El gabinete del coronavirus decidió el martes por la noche reanudar la educación a distancia en las localidades con bajas tasas de vacunación a raíz de la propagación de la variante Ómicron del COVID-19.
La decisión, que requiere la aprobación del Comité de Educación de la Knesset, se implementaría en un principio para los alumnos de 7° a 12° grado y luego de tres semanas en las escuelas primarias.
Según la decisión, los alumnos comenzarán a estudiar de manera remota si menos del 70% de la población en una determinada localidad ha sido completamente vacunada.
El primer ministro Naftali Bennett dijo al final de la reunión que la decisión cuenta con el respaldo del Ministerio de Educación. Sin embargo, la directora del ministerio, Yifat Shasha-Biton, negó haber apoyado la medida.
"No nos pusimos de acuerdo respecto de la educación a distancia para los alumnos de escuela primaria en localidades con una tasa de vacunación menor al 70%. Dejar a los niños en casa causará daños", expresó Shasha-Biton.
En respuesta, Bennett manifestó que había tiempo para alcanzar la tasa mínima de vacunación requerida para evitar las clases virtuales.
El gabinete también decidió aumentar las restricciones en los centros comerciales bajo el esquema del Pase Púrpura, limitando la capacidad en las tiendas a una persona por cada 15 metros en los locales de más de 100 metros. Además, los empleados deberán estar completamente vacunados o presentar pruebas de PCR negativas.
No se permitirá que los patios y puestos de comida dentro de los centros comerciales ofrezcan asientos y se limitarán a servir solo alimentos para llevar, en tanto que en los restaurantes dentro de los centros comerciales, la entrada estará permitida solo para los titulares de Pase Verde.
Los ministros del gabinete del coronavirus también votaron para poner fin a la financiación del gobierno para las pruebas rápidas de coronavirus para niños menores de 11 años
En una discusión sobre la lenta tasa de vacunación entre los niños, el ministro de Justicia, Gideon Sa'ar, sugirió un incentivo monetario de 1.000 shekels para las familias. Bennett instó a considerar la medida.
