"Traté a un paciente de 70 años con inmunosupresión debido a una enfermedad articular. Un año antes, había contraído COVID-19, recibió medicación y se recuperó bien. Este año, cuando se infectó de nuevo, el médico de la familia dijo que hoy la enfermedad es leve y el medicamento es ineficaz, se deterioró y fue conectado a un respirador y murió, un caso que podría haberse evitado por completo." La profesora Galia Rahav comparte un caso que quizás ilustra más que cualquier otra cosa que el coronavirus todavía está aquí y que es peligroso.
El coronavirus de hoy es diferente al que conocimos en 2020. "La enfermedad ha cambiado de cara", explica la profesora Rahav. "Hoy en día, perjudica principalmente a las personas mayores, especialmente en entornos geriátricos, y a las personas inmunodeprimidas o con enfermedades subyacentes significativas. Difícilmente se ve COVID-19 grave en personas jóvenes y sanas". A pesar de ello, advierte, la actitud del público hacia la enfermedad ha cambiado radicalmente, a veces hasta el punto de un peligroso desdén.
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"El contacto con la tierra y el barro provoca la exposición a bacterias tan resistentes, así como a hongos."
(Dana Kopel)
Los nuevos mitos y la verdad detrás de ellos
"La pandemia ha quedado atrás y, por lo tanto, no hay nada que probar", esta es una de las frases comunes que escucha el profesor Rahav. "Es un grave error", afirma enfáticamente. "Las personas mayores y las personas inmunodeprimidas en riesgo deben hacerse la prueba, porque hay medicamentos que pueden prevenir el deterioro. Los jóvenes también necesitan saber si están enfermos para proteger su entorno".
Mito: "No hay nada que puedas hacer cuando te infectas con el coronavirus"
Otro mito afirma que "no hay nada que hacer cuando estás infectado". "Eso realmente no es cierto", enfatiza la profesora Rahav. "Las personas en riesgo tienen medicamentos que pueden prevenir el deterioro hasta la hospitalización e incluso la muerte, pero es importante comenzar a tomarlos dentro de los 3 a 5 días posteriores al inicio de los síntomas". Según ella, la afirmación de que "son sólo unos días de fiebre y pasa" también es inexacta. "Algunas personas tienen hipercoagulación con efectos cardíacos y pulmonares, y otras desarrollan COVID prolongado".
Mito: "No hay razón para aislarse porque la ley no es vinculante"
Rahav también se refiere a la afirmación de que "los tratamientos para el coronavirus hoy en día son lo suficientemente efectivos como para erradicar la pandemia": "Esto simplemente no es cierto. El coronavirus se encuentra en un estado endémico y, aunque los tratamientos previenen la enfermedad grave, no previenen la infección. Es por eso que todavía estamos viendo muchos casos".
Otro punto que molesta a la profesora Rahav es el enfoque de que "si descubro que soy portador, no hay razón para aislarme porque la ley no lo exige". "Es cierto que no hay ninguna obligación legal", dice, "pero sí una responsabilidad personal. Yo, como médica, no voy a ir a trabajar e infectar a todos mis pacientes. Es simplemente moralmente incorrecto".
Mito: "El coronavirus es como la gripe"
La realidad es más compleja de lo que pensamos. "Actualmente, la gripe B es en realidad más peligrosa para los jóvenes sanos", dice Rahav. "En las últimas semanas, he visto a jóvenes de 17 a 22 años con gripe en cuidados intensivos, mientras que en el coronavirus rara vez vemos este tipo de casos. Sin embargo, el coronavirus sigue siendo más problemático y contagioso, especialmente para las poblaciones de riesgo".
"Lo que estamos viendo con la gripe", explica, "es el resultado de un virus que se encuentra con una población que no ha sido vacunada durante mucho tiempo. En los ancianos que han sido vacunados recientemente, el efecto es menos significativo".
"En Estados Unidos, el 40% de la población mayor de 65 años está vacunada contra el coronavirus. Con nosotros (en Israel), menos del 4%"
La situación de la vacunación en Israel es motivo de especial preocupación para la profesora Rahav. "El porcentaje de vacunados contra la nueva cepa aspira a cero, y eso es terrible. En los países escandinavos, más del 80% de las poblaciones en riesgo están vacunadas, en Estados Unidos el 40% y en nuestro país menos del 4%". También se refiere a la afirmación común: "Si no estoy en un grupo de alto riesgo, no tengo nada que vacunarme". "Es cierto que no hay una recomendación general para los jóvenes sanos, pero sabemos que una vacuna previene el Covid prolongado. Cada uno tiene que hacer sus propios cálculos".
Cinco consejos para protegerse contra el coronavirus y las enfermedades invernales
Aunque actualmente no hay restricciones oficiales, Rahav sugiere varias formas de protegerse del COVID-19 y otras enfermedades invernales:
1. Asegurarse de que las personas en riesgo en su área estén vacunadas contra el COVID-19.
2. Queadarse en casa durante cinco días cuando esté enfermo: incluso si la ley no lo requiere, existe una responsabilidad personal, y si sale de casa use una mascarilla.
3. Vacunarse contra la gripe a partir de los seis meses, la gripe es muy significativa en el período actual.
4. Hágase la prueba para detectar síntomas, especialmente si se encuentra en un grupo de alto riesgo o muy cerca de poblaciones de riesgo. Si le diagnostican COVID-19, existe un tratamiento que evitará que la enfermedad se deteriore hasta la hospitalización/muerte.
5. Mostrar responsabilidad personal aun cuando no exista obligación legal. Ninguno de nosotros querría estar expuesto a personas con coronavirus.
"Todos nosotros, el sistema de salud, los médicos tratantes y el público, a veces olvidamos que el coronavirus todavía está aquí", concluye la profesor Rahav. "Tal vez sea la fatiga de lidiar con la enfermedad, tal vez sea el cerebro que prefiere suprimir los problemas, pero el resultado podría ser desastroso para las poblaciones en riesgo", finalizó.