Heather Segal, una abogada de inmigración canadiense.
Heather Segal, una abogada de inmigración canadiense.
Cortesía de Segal
Heather Segal, una abogada de inmigración canadiense.

Judíos estadounidenses asustados por las próximas elecciones, buscan una nueva ciudadanía.

Los abogados y defensores, comparten que los judíos estadounidenses están asustados porque pueden percibir un creciente extremismo y antisemitismo, algunos de ellos avivados o tolerados por el presidente. Hoy en día, el cliché de querer mudarse del país debido a los cambios políticos es una realidad. Muchos judíos estadounidenses buscan establecerse en Canadá, Israel y la Unión Europea.

BEN SALES, JTA - Adaptado por Maura Silva |
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Segal, una abogada de inmigraciones de Toronto, Canadá, sabe que siempre hay un aumento en las consultas durante los años de elecciones estadounidenses. Pero en sus 25 años de experiencia, nunca ha sido tan grande como ahora.
El hecho de que estadounidenses que prometan mudarse a Canadá después de las elecciones presidenciales es un cliché. Y entre los judíos observantes, se podría decir lo mismo, pero mudándose a Israel, ya que la mayoría obtiene la ciudadanía automáticamente. Esta es una decisión común en la comunidad si la persona equivocada asume el cargo o si las condiciones cambian en los Estados Unidos.
Hoy en día, el cliché es una realidad. La mañana después de que Donald Trump se negara a condenar a los supremacistas blancos durante el debate presidencial, Heather Segal recibió cuatro consultas de estadounidenses interesados ​​en mudarse a Canadá, dos de ellos eran judíos.
Segal afirma que cada vez recibe más pedidos de judíos queriendo mudarse a Canadá. Este año, recibe 6 o 7 pedidos por día de los cuales la gran mayoría son judíos.
"En toda mi vida, nunca he visto lo que hoy estoy viendo", dijo Segal, que es judía.
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Heather Segal, una abogada de inmigración canadiense.
Heather Segal, una abogada de inmigración canadiense.
Heather Segal, una abogada de inmigración canadiense.
(Cortesía de Segal)
“El eco que siempre me repiten es: ‘Ya hemos visto esto antes’. ‘No voy a quedarme atascado. ‘No van a atraparme’. ‘Ya sabemos cómo sigue todo esto’. ‘Va a haber una guerra civil’. ‘Será el final de la democracia’. ‘Estoy muy preocupado por nuestro futuro’. ‘No quiero quedarme a esperar qué sucede’. Mis abuelos abandonaron Polonia en la Segunda Guerra Mundial’”.
También añade que escucha varias veces al día, que hay personas que están bien establecidas en Estados Unidos, con sus familias y sus trabajos pero que nunca creían que esto pasaría, que no imaginaban un futuro considerando irse del país.
El culpable de la mayoría de estos impulsos para irse tiene que ver con la posibilidad de que el presidente Trump gane la reelección.
Los abogados y defensores, comparten que los judíos estadounidenses están asustados porque pueden percibir un creciente extremismo y antisemitismo, algunos de ellos avivados o tolerados por el presidente.
Esa opinión no es una ilusión, ya que el año pasado se produjero el número más grande de incidentes antisemitas en los Estados Unidos desde 1979, según la Liga Antidifamación (organización judía que busca detener la difamación del Pueblo judío). En los últimos dos años han habido ataques letales contra judíos en Pittsburgh; Poway, California; Jersey City, Nueva Jersey; y Monsey, Nueva York, además de una serie de asaltos a judíos el año pasado en Brooklyn. En medio de un aumento en la actividad extremista, Trump se ha negado repetidamente a condenar al grupo de extrema derecha.
Los líderes judíos ahora están comparando este momento en la política estadounidense con la Alemania de principios de la década de 1930, cuando Hitler subió al poder y el destino de los judíos en Europa comenzó a ser sellado.
El pueblo judío nunca experimentó un estilo de vida seguro y duradero bajo un gobierno, así que no es de sorprender el despertar de una ansiedad profundamente arraigada sobre cómo garantizar la seguridad de su familia si ocurre lo peor en los Estados Unidos.
"Hay muchas cosas que pasan por mi cabeza mientras sucede todo esto, como qué estaría pensando mi familia cuando Hitler subía al poder". dijo Sarah Morris, una abogada de Colorado cuyo abuelo, originario de lo que entonces era Checoslovaquia, fue el único miembro de su familia que sobrevivió al Holocausto.
Morris es sólo una de las tantas personas que están en la búsqueda de un nuevo hogar fuera de los Estados Unidos, ya sea en Canadá, Israel o la Unión Europea. Para su ventaja es elegible para la ciudadanía canadiense y presentó su solicitud en agosto, impulsada por el temor de lo que podría suceder el 3 de noviembre y después.
Si bien no sabemos lo que trae el futuro, quién ganará las elecciones y qué pasará luego en el país, Morris es una clara representación de la ansiedad y el miedo que está viviendo la comunidad judía estadounidense ahora mismo.
Otros abogados de inmigración canadienses están viendo el mismo patrón.
Joseph Young, abogado judío de inmigración en Toronto, informó que aunque los judíos constituyen aproximadamente el 2% de la población estadounidense, estima que alrededor del 20% de sus consultas para mudarse a Canadá son de judíos. Nan Berezowski, otra abogada de inmigración canadiense, tiene cifras muy similares, al menos el 20% parece ser de judíos.
“Si Trump gana, creo que verá a más personas continuar y completar sus solicitudes (de inmigración), o al menos solicitarlas”, dijo Young. “Ya han vivido estos cuatro años y dicen 'No voy a vivir otros cuatro años más' ".
Sin embargo, mudarse a Canadá no es sencillo. Las solicitudes de residencia permanente se evalúan según un sistema de puntos que tiene en cuenta la fluidez del idioma, la edad, la profesión y si el solicitante tiene conexiones previas con Canadá, como una familia canadiense o un título académico canadiense. El proceso puede tardar un año o más.
Greg Siskind, un abogado de inmigración en los Estados Unidos, afirma que para ser un candidato principal, debes ser joven y estar graduado de una universidad canadiense.
Otra opción disponible pero muy dificultosa para los judíos estadounidenses es obtener un pasaporte europeo. Pero sólo un puñado de países europeos, debido a sus antecedentes de persecución y expulsión antisemitas, ofrecen la ciudadanía a los judíos cuyos
antepasados ​​huyeron de sus fronteras. Austria amplió sus puertas a principios de este mes.
Hollander-Waas Jewish Heritage Services, es una agencia fundada el año pasado que ayuda a los judíos a rastrear registros genealógicos y navegar por los procesos de ciudadanía de los países. Hoy está recibiendo de dos a tres consultas por semana sobre cómo obtener la ciudadanía europea, y antes era sólo una por semana.
Los fundadores, Caitlin Hollander y Michael Waas, han perseguido individualmente la ciudadanía europea para sí mismos, por razones emocionales y prácticas. Hollander ya tiene su ciudadanía alemana, pero Waas todavía está en proceso de obtener la de Portugal, la patria de sus antepasados.
Es una ironía buscar refugio en el continente donde sucedió Holocausto, pero los siglos de antisemitismo no se les pasa por alto. Ambos, sin embargo, dijeron que la idea de tener una opción fuera de Estados Unidos era convincente en un momento volátil.
“Si puedo obtener otro pasaporte (un judío nunca puede tener varios pasaportes), esto te puede dar aunque sea una pequeña pieza de libertad, un pequeño pedazo de posibilidad para poder viajar libremente sin tener la preocupación de necesitar otra visa u otras nuevas restricciones que puedan surgir”.
En Israel, existe la “Ley del Retorno” que les da a los judíos la capacidad de reclamar la ciudadanía en el país, casi cualquier judío en el mundo es elegible bajo esa ley, representa una reparación mundial por los males cometidos.
En este momento, la cantidad de judíos estadounidenses que buscan ejercer ese derecho está aumentando. Nefesh B’Nefesh, que facilita la inmigración israelí, registró un aumento vertiginoso en septiembre, experimentó un aumento del 72% en las solicitudes completadas en comparación con septiembre de 2019, con ahora 523 personas.
Yael Katsman, una portavoz del grupo, dijo que la mayoría de las personas que completaron el proceso ya habían estado interesadas desde hacía mucho tiempo en mudarse a Israel. Y que ahora se sentían capaces de dar el salto ya que sus lugares de trabajo se volvieron remotos debido a la pandemia.
Ella cree que el malestar político no es el absoluto dominante de la situación. Si bien varios judíos quieren mudarse a Israel para obtener la ciudadanía, es sólo un plan de respaldo. Pero no es la primera opción para los judíos ansiosos por la situación política en Estados Unidos.
En contraste, los programas de ciudadanía para judíos en países europeos no requieren que los solicitantes vivan en el país. Entonces, para aquellos que califican, la ciudadanía en Europa les brinda un refugio potencial mientras tienen la posibilidad de quedarse en EE.UU. y ver cómo resultan las cosas.
"Tienen múltiples opciones, múltiples rutas, y eso es lo que mucha gente está notando cada vez más". Agregó Hollander.
Jeremy, un educador en Pensilvania que se dedica a enseñar a inmigrantes y estudiantes desfavorecidos, se ha encontrado recientemente buscando bolsas de trabajo canadienses e investigando el costo de vida en diferentes ciudades. Dijo que Canadá es atractivo porque la vida allí parece relativamente similar a la de Estados Unidos, pero que el país parece preocuparse más por los grupos marginados, lo cual es importante para él como judío.
"Desde muy joven supe que soy diferente porque soy judío", dijo Jeremy, quien no dio su apellido debido a preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad laboral. “Eso nos hace capaces de entender ciertas cosas, viviendo ciertos miedos que tanto nosotros como nuestros antepasados han tenido y son ​​bastante cercanos en este país o en otros países. Eso se relaciona muy directamente con lo que siento por la inmigración. Eso se relaciona muy explícitamente con lo que siento sobre el racismo sistémico ".
Segal, quien antes veía a EE.UU. como una inspiración, ahora lo ve con miedo y preocupación. El número creciente de inmigración canadiense, dice la abogada que es “devastador de ver”.
"Me entristece porque, ya sabes, amo a Estados Unidos, lo que representa y lo que ha logrado", dijo. “Sigo diciéndome a mí misma, ¿qué está pasando en Estados Unidos? Porque veo mucho miedo y siento que estamos en esta etapa, y no sabemos lo que va a traer".
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