¿Subirán los precios en Pésaj? Fabricantes de matzá exigen un aumento de precios del alimento, considerado esencial en Israel durante la festividad judía, y chocaron con la resistencia de las cadenas de comercialización.
“No se suben los precios hace 7 u 8 años”, argumentó Yanki Ludmir, director ejecutivo y copropietario de la matzá Yehuda y Carmel, quien expresó su intención de aumentar los precios entre 8% y 12%. “Aumentó el cartón, la materia prima, los salarios, pero las cadenas minoristas no están de acuerdo”, contó.
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Los fabricantes de matzá buscan subir sus precios "después de 7 u 8 años".
(Moti Kimji)
Si bien la intención de congelar los precios es una buena noticia para el consumidor, Ludmir explicó que la situación es insostenible y si no hay un ajuste peligra el abastecimiento. “Como fabricante empleo a cientos de personas, los negocios deben subsistir o de lo contrario habrá desempleo”, afirmó, y comparó los precios de la matzá con otros productos: “Los waffles y los pretzels tienen menos costo de producción y se venden mejor”.
Un comerciante minorista respondió ante la consulta de Ynet que “los fabricantes ganan mucho dinero y muchos de ellos compraron sus insumos antes de que suban los precios”. Según la fuente consultada, “no hay motivo para subir los precios de un producto en el cual los clientes son consumidores cautivos”.
Roi Wolf, vicepresidente de la matzá Aviv, se quejó de que los fabricantes “absorbimos muchos costos por el estado de la economía, y pedimos una suba de precios pero las cadenas no están de acuerdo”. En ese sentido, el fabricante aconsejó a los consumidores a que realicen las compras con anticipación. “La mayoría compra la matzá 2 o 3 días antes de Pésaj, pero algunas cadenas ya las estarán vendiendo desde esta semana y recomendamos a las personas que compren con anticipación para evitar la escasez”.
En relación a la situación de la industria de la matzá, Wolf recalcó que “antes había cinco fábricas y solamente sobrevivieron tres” y reveló que la tendencia de las empresas es buscar la rentabilidad en otros horizontes. “La mayor parte de nuestra producción es la matzá, pero la rentabilidad no está entre las más altas del mundo y nuestro futuro está en otro lado”, afirmó, y puso como ejemplo a las galletitas sin azúcar y los alimentos reducidos en azúcar que ya fabrican en su planta.