El asentamiento de Homesh, un puesto de avanzada ilegal en el norte de Judea y Samaria, es un pequeño territorio en disputa en el que funciona un centro de estudios judaicos, y que lentamente amenaza con convertirse en una grave crisis para la coalición del gobierno de Israel.
Diferentes parlamentarios, especialmente del partido de derecha Yamina, presidido por el primer ministro Naftalí Bennett, aseguran que la evacuación de Homesh derivará en una caída del gobierno. ¿Qué es lo que está en juego? ¿Por qué genera tanto revuelo político? ¿Cuál es la historia y el presente del sitio?
En agosto de 2005 el histórico asentamiento israelí Homesh fue evacuado, como parte de un plan de retirada israelí de toda la Franja de Gaza y un puñado de asentamientos en Cisjordania. Los evacuados se mudaron a diferentes localidades, de uno y otro lado de la Línea Verde que divide a Israel de los territorios de la Autoridad Palestina, y desde entonces el establecimiento de israelíes en ese lugar es ilegal para el Estado de Israel.
Pero en 2009 se instaló allí la Yeshivat Homesh, un centro de estudios sobre judaísmo liderado por el rabino Elishama Cohen. Decenas de estudiantes solían concurrir allí a diario, ante la mirada pasiva de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y las autoridades políticas.
Hasta que en diciembre del año pasado Yehuda Dimentman, un joven estudiante de la yeshivá, fue asesinado en un atentado terrorista. Desde ese momento es imposible llegar a Homesh sin los permisos correspondientes, y previa coordinación con las fuerzas de seguridad. Las FDI colocaron dos puestos de seguridad para controlar mejor el ingreso de israelíes a la zona.
Parlamentarios israelíes de derecha insisten en aprobar una derogación de la Ley de Desconexión que permita a los israelíes establecerse allí. El proyecto se estancó varias veces y hasta el momento nunca fue aprobado por la Knesset. A su vez, a pedido de palestinos de aldeas cercanas, gobiernos anteriores se vieron obligados a evacuar Homesh en reiteradas oportunidades, en cumplimiento de la Ley de Desconexión sancionada en 2005. Sin embargo, pasado un tiempo los alumnos regresaban y la presencia de judíos israelíes se mantuvo de manera casi constante.
Colonos israelíes de Judea y Samaria realizaron masivas manifestaciones alrededor de la yeshivá de Homesh. La familia de Dimentman se unió a esa causa, alegando que era la voluntad de su pariente asesinado que se mantuviera la presencia judía en Homesh. Liderados por Yossi Dagan, jefe del Consejo Regional de Samaria, se organizaron allí dos manifestaciones masivas, en una de las cuales se reunieron 15 mil personas.
La Corte Suprema de Israel intimó al Estado para que responda por qué no hace cumplir la Ley de Desconexión y evacúa Homesh. Benny Gantz, ministro de Defensa de Israel, tiene plazo hasta mañana para presentar una respuesta en nombre del gobierno. Fuentes del partido Kajol Labán, presidido por Gantz, afirman que el ala derecha de la coalición intenta influir en su decisión y amenazan a la propia existencia del gobierno. Las FDI, por su parte, sostienen que la yeshivá debe ser evacuada para evitar un nuevo atentado.
Pero Homesh se convirtió en un símbolo para la derecha israelí y eso genera una presión especial sobre los parlamentarios de Yamina, el partido de derecha liderado por Bennett. “No hay razón para evacuar Homesh ahora, si el Estado dice que se debe evacuar se puede retrasar el momento”, afirmó una fuente del gobierno. Un integrante de la coalición afirmó que el gobierno “difícilmente pueda sobrevivir a las imágenes de una evacuación” de un edificio de propiedad israelí y acusó desestabilización de parte de quienes movilizan la evacuación en medio de un contexto político inestable.
Mientras tanto, el lugar cuenta con mayor presencia de soldados y mayor rigor respecto a la entrada de estudiantes a la yeshivá. A su vez, palestinos protestaron en la zona y en algunos casos se produjeron disturbios con las fuerzas de seguridad. Se espera que el próximo sábado activistas israelíes del movimiento de izquierda Shalom Ajshav (Paz Ahora) se concentren en Homesh “a favor de la desmantelación del puesto de avanzada”.
La organización izquierdista busca evitar que judíos israelíes sigan llegando a Homesh y de cara a la manifestación del sábado pidieron a responsables militares que garanticen la seguridad del evento. “Nos dirigimos a usted para que instruya a las fuerzas para que aseguren nuestra llegada a Homesh y evite la posibilidad ataques de parte de colonos”, le pidieron al comandante Yehuda Fox. Fuentes de la yeshivá respondieron que no se iban a referir a las provocaciones de la izquierda, afirmaron que su misión es “llevar la Torá a toda la Tierra de Israel” y denunciaron que “una evacuación de Homesh sería un premio al terrorismo”.
Tamar Zandberg, ministra de Protección Ambiental y parlamentaria de Meretz, partido de la izquierda que integra la coalición de gobierno, opinó en la mañana del miércoles que “Homesh debe ser desalojado porque así lo marca la ley y el interés del Estado de Israel”. Sobre el equilibrio de poder dentro del gobierno israelí, la ministra dijo que “la derecha tiene más poder”, pero que espera que “el ministro de Defensa haga lo correcto y no permita que se viole la ley”.