Según los datos publicados el jueves por la Oficina Central de Estadística (CBS), en Israel se registró una tasa de crecimiento económico del 5,8% durante el último trimestre y del 6,5% durante todo el año 2022.
Ambas cifras superan las expectativas del Ministerio de Finanzas y del Banco de Israel, que preveían que la tasa de crecimiento se situaría entre el 6 y el 6,3%.
Sin embargo, la preocupación actual es una ralentización en 2023 debido a la crisis económica mundial y a la inflación, tendencias que pronostican una tasa de crecimiento de sólo alrededor del 3%.
Los datos de la CBS revelan que, a pesar de la recesión económica mundial, los israelíes siguieron comprando. Esto se reflejó en un aumento del consumo privado, que creció un 10,6% en el cuarto trimestre de 2022.
En cambio, el gasto en consumo público aumentó sólo un 2,6%, debido a las circunstancias presupuestarias que rodearon la fecha de las últimas elecciones.
El PIB a precios constantes aumentó un 6,5% desde 2021. Entre 2020 y 2021, se registró un aumento del 8,6%, tras un descenso del 1,9% entre 2019 y 2020 debido a la pandemia de COVID.
Además, la población israelí creció un 2% en 2022, lo que se tradujo en un aumento del PIB per cápita del 4,4%. En términos monetarios, el PIB per cápita en 2022 se situó en unos 184.000 shekels a precios constantes.
Según la CBS, Israel ocupa el segundo lugar en términos de crecimiento per cápita entre los países de la OCDE, con sólo Irlanda por delante. A título comparativo, el PIB per cápita de los países de la organización aumentó una media del 2,6% este año.
La importación de bienes y servicios a Israel aumentó un 11,2% en 2022, tras un incremento del 20,6% en 2021. En consecuencia, el coste de la importación de servicios creció un 24,9%.
El CBS también examinó el déficit financiero, y según los datos de 2022, la balanza corriente del sector público ascendió a un superávit de 7.800 millones de NIS, frente a un déficit de 54.200 millones de NIS en 2021. La transición de un déficit a un superávit del sector público en 2022 se debe a la reducción del gasto no rutinario como resultado del COVID, y a un aumento de los ingresos.