Bandera de la comunidad LGBT
Bandera de la comunidad LGBT.
Ynet
Marcha del Orgullo en Jerusalem.

El voto LGBT podría ser determinante en las elecciones israelíes

Opinión. Un dirigente de la comunidad gay en Israel analiza cómo pueden influir los votos LGBT, que pueden decidir qué parlamentarios se sentarán en diez bancas de la Knesset, en los comicios del 23 de marzo. Más tolerancia por parte de partidos de derecha, una posible pérdida de apoyo de los miembros derechistas del colectivo a Netanyahu, el rechazo de los árabes homosexuales a los parlamentarios de su sector, e incertidumbre respecto de lo que sucederá en el campo de centro-izquierda.

Abogado Or Keshet - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Existe la posibilidad de que el voto de la comunidad LGBT decida los resultados de las elecciones de la próxima semana. ¿Suena absurdo? No si aprendemos de la experiencia estadounidense del pasado noviembre. Datos fascinantes publicados por el Washington Post revelan que la voz LGBT tuvo una influencia decisiva en los Estados divididos entre los partidarios de Joe Biden y los de Donald Trump.
El sistema electoral en Israel es diferente al estadounidense, pero el principio se mantiene: mientras varios partidos luchan por superar la cláusula de barrera, y cada paso de un escaño de un bloque a otro puede cambiar el curso de la historia, los votos de los miembros de la comunidad gay pueden determinar qué legisladores se sentarán en diez bancas de la Knesset, por lo que hay grandes posibilidades de que el colectivo LGBT tenga la última palabra en las elecciones.
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Marcha LGBT
Marcha LGBT
Marcha del Orgullo en Jerusalem.
(Reuters)
En el campo de centro izquierda, por ejemplo, los votantes LGBT podrían ser los que determinen si Meretz pasará la cláusula de barrera o se quedará fuera de la Knesset, lo que tendría un gran impacto en todo el mapa político.
El voto gay también podría influir en la elección del partido árabe Hareshima Hameshutefet. Entre sus votantes potenciales se encuentran miembros de la comunidad LGBT de la sociedad árabe -que suelen ser ciudadanos con posiciones liberales- y también bastantes judíos, especialmente los partidarios de Hadash, que creen que la igualdad para los árabes y la igualdad para la comunidad LGBT son dos caras de la misma moneda. No hay duda de que las últimas declaraciones homofóbicas del parlamentario de Hareshima Hameshutefet Ahmad Tibi (quien desafortunadamente no ha sido condenado por el líder de la facción, Ayman Odeh, y sus compañeros de lista) no está ayudando a acercar a este público a su partido.
Es posible que el parlamentario Tibi estime que el sector árabe ya "esté en el bolsillo” de su facción, y que su posición anti-LGBT lo ayudará a competir con el partido Raam, de Mansour Abbas, por los votos islamistas. Si este es realmente el frío cálculo oculto detrás de estas declaraciones, entonces no sólo se trata de una gran inmoralidad, sino que además, a nivel político-electoral, existe la posibilidad de que finalmente no reciba apoyo ni de un lado ni del otro, ya que muchos votos de liberales podrían irse a otros partidos y no lograría atraer votos de Raam.
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Las autoridades palestinas buscan impedir evento LGBT
Las autoridades palestinas buscan impedir evento LGBT
Un hombre árabe en la Marcha del Orgullo Gay en Israel.
(Ynet)
También en el campo de la derecha el voto LGBT puede jugar un papel importante. Durante años, el Likud ha sido visto como la única opción para los miembros derechistas de la comunidad gay, debido a que se trata de un partido que afirma ser liberal, que tiene integrantes gays y que incluso cuenta con el primer ministro homosexual nombrado por la facción desde su creación. Sin embargo, los últimos años del mandato de Benjamín Netanyahu han producido decepciones entre el colectivo LGBT. El mandatario comenzó mintiendo respecto de su apoyo a la ley de gestación subrogada (en la práctica obligó a su facción a votar en contra), luego mintió cuando prometió nombrar a un candidato del Likud para el ministerio de Educación, pero finalmente designó para el cargo al rabino Rafi Peretz.
El hecho de que Netanyahu eligiera repetidamente para formar alianza a sus “socios naturales” (los partidos ultraortodoxos), también erosionó la confianza en él. Pero la gota que colmó el vaso es sin duda el impactante acuerdo político entre el Likud y la facción de Smotrich, Ben Gvir y Noam. Este acuerdo está destinado a ayudar al partido más extremista y homofóbico -junto a Raam de Mansour Abbas- a superar la cláusula de barrera, ingresar a la Knesset y ser parte de la próxima coalición de Netanyahu.
Si durante años los partidarios de la derecha entro los miembros de la comunidad LGBT sintieron que a pesar de las deficiencias del gobierno de Netanyahu, no había alternativas al Likud, la situación hoy es completamente diferente, ya que dos importantes facciones derechistas apoyan abiertamente los derechos de los gays. El primero es Yisrael Beiteinu, que ha cambiado de posición en los últimos dos años. Casi todos sus legisladores apoyaron proyectos de ley pro-LGBT presentados en la Knesset. Recientemente, el líder de la facción, Avigdor Liberman, se reunió por primera vez con representantes de las organizaciones gay, participó en un panel especial junto a representantes de las agrupaciones de homosexuales y se comprometió a unirse solo a una coalición que promoviera una agenda liberal.
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Netanyahu
Netanyahu
El primer ministro Benjamín Netanyahu podría perder el apoyo de los miembros derechistas de la comunidad LGBT.
(Emil Salman)
Aparentemente, el nuevo partido de Gideon Saar, Tikva Hadasha, también está avanzando en esa dirección. Al igual que Liberman, Saar se reunió con organizaciones LGBT y participó en el Panel del Orgullo, y su facción lanzó recientemente una plataforma electoral que aborda la situación de los homosexuales en Israel. Esta es la primera vez que un partido de derecha publica una plataforma de este tipo y la incorpora a su campaña.
Además, el líder de Yamina, Naftali Bennett, tal vez no esté a la altura de Liberman y Saar respecto del reconocimiento de la comunidad gay, pero a diferencia de Netanyahu, al menos se ha mostrado dispuesto a reunirse con organizaciones LGBT para escucharnos.
Es demasiado pronto para evaluar si los miembros derechistas de la comunidad LGBT dejarán de apoyar a Netanyahu para inclinarse por otras opciones, o si Hareshima Hameshutefet pagará un precio electoral por las declaraciones de sus referentes y cómo se repartirán los votos de las personas homosexuales entre los partidos de centro izquierda. Lo cierto es que el voto gay puede decidir si después de las elecciones habrá un cambio real en la lucha por la igualdad o nos quedaremos nuevamente sin derechos.
El abogado Or Keshet es el director de relaciones gubernamentales de las organizaciones LGBT de Aguda (asociación que lucha por los derechos de los homosexuales en Israel)
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