Yoed Magen lleva la diplomacia en la sangre. Ha sido parte de la cancillería israelí desde 1992, construyendo una sólida carrera que lo ha llevado a ocupar destacadas posiciones. Fue director de la División de América Central, México y el Caribe, y a su vez, supo servir como embajador en Panamá y Colombia. Trás el traslado de Galit Ronen desde la sede diplomática en Montevideo hacia la de Buenos Aires, Magen asumió poco tiempo atrás la representación de Israel en Uruguay. Asimismo, el ministerio de Relaciones Exteriores israelí, lo designó como embajador concurrente ante el gobierno de Paraguay, una sede que había quedado sin representatividad luego de que el gobierno de Mario Abdo Benítez resolviera revocar la decisión de Horacio Cartes de trasladar la sede de la embajada paraguaya en Israel hacia Jerusalem.
Reconoce, al dialogar en exclusiva con Ynet Español, que lo deslumbra trabajar desde un noveno piso donde puede observar una panorámica de la rambla montevideana. A Magen se lo distingue satisfecho por la concreción del partido amistoso disputado entre las selecciones de Uruguay y Argentina en Tel Aviv: "Estuvimos trabajando en las últimas semanas para asegurar la realización del encuentro, recordábamos lo sucedido con Argentina el año pasado, y no queríamos que eso volviera a suceder. Finalmente cuando logramos confirmarlo, estalló el conflicto con la Franja de Gaza, y muchos palestinos aumentaron sus esfuerzos para cancelar el partido. Incluso intentaron activar colaboradores en Europa para que presionaran a los propios jugadores. Es una lastima que eso sucediera. Hicimos muchos esfuerzos, y estuvimos muy contentos de que se concretara. Fue una fiesta deportiva", señala.
La llegada de Magen a Montevideo coincide con el desarrollo de un nuevo proceso electoral uruguayo, que se inició en junio pasado, y que culminará el próximo 24 de noviembre con la elección de un nuevo presidente que habrá de suceder a Tabaré Vázquez en el cargo.
¿Cómo tomó su designación para esta misión?
Yo había estado en Uruguay hace tres años, acompañando a una delegación de diputados israelíes. Aquella resultó ser mi primera visita a Montevideo. Sin embargo, tengo muchísima experiencia en América Latina, principalmente en la región norte, en Centroamérica y en México. Cuando se presentó esta oportunidad uno analiza su situación profesional, pero también personal. Yo dejé en Israel a dos hijos que están en unidades de combate, prestando servicio militar obligatorio. No es sencillo, sobre todo ahora cuando se presenta un conflicto como el que se desató días pasados en la Franja de Gaza. También tengo una hija que integra una unidad especial, y –reitero- no es una situación fácil. Por otro lado, yo ya hacía algunos años que estaba instalado en Israel, y si no volvía a salir ahora en misión, con seguridad, ya no iba a tener una posibilidad cercana de poder hacerlo. Y yo no ingresé a la cancillería para estar en Israel, sino que lo hice para representar al país trabajando desde las embajadas, que es el lugar donde mis fortalezas se ven mejor reflejadas. Entonces surgió esta oportunidad, y tanto mi esposa como yo estuvimos de acuerdo en aceptarla. Cada país representa un reto diferente y para mí esta ha sido una decisión por demás acertada.
¿Con qué se ha encontrado en estos primeros meses de gestión?
La comunidad judía me ha dado una cálida bienvenida. Mi esposa y yo estamos muy contentos de poder decir que, a tres meses y medio de haber llegado al país, tenemos muchos amigos, y no solo de la colectividad. Allí radica en buena medida parte del éxito, en generar una buena base social en un país que te permite hacer tu trabajo de manera sencilla y profesional. Eso me reconforta. Además, en este poco tiempo y a pesar del drástico recorte presupuestal, hemos tenido mucho trabajo tanto en Montevideo como en Paraguay. Mi llegada coincide también con un momento político especial del Uruguay. No hay mejor manera de aprender de política local de un país que en este momento en el que se observa una verdadera fiesta democrática, algo muy valorable de este país, sobre todo cuando en la región se ve una importante volatilidad.
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Yoed Magen asumió la representación diplomática en Uruguay tras el traslado de Galit Ronen a la sede de Buenos Aires
(Enzo Santos)
Mencionó la dificultad que genera el recorte presupuestario. El embajador de Israel en Guatemala, Mattanya Cohen, también había hecho referencia a esta situación que afecta a las representaciones diplomáticas israelíes, ¿qué análisis realiza sobre ello?
Es importante considerar que Cohen ya lleva unos tres años como representante en Guatemala. Yo acabo de desembarcar en Uruguay. Y cuando un diplomático llega a su destino, tiene que hacer un esfuerzo en realizar contactos. Para eso no hace falta presupuesto. Yo aprovecho este momento para conocer el país y su gente. Lo del presupuesto nos va a influir, pero puedo -en este tiempo- aprovechar para tejer esa red de contactos que es de suma utilidad para mi tarea.
¿Qué espera del proceso electoral uruguayo?
Me reuní con los dos candidatos. Intercambié ideas con ambos. A Daniel Martínez [Frente Amplio] lo conocí en Israel hace ocho meses en ocasión de un encuentro de alcaldes de ciudades capitales. Él estuvo una semana, y yo lo acompañé a varias de sus reuniones y visitas. El contacto directo con el candidato es primordial, para luego mantenerlo con quien resulte electo presidente. Siempre es mejor llegar a un país coincidiendo con la asunción de un nuevo presidente, porque entonces uno aprende cuales son las prioridades de ese mandatario y de su nuevo gobierno. El embajador puede entender así donde estará puesto el foco de la administración. A partir de ello, analizo cuales son las prioridades del nuevo presidente, para saber cuáles son los sectores en los que Israel puede tener una ventaja relativa y poder encontrar puntos de coincidencia en común. Los dos candidatos han hecho énfasis en temas de innovación, de tecnología, de startups. Ambos quieren aumentar la cooperación con Israel. Luis Lacalle Pou [Partido Nacional] estuvo dos veces en el país el año pasado, conoce esta fortaleza de Israel. Y si el nuevo gobierno tiene estos elementos entre sus prioridades, también así las tendremos nosotros. Yo espero que podamos identificar lo antes posible estos temas para poder comenzar una cooperación fructífera y profunda en ese sentido.
Tanto Argentina como Paraguay han reconocido a Hezbollah como una organización terrorista internacional. Brasil se encamina a una determinación similar. ¿Piensa trabajar con el nuevo gobierno uruguayo en ese sentido? ¿Evalúa también proponer la apertura de una oficina comercial uruguaya en Jerusalem?
El tema Jerusalem está todo el tiempo sobre la mesa. Lo tratamos con este gobierno y lo vamos a seguir considerando con la nueva administración. Para nosotros es una prioridad. No ha sido fácil con ningún otro país, pero está dando resultados. En relación a la denominación como organización terrorista de Hezbollah, debe entenderse que los tres países mencionados forman parte de la denominada triple frontera, donde hay una fuerte presencia de la comunidad chiita que ha estado involucrada en actividades de contrabando y blanqueo de dinero. Precisamente, parte de ese dinero llega a manos de Hezbollah. Y ese tema es una amenaza constante que tenemos en el norte de Israel. Entonces para nosotros es importante que se le envíe un mensaje claro tanto a Hezbollah como a otras organizaciones terroristas: no pueden operar libremente en esta región. El caso uruguayo es distinto, porque no forma parte de la triple frontera. Sin embargo, Uruguay es parte de América Latina, una región que sufrió los dos peores atentados que se realizaran contra Israel fuera de fronteras. Ningún país es inmune a la actividad terrorista. Lo que estamos diciendo es que hay que enviar una señal clara a esas organizaciones, y es parte del diálogo que mantenemos con el gobierno uruguayo. Pero hay otros temas sobre la mesa. Nosotros estamos en contacto con el gobierno para que procurar que pueda adoptar la definición sobre antisemitismo acordada por los países de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA). Uruguay es observador de esa alianza, por lo tanto le estamos pidiendo que incorpore esa definición que es sencilla y que establece que “el antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”.
El gobierno uruguayo no se expidió sobre los últimos acontecimientos sucedidos en la Franja de Gaza, en cambio países como Colombia y Guatemala sí respaldaron a Israel, ¿le hubiera gustado ver una condena respecto a los episodios que se registraron días atrás en el sur del país?
Lo más importante para nosotros es el diálogo. En ese contexto nosotros explicamos la situación, no como la reflejan los medios, sino como la interpretamos nosotros. No es lo mismo. Para nosotros siempre es importante que los gobiernos condenen el terror. Y lo que nosotros recibimos desde la Franja de Gaza constantemente es terror. Son acciones que atentan contra la seguridad y la vida de los ciudadanos israelíes y los mantiene rehenes de una amenaza constante. Para nosotros es importante que eso sea condenado. Nosotros explicamos nuestra posición, que nos obliga a adoptar ciertas acciones, para que el gobierno uruguayo comprenda las determinaciones que tomamos. Esperamos que todos condenen el terror. Cuando la población está bajo ataque por 48 horas, en los que la Yihad Islámica lanza más de 450 cohetes indiscriminadamente con el único propósito de matar civiles, por supuesto que sí esperamos condenas. Sin embargo, para nosotros es sumamente importante mantener el diálogo con cualquier gobierno, sea cual sea su color o partido.
Su antecesora, Galit Ronen, señaló que el TLC entre el Mercosur e Israel requiere de una actualización, ¿comparte esa visión?
Totalmente. Requiere una actualización y en eso estamos trabajando. En diciembre del año pasado, se realizó una reunión de la comisión mixta entre Israel y los cuatros países del Mercosur, cuando Uruguay ocupó la presidencia pro tempore del bloque. Íbamos a tener un nuevo encuentro la semana pasada en Brasil pero finalmente se decidió postergarla, porque no había una determinación absoluta por parte del Mercosur. La idea es actualizar el acuerdo, básicamente en dos aspectos principales. Primero, ampliar la canasta de productos exentos de aranceles. Segundo, incluyendo en el acuerdo a los servicios. Todos los acuerdos que Israel promueve, por ejemplo con Colombia y Panamá, ya incluyen servicios. Uruguay es un país de servicios, como lo es Israel. A mí me gusta mucho trabajar el tema comercial, pienso que lo domino bien. La diplomacia moderna no puede quedarse únicamente en temas políticos, sociales y mediáticos. Hay que poner énfasis en temas comerciales, ya que al final de cuentas estamos aquí para promover el acercamiento entre dos pueblos y no hay mejor manera de hacerlo sino es por medio del intercambio comercial que genera oportunidades, que aumenta el empleo, y otorga beneficios. Además del esfuerzo por ampliar el acuerdo con el Mercosur –el único que el bloque tiene con un país no latinoamericano-, lo que he descubierto es que no hay un conocimiento real sobre las oportunidades que existen en Israel. Somos un país que tiene muchísimo que ofrecer en digitalidad, en e-goverment, salud, educación, startups, tecnología. Representa una oportunidad singular para el mercado extranjero. Y voy a explicar porqué: Israel tiene un adicional. Ha desarrollado una tecnología que puede ayudar en todos los procesos industriales que existen, ya sea en Uruguay como en otros países. Por ejemplo, en ganadería. Israel cuenta con tecnología que ayuda a procesar tanto la carne como la leche, que otros países no poseen. Israel no tiene industria automotriz, no produce ni ensambla automóviles porque no tiene esa capacidad ni tampoco le interesa. Sin embargo, contamos con más de 500 empresas que producen y desarrollan complementos inteligentes para esa industria. De igual manera lo hacemos con el agua. Nosotros no tenemos agua, pero desarrollamos tecnología capaz de potabilizarla, tratarla, y administrarla para el riego. Ni hablar en ciberseguridad. Todo esto me lleva a concluir que lo que quiero hacer aquí, cuando Uruguay asuma nuevamente la presidencia pro tempore del Mercosur e, independientemente de la forma que adopte el bloque, quiero realizar un seminario económico-comercial con los cuatro socios fundadores en el cual podamos exponer las oportunidades que ofrece Israel a los empresarios de la región. No es algo fácil de coordinar, es un megaproyecto, pero a mí me gustan esos retos.
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"Quiero realizar un seminario económico-comercial con los cuatro socios del Mercosur"
(Enzo Santos)
¿Cómo tomó la decisión de la cancillería de volver a designar un embajador en Asunción? ¿Formó parte de ese proceso de decisión?
Nosotros nunca rompimos relaciones con Paraguay. Ha habido titulares en la prensa en ese sentido, y eso no es así. Las relaciones nunca se cortaron. Nosotros estuvimos evaluando cuál era la mejor manera de representar a Israel en Paraguay: si por medio de la embajada en Buenos Aires o en cambio hacerlo desde la de Montevideo. Llegamos a la conclusión que –con el conocimiento que yo tengo- y con el hecho de que la embajada en Uruguay puede hacer esta labor de manera más eficiente, finalmente era solo cuestión de tiempo retomar la actividad en Asunción. Presenté mis cartas credenciales, y tuvimos excelentes conversaciones con el presidente. En esa instancia, Abdo Benítez me comunicó su decisión de abrir una oficina comercial de Paraguay en Jerusalem. Eso para nosotros es muy importante, está dentro de la campaña por la que promovemos que países reconozcan a Jerusalem como nuestra capital y abran allí ya sea embajadas, oficinas o sucursales diplomáticas. Estamos esperando a que una delegación paraguaya encabezada por el vicecanciller llegue a Israel en los primeros meses del 2020, para sostener un diálogo sobre todos estos aspectos. Por el momento, está dando resultado. No es sencillo. Luchamos contra una campaña palestina-árabe sumamente negativa, como siempre ha habido. Pienso que lo que hacen las representaciones palestinas en estos países es obstaculizar las relaciones de Israel, en lugar de tener una agenda constructiva. Es muy lamentable, pero lo vemos todo el tiempo.
