"Me informan de incidentes en la casa del fiscal Alberto Nisman."
Eran las 23.35 del 18 de enero de 2015 cuando el periodista Damián Pachter publicó en su cuenta de Twitter las palabras que cambiarían el rumbo de su vida. "Nací en Argentina, me crié en el seno de una familia judía y sionista en Buenos Aires, pero fui educado en Israel, cuando emigré a Tel-Aviv junto a mi madre en 1996", explica Pachter en diálogo exclusivo con Ynet Español.
"Cursé en la Alliance Francaise de Ramat Aviv. donde adquirí el idioma francés, y luego me ofrecí como voluntario por ser hijo único, en una unidad de combate dentro de la Fuerza Aérea israelí. Al terminar mi servicio militar regresé a Buenos Aires y estudié relaciones internacionales ingresando a la BBC durante mi segundo año cursado. Luego fui freelancer para The Associated Press (AP) y finalmente como periodista fijo en el Buenos Aires Herald, principalmente enfocado en noticias internacionales."
La primicia de la muerte del fiscal Alberto Nisman y sus posteriones derivaciones obligaron a Pachter a decidir el inmediato retorno a Israel, donde se radicó desde ese entonces. Sabía que agentes de inteligencia lo perseguían y sintió que su único resguardo estaba al otro lado del océano. Hoy, Pachter se desempeña como periodista en la cadena i24news, y se mantiene como colaborador activo de numerosos medios y portales.
–¿Qué es lo primero que te surge cuando te retrotraes a la madrugada el 19 de enero de 2015?
–Mi primer recuerdo es una mezcla de adrenalina, temor y cierta sensación de "jugármela y que sea lo que Dios quiera". La palabra "incertidumbre" lo resumiría todo.
–¿Tu condición de judío e israelí generaba que se te observara de una manera distina en Argentina?
–Por supuesto que yo soy un blanco fácil para aquellos en la izquierda del espectro político, pero es algo que no me molesta en lo más mínimo y lo veo como parte inseparable de una persona publica, con su rol en el mundo bien definido. Personalmente me molestan más los judíos que se prenden en la misma retórica, estilo Jorge Elbaum, Sergio Burstein, Raúl "Tuny" Kollman u Horacio Verbitsky. Creo que con el tiempo se los desenmascaró. Pero desconozco si realmente se consideran como tales. De todas formas soy tan argentino como israelí y ser judío forma parte tanto de mi filosofía de vida como mi religión.
–Trás verte obligado a irte del país, ¿qué cuentas te quedaron pendientes en Argentina? ¿Volverías?
–Me quedaron varias cuentas pendientes, sobre todo personales, ya que dejé todo "patas para arriba" dado mi exilio en 2015. Incluso mi auto estacionado en la redacción de Ámbito Financiero. Ya no hay nada más que me ate con Argentina afectivamente, porque mi madre falleció en junio, y por lo tanto no veo motivo alguno que –al menos por ahora– me lleve regresar. Me gustaría visitar su lugar de entierro en el cementerio de La Tablada.
–¿Qué analisis haces de la realidad argentina tras la asunción del nuevo gobierno?
–La situación en Argentina la veo pésima, y mi recomendación para cualquiera que la solicita es que la dejen. Que cualquiera que tiene capacidades intelectuales y posibilidad material emigre a otro país, donde su esfuerzo sea más valorado, sobre todo si sos judío y tenés la posibilidad de emigrar a Israel. Si bien nada es fácil acá, no te roban ni te atacan en la calle, y la sensación de inseguridad criminal prácticamente es nula. Eso no tiene precio. Hay otros problemas en materia de seguridad, obviamente, pero prefiero decenas de misiles volando sobre mi cabeza a que mi peguen un tiro por un celular.
–En las últimas semanas, la influencia de Irán en la región se ha vuelto un asunto preponderante ¿Cuál es tu lectura sobre el terrorismo islámico y la actual situación regional?
–Mi visión sobre el terrorismo islámico es sumamente pesimista respecto de cómo lo enfrenta Occidente. Lamentablemente, en lugar de unirse a Israel, los países de Europa la critican desde argumentos presuntamente progresistas, al igual que las izquierdas en América Latina. En tal sentido, el liderazgo en Irán bajo el líder supremo Alí Kamenei es mucho más inteligente y sofisticado que cualquiera de sus pares en Occidente. Ejemplo de esto es el acuerdo nuclear firmado en 2015. Creo que Europa será el próximo centro de batalla, dado los terroristas del Estado Islámico, que además son ciudadanos de dichos países. La apertura europea le jugó en contra a la Unión y ahora ya es tarde para resolverlo. Uno de los principales problemas en América latina es la falta de entendimiento y la escasez de estudiosos que realmente comprendan el complejo mundo del islamismo radical, sea sunita o chiíta. Lo lamentable es que en Argentina, por ejemplo, desde múltiples sectores, incluso lo avalan.
