Sin recesión ni ralentización de la economía ante la inflación, hoy (martes) la Oficina Central de Estadísticas (CBS, por sus siglas en inglés) publicó los datos de la economía israelí. Entre ellos destaca un sorprendente crecimiento de la economía en el segundo trimestre del año de 6,8%, de los más altos del mundo, precisamente cuando en muchos países se teme el inicio de una recesión.
Este crecimiento, particularmente alto, se produce después de la aparición de valores negativos en el primer trimestre de 2022.
La CBS explicó que la vuelta a la vida normal en el segundo trimestre, tras una primera parte del año signada por la propagación de la cepa Ómicron que provocó el aislamiento de cientos de miles de trabajadores, incidió en el aumento del producto interno bruto: los servicios de hotelería, transporte aéreo y turismo receptor contribuyeron significativamente a su incremento en el segundo trimestre.
El PBI per cápita aumentó a una tasa menor que la economía, un 4,5%. Esta disparidad se explica en parte por el gran aumento en la población generado por la llegada de inmigrantes de Rusia y Ucrania desde el comienzo de la guerra. El número de residentes en el país aumentó por encima de la tasa normal.
Otro de los principales datos publicados es el salto del consumo privado a una tasa anual del 10,4%. En un cálculo trimestral, el consumo privado per cápita aumentó un 8% respecto al primer trimestre del año. El indicador da cuenta de un "festival de consumo” y viajes al extranjero en el segundo trimestre del año, con la salida casi completa de la pandemia de coronavirus.
¿Qué compraron los israelíes?
Los cambios en el gasto de consumo privado dan cuenta de un aumento del 4,3% en gastos corrientes: alimentos, bebidas y tabaco, servicios personales, combustible y productos industriales de consumo.
Al mismo tiempo, el gasto en productos semiesporádicos —ropa y calzado, textiles para el hogar, pequeñas obras eléctricas y herramientas, productos de entretenimiento y ocio y artículos personales— disminuyó en el segundo trimestre.
El gasto en bienes duraderos —compra de automóviles, frigoríficos, lavadoras, etc— aumentó un 18,7% anual y el gasto en vehículos de uso particular aumentó un 28% anual (6,4% trimestral).