Aterrizó en Israel el martes por la tarde el primer avión que transportaba sólo unas pocas docenas de trabajadores extranjeros de la construcción de la India (sólo cerca de 70 trabajadores), que fueron clasificados el mes pasado bajo acuerdos privados.
Esto ocurre cuatro meses después del estallido de la guerra Espadas de Hierro, por la cual se cerraron las puertas israelíes a trabajares palestinos de la construcción, lo que provocó una grave escasez de trabajadores en la industria y el cierre de bastantes obras. Esta es una gota en el océano en comparación con la escasez de trabajadores, y los contratistas le dijeron a Ynet que simplemente están "desesperados".
El pasado mes de enero, 10.000 trabajadores fueron examinados en India, Sri Lanka y Uzbekistán, algunos en virtud de acuerdos bilaterales y otros en virtud de acuerdos privados. Según los contratistas, hasta ahora se ha logrado clasificar a más trabajadores en virtud de acuerdos privados que en virtud de acuerdos entre los países. Pero pocos trabajadores han llegado a Israel y, en cualquier caso, el número de los que llegaron está lejos de las estimaciones preliminares de varios miles o incluso varios cientos. Ayer mismo, en una entrevista con Ynet, el director general del Ministerio de Construcción y Vivienda, Yehuda Morgenstern, dijo que se espera la llegada de unos 300 trabajadores esta semana.
En los últimos años, los trabajadores extranjeros de la industria de la construcción han llegado a Israel como parte de las operaciones del gobierno, sin la participación del sector empresarial. Como se ha señalado, a la sombra de la Guerra Espadas de Hierro, más del 45% de las obras de construcción quedaron paralizadas después de que se prohibiera la entrada en Israel a 90.000 trabajadores palestinos, aproximadamente un tercio de los trabajadores del sector de la construcción e infraestructura. Como resultado, el gobierno aprobó traer 20.000 trabajadores extranjeros adicionales a Israel en la industria de la construcción, con la decisión de que 10.000 de ellos serían reclutados por empresas privadas de mano de obra de la India junto con empresas de mano de obra de Israel (es decir, no en el marco de acuerdos bilaterales entre países en virtud de compromisos bilaterales).
Más del 45% de las obras de construcción quedaron paralizadas después de que se prohibiera la entrada en Israel a 90.000 trabajadores palestinos.
La semana pasada, el gobierno aprobó la contratación de 10.000 empleados adicionales en la vía privada, una decisión que provocó críticas e indignación entre los ministerios del gobierno, incluidos los ministerios de Justicia e Interior, que afirman, entre otras cosas, que la contratación en la vía privada aumenta el riesgo de explotación de los trabajadores. El Ministerio de Defensa prefiere abrir las puertas a los trabajadores palestinos, pero el gobierno se niega a hacerlo.
La Asociación de Contratistas y Constructores de la Tierra dijo hoy a Ynet que en los últimos dos meses más de 9.000 trabajadores que podrían haber llegado a Israel ya han sido aprobados, pero que sólo se espera que lleguen unos pocos cientos de trabajadores más en las próximas semanas. A la luz de la situación, la Asociación decidió celebrar una conferencia de emergencia el próximo martes para salvar el sector de la construcción y la infraestructura en los pabellones de la Expo en Tel Aviv, a la que se espera que asistan cientos de contratistas, desarrolladores, contratistas de renovación, trabajadores de la industria de la construcción, ingenieros y arquitectos. Según los contratistas, representantes del gobierno y de la Knesset fueron invitados a la conferencia "para discutir formas de lidiar con la profunda crisis en la industria".
Fuentes de la industria saludaron la llegada de trabajadores extranjeros de la construcción, pero aclararon que las medidas tomadas por el gobierno no son suficientes, y que también se debe fomentar el empleo de israelíes en la construcción y la infraestructura. Itzik Moyal, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Construcción e Industrias Relacionadas, dijo a Ynet que "da la bienvenida a todos los trabajadores de la construcción que vienen y al gobierno que aprobó la decisión, pero por otro lado se debe hacer todo lo posible para capacitar a tantos trabajadores de la construcción israelíes como sea posible con una visión a largo plazo".
