La ministra del Interior, Ayelet Shaked, acordó el jueves aliviar las restricciones de viaje a los llamados países "rojos" para los israelíes que viven en el extranjero.
De acuerdo con las nuevas directrices, los israelíes que afirman que las principales actividades de su vida están en el extranjero, podrán regresar después de no antes de 30 días, por debajo del requisito anterior de 90 días.
Israel dispuso prohibición de viajar a muchos países africanos, europeos y norteamericanos, debido a la rápida propagación de la variante Ómicron del COVID-19.
Los ciudadanos que deseaban viajar a esos destinos tenían que recibir un permiso especial de un comité del Ministerio del Interior y demostrar la causa del viaje.
El martes, los impedidos de viajar, aunque pudieron demostrar que vivían en el extranjero, protestaron en el aeropuerto Ben Gurion por las restricciones que, según ellos, les imponían para poder regresar.
El trabajo del comité fue criticado por ser lento, torpe y burocrático, y aquellos que finalmente pudieron abordar vuelos debían firmar un compromiso de que no regresarían al país antes de que hubieran pasado tres meses.
El parlamentario Yomtob Kalfon planteó el tema ante el Comité de Constitución de la Knesset y afirmó que la prohibición de 90 días de retorno era demasiado severa para los israelíes que viven en el extranjero. "¿Por qué una madre que trabaja en el extranjero, y tiene un hijo de 4 años en Israel, tiene que salir de aquí durante 90 días?", preguntó refiriéndose al caso de una mujer que trabaja en Francia, pero su familia vive en Israel.
Junto con las críticas sobre el tiempo antes de que se diera la aprobación, la gente se quejó de la falta de formularios y la información engañosa en el sitio web del gobierno.