

Los niños del sector árabe lidian con pesadillas, enuresis, ansiedad y ausencias escolares debido a la violencia en sus comunidades. Su difícil situación se profundiza por la escasez de apoyo mental adecuado. "El sonido de los disparos se ha vuelto familiar y rutinario", cuentan las madres.

Einav Halabi |
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"Insto a mis hijos a no salir a menos que sea absolutamente urgente", señaló Hassan, de 45 años, padre de tres hijos de entre 13 y 19 años, de Jadeidi-Makr, que recientemente se ha convertido en un lugar común para los tiroteos. Hace sólo unos meses, un residente del vecindario recibió un disparo a plena luz del día, un viernes.
"Se ha vuelto muy peligroso salir de casa. El consejo inicial cuando escuchas disparos no es salir de inmediato, sino esperar unos minutos y luego ver qué sucedió", añadió Hassan.
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Desde la izquierda en el sentido de las agujas del reloj: Adam y Amir Masarwa, Rami Marjiehm y Mohammad Abu Hawash.
Desde la izquierda en el sentido de las agujas del reloj: Adam y Amir Masarwa, Rami Marjiehm y Mohammad Abu Hawash.
Desde la izquierda en el sentido de las agujas del reloj: Adam y Amir Masarwa, Rami Marjiehm y Mohammad Abu Hawash.
(Ynet)
Hassan se refirió al comportamiento violento de personas en las carreteras, que muestran abiertamente sus armas para intimidar. "Son matones que conducen agresivamente. Es imposible predecir lo que podría suceder, así que siempre les digo a mis hijos que sean cautelosos en cada situación, incluso en las más mundanas", agrega.
Hassan cree que sus hijos, como la mayoría en la ciudad árabe, sufren de estrés postraumático no tratado. Como en muchos asentamientos árabes, no hay apoyo psicológico adecuado o estímulo para buscar terapia. "El sonido de los disparos se ha vuelto familiar y rutinario. Ha llegado a un punto de ser una crisis nacional insoportable", comentó Hassan.
Hanan Sabah, de 37 años, es madre de tres hijos de entre 4 y 11 años, de Tur'an, un pueblo que ha sido testigo de varios asesinatos, tres de ellos desde principios de año. También relató el trauma que sufren los niños. "En invierno, mi hijo me dijo durante una tormenta eléctrica: 'Mamá, hay una explosión', y comenzó a llorar. No puede distinguir entre truenos y disparos; para ellos, es lo mismo".
"Es imposible predecir lo que podría suceder, así que siempre les digo a mis hijos que sean cautelosos en cada situación, incluso en las más mundanas"
Ella dice que los niños lidian profundamente con los sonidos de los disparos. "Uno de mis hijos preguntó: 'Mamá, esto es la guerra, ¿verdad? Así es como suenan las guerras'", relató con tristeza. "Estamos viviendo en modo de supervivencia diaria. Cada vez que pasa una moto, temo que algo pueda suceder", agregó luego.
Uno de los incidentes más desgarradores y memorables fue el asesinato de Imran Muhammad Hujayrat, de 4 años, quien recibió un disparo frente a su madre en la aldea de Bir al-Maksur, en la Baja Galilea, el año pasado.
Recientemente, la comunidad árabe ha visto un aumento en las solicitudes de servicios de salud mental y psicológicos.
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Imran Muhammad Hujayrat con su madre Aisha.
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(Gentileza)
El doctor Amir Birani, psicoterapeuta, consejero y terapeuta familiar y de parejas, afirmó: "La violencia causa angustia psicológica significativa para toda la familia. En los niños, los síntomas físicos a menudo aparecen, pero no exclusivamente: dolores de estómago, miedos, excitación, aislamiento social, deterioro educativo, entre otros. Hay una escasez significativa de profesionales en todos los campos de la salud mental, especialmente para los niños. Hay largas listas de espera incluso en el sector privado, lo que retrasa aún más el tratamiento de los niños".
Ola Fakherdeen-Abu Rish, CEO de Yanbu, una organización paraguas para refugios comunitarios árabes, dijo: "La violencia en las calles tiene un gran impacto en la sensación de seguridad entre los adultos, y aún más entre los niños. En los marcos de la primera infancia, no hay individuos con las herramientas profesionales adecuadas".
Desde principios de 2023, cuatro niños pequeños de la comunidad árabe han sido asesinados: Rami Marjieh, Mohammad Abu Hawash y Adam y Amir Masarwa.
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