La propagación del coronavirus por el mundo trajo consigo una ola de antisemitismo, con judíos acusados de propagar el virus. Pero hay lugares donde el enemigo común logró unir los corazones. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, decidió adelantar la reapertura de las instituciones religiosas programada para el fin de semana, para permitir a la comunidad judía retornar a su servicio habitual el día viernes.
En el marco de su retorno a la normalidad, tras las medidas de cierre adoptadas para evitar la propagación del virus, el gobierno de Uruguay decidió, en su última reunión de gabinete, permitir la apertura y la congregación en espacios religiosos a partir del 20 de junio. Pero poco después de la votación, uno de los ministros, Isaac Alfie, de ascendencia judía, solicitó adelantar la fecha en beneficio de su comunidad. Los ministros votaron nuevamente y el pedido de Alfie fue aceptado.
Según las nuevas pautas, sólo algunas de las restricciones serán eliminadas, permitiendo servicios con una duración máxima de 45 minutos, un número limitado de asistentes, bajo el cuidado de las normas de distanciamiento entre personas y con el uso máscaras.
La comunidad judía de Uruguay cuenta con unas 15.000 personas. El nuevo presidente, Luis Lacalle Pou, es considerado un admirador de la colectividad judía, e incluso en su ceremonia de asunción pidió al rabino de la comunidad tocar el shofar como había sucedido cuando su padre, expresidente de Uruguay, asumió el cargo. Con la llegada de la crisis de coronavirus, Lacalle Pou conformó un foro de líderes religiosos para discutir temas relacionados a la epidemia.
El gran rabino de Uruguay y enviado en el país del Instituto Straus-Amiel de la red Or Torah Stone, Max Godet, expresó: “Nos acostumbramos a leer acerca de casos de antisemitismo en todo el mundo, y es importante remarcar el increíble trato que reciben en Uruguay los judíos. No sólo que vivimos con libertad y llevamos una vida comunitaria normal, sino que además el gobierno escucha nuestras ideas”, remarcó.
Hasta la fecha hubo en el país sudamericano alrededor de 900 casos de coronavirus. La mayoría de ellos ya se recuperaron y unas 25 personas sucumbieron a la enfermedad. En la actualidad menos de 100 pacientes cursan la enfermedad.
El rabino Eliahu Birnbaum, director del Instituto Strauss-Amiel, agregó: “Nos alegra ver que hay muchos países que tienen en cuenta las necesidades religiosas de las comunidades judías locales. El presidente de Uruguay, tanto como su padre, es un hombre que se siente interpelado por el judaísmo y esto resulta reconfortante para la comunidad”.