El atentado terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre dejo huérfanos a 21 niños de 13 familias, según informó el domingo el Ministerio de Bienestar.
Uno de los huérfanos es una niña de 4 años que fue secuestrada en la Franja después de que sus padres fueran asesinados. Otra niña perdió a su madre y su padre fue secuestrado.
Desde el inicio de las hostilidades, trabajadores sociales del ministerio y las autoridades locales buscaron a los niños que perdieron a sus padres y estableciendo contacto con las familias en las que viven actualmente.
Equipos de expertos les ofrecerán un paquete de atención integral, que abarca apoyo emocional, psicológico y material, así como asistencia para reclamar derechos ante otras autoridades. Además, el ministerio está trabajando para estabilizar la situación de las familias durante un periodo de tres meses, durante el cual se evaluarán las condiciones de los niños y las familias, y se atenderán las necesidades que surjan.
Según los datos del ministerio, 16 niños perdieron a ambos progenitores en el atentado terrorista; dos niños quedaron huérfanos tras el asesinato de sus madres solteras; un niño perdió a uno de sus progenitores y otro fue secuestrado; además, dos niños se quedaron con uno de sus progenitores fallecido, mientras que el otro figura como desaparecido.
El ministro de Bienestar, Yaakov Margi, declaró que el hecho de que tantos niños se hayan convertido en víctimas del atentado le revuelve el estómago.
"He dado instrucciones a los profesionales competentes del Ministerio para que agilicen todos los trámites y aceleren la prestación de asistencia tanto a los niños como a las familias de acogida que se ocupan de ellos en estos momentos", declaró.
"El Ministerio de Bienestar está preparado para proporcionar atención a largo plazo y centrada en el trauma a todos los niños y niñas afectados por este horrible ataque, especialmente a los que quedaron huérfanos. El Estado de Israel será su madre y su padre, y cuidará de ellos toda su vida", cerró.