Cientos de miembros de las familias de los secuestrados israelíes en Gaza siguen su marcha hacia Jerusalem, que comenzó el miércoles desde Otaf.
Los manifestantes planean llegar a Jerusalem el próximo sábado y allí realizar una gran manifestación.
La marcha, bajo el título "Unidos por la liberación de los secuestrados", partió del aparcamiento Ra'im de Otef, donde tuvo lugar el Festival NOVA, y fue encabezada por setenta familias a lo largo de la ruta 232. Hacia la tarde, las familias se detuvieron para una ceremonia especial de identificación en la comisaría de policía de Sderot y por la noche se encontraban en Kiryat Gat.
Por la mañana partieron hacia Beit Govrin en Shefala, donde celebrarán otra ceremonia y pasarán la noche en Beit Shemesh.
Lior Chen, de nueve años y medio, primo del soldado Itai Chen, secuestrado en Gaza, comentó a Ynet: "Participo en la marcha porque mi primo ha estado prisionero en Gaza durante 146 días. Estaba en un tanque peleando y fue secuestrado. Haré todo por él, voy a marchar hasta Jerusalem”.
Daria Gonen, hermana de la secuestrada Romi, quiso agradecer a todos los que se acercaron a apoyarlos: "Continuaremos a Jerusalem con la esperanza de que suceda lo que pasó después de la marcha anterior y haya un acuerdo que libere a mi hermana y a los demás secuestrados".
Este viernes, las familias seguirán la caminata y abandonarán Beit Shemesh en un "viaje en camilla" en apoyo a los soldados secuestrados.
Robi Chen, padre del soldado Itai Chen, explicó: "Los soldados son un gran e importante segmento. Entre ellos, incluidos los secuestrados, hay judíos, beduinos, ultraortodoxos, religiosos y laicos. Algunos son del norte, otros son del sur. Mañana abriremos 134 camillas, y el pueblo de Israel estará con nosotros debajo de ellas".
Luego, le hizo un pedido al primer ministro: "Estuvimos esperando durante 146 días, por favor, llegue a un acuerdo.
Marie Shohat, hermana de Michelle Nissenbaum, que fue secuestrada en Gaza, le contó a Ynet cómo tuvo que lidiar con los informes contradictorios sobre un posible acuerdo de rehenes con Hamás.
"Es muy difícil, a veces bueno y a veces malo. Ya hemos pasado por lo mismo varias veces y es difícil contenerlo, es difícil saber qué va a pasar", afirmó.
"Estamos en una montaña rusa que sube, sube, sube y, de repente, boom, baja y se estrella", agregó.
"No sabemos nada sobre Michelle", continuó. "Sin embargo, es una persona enferma que padece la enfermedad de Crohn y tiene que recibir el tratamiento biológico una vez al mes. No lo recibió desde hace más de cuatro meses".
"Estoy muy feliz de que hayan logrado devolver a muchos de los rehenes, pero todavía tengo la esperanza de que estén todos vivos y que puedan devolverlos tanto a ellos como a los cuerpos que están allí", sostuvo.