El veterano de las Fuerzas de Defensas de Israel (FDI) Bar Kalaf, de 33 años, falleció este jueves, dos días después de prenderse fuego a sí mismo luego de que el Ministerio de Defensa no aprobara su petición de concederle el estatus de discapacitado tras su servicio.
Kalaf fue a casa de uno de sus amigos en Netanya, donde se roció con líquido inflamable de una botella y se prendió fuego en la ducha y fue trasladado de urgencia al Centro Médico Sheba en estado crítico.
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La madre de Bar Kalaf, junto a su hijo, el ex soldado de las FDI que se inmoló.
(Cortesía)
Según el Ministerio de Defensa, Kalaf sirvió de 2008 a 2011 en las FDI y solicitó la condición de discapacitado, pero su petición "fue examinada a fondo y denegada después de que se le diagnosticara una enfermedad mental que no es postraumática y no está relacionada con su servicio militar".
La madre de Bar, Kochava Araba, aseguró que su hijo estaba "normal" tras su baja del ejército "hasta que algo desencadenó en este horrible suceso". Araba criticó la conducta del Ministerio de Defensa: "Lo abandonaron. Todavía estoy conmocionada por lo que nos pasó".
Además, describió las evaluaciones psicológicas a las que fue sometido su hijo cuando intentó solicitar la ayuda del Ministerio de Defensa por su difícil estado mental, como desordenadas.
"Lo vieron diez minutos y luego a mí otros diez. Eso fue todo", remarcó.
La madre de Bar agregó que su hijo merece ser enterrado en un funeral militar, pero esa petición también fue denegada hasta ahora por los militares.
El tío de Bar, Lior Araba, criticó duramente al Ministerio de Defensa. "No tratan a mucha gente; se limitan a enviar a los soldados a sus casas sin tratamiento. Los ex soldados acuden a nosotros alegando que fueron abandonados, no reciben tratamiento y acaban en la calle".
"Mi hermana es una madre soltera que crió sola a sus hijos", añadió. "Bar tuvo momentos maravillosos en su vida; era un hombre increíble que podría haber logrado grandes cosas, pero en algún momento del camino, se desvió de la senda", planteó.
"No sé quién le examinó, pero a mi entender, fue un psiquiatra que simplemente buscó la forma de dejarlo marchar sin examnarlo", sostuvo.
El amigo de Bar, Gil Ben Moyal, dijo que ambos se alistaron juntos en el ejército en 2008. "Era un tipo alegre y simpático, y todo el mundo lo quería. Tenía una motivación tremenda, que es una de las razones por las que no se quejó durante su servicio, sólo quería seguir sirviendo".
En cuanto a sus actividades diarias en el servicio militar, comentó: "Entramos a casas por la noche para llevar a cabo detenciones, veíamos niños llorando y gente que quería matarnos. Algunos se lo tomaron mal y otros no", recordó.
Ben Moyal criticó la decisión del Ministerio de Defensa, afirmando que Bar padecía una enfermedad mental no relacionada con su servicio militar. "Si se alistó y sirvió en una unidad de combate, no tenía una enfermedad mental. Esto no es algo que se desarrolle en cinco minutos", puntualizó.
"Unos tres años después de su liberación, Bar empezó a vagar por las calles", añadió. "Apenas podía hablar del ejército; sabía que le afectaría. Hablaba muy poco y se notaba que no podía hablar de ello. No podía quedarse en un lugar cerrado; yo iba con su madre a buscarlo y lo encontraba durmiendo en bancos en la calle", agregó.
El Ministerio de Defensa emitió un comunicado en el que decía: "Enviamos nuestras condolencias a la familia Kalaf por la pérdida de Bar. Su solicitud fue inspeccionada minuciosamente por los mejores psiquiatras del ministerio, y no se encontró ninguna correlación entre su enfermedad mental, que no es postraumática, y su servicio militar".
