Dos años después del "estallido social" que se llevó la vida de 34 personas y terminó con 3.500 personas hospitalizadas y 9.000 arrestadas, Chile tuvo un nuevo proceso electoral que eligió como presidente a Gabriel Boric, un joven político de perfil socialista con una fuerte retórica antiisraelí, situación que preocupa a la comunidad judía de Chile.
En una entrevista con Ynet Español, Gerardo Gorodischer, presidente de la Comunidad Judía de Chile, habló sobre la irrupción de los nuevos políticos chilenos, analizó el futuro del país y contó como lleva este nuevo proceso la comunidad judía del país sudamericano.
-¿Cómo analiza los resultados de la elección y el triunfo de un joven proclamado "de izquierda"?
-Los resultados del domingo pasado tienen algún grado de lógica. Primero, por el contexto social que atraviesa Chile. Creo que quien mejor logró llegar con su mensaje a los votantes fue Gabriel Boric. Sorprendió en las primarias y luego en la primera vuelta, al terminar muy cerca de Kast. El presidente electo entendió mejor a la gente y sus pedidos inmediatos. Esto no quiere decir que está todo resuelto o que será fácil, no hay que olvidar que a la segunda vuelta llegaron dos políticos de polos opuestos y que al final del día nadie se sentía tan conforme como los militantes de cada partido.
-¿Pudo hablar con el presidente electo?
-Todavía no pudimos hablar con Gabriel Boric. Nos reunimos una semana antes de las elecciones con parte de su comando, más precisamente con su mano derecha. Pero creo que independientemente del gobierno de turno, la comunidad judía de Chile debe responder al mandato de tener que preservar la vida judía en Chile, darle tranquilidad a la personas de la comunidad para que practiquen el judaísmo sin preocupaciones, que tengan libertad de culto y de educación. Esa es nuestra misión, independiente del presidente electo o de la tendencia política que surja.
-¿Cómo cree que se va a desarrollar el gobierno de Boric?
-Creo que las transformaciones que necesita Chile se van a dar a medida en que se logre mejores canales de diálogo y mejores acuerdos. De lo contrario, la situación va a ser muy compleja de acá a dos años. Respecto a la comunidad, nosotros estuvimos bastante preocupados hace un tiempo por la violencia que se leía y veía en varios lugares, especialmente en redes sociales en donde volvieron a aparecer casos de antisemitismo y antiisraelismo. Pero yo diría que se manejó bastante bien este nuevo proceso electoral. No tuvimos que presenciar ningún acto de violencia contra los judíos de Chile. Esperemos que esto se mantenga durante el mandato del nuevo gobierno.
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Un manifestante sostiene un trozo de tela que dice "Nueva Constitución o nada" durante una manifestación en Plaza Italia, en Santiago de Chile, el 22 de octubre de 2019.
(AFP)
-El estallido del 2019 rompe con un clima político que se vivía en Chile. ¿Cómo afectó a la comunidad? ¿Qué balance hace sobre la situación de ese momento y la actual?
-En términos de la comunidad, yo diría que le afectó igualmente que al resto de la población chilena. Se levantó un alto grado de violencia y personas de la comunidad que tenían negocios cercanos a los sectores de conflicto perdieron sus pertenencias. Creo que una buena señal para la comunidad fue que el domingo de las elecciones hubo grandes manifestaciones que terminaron en paz y sin violencia. Eso es positivo y da esperanza a la comunidad judía de chile para que se frenen los comentarios antisemitas o antiisraelíes en las redes sociales, algo que nos venía preocupando.
-¿Cree que la comunidad judía puede ganar más espacios en la política chilena?
-Más allá de nuestra postura como comunidad interna, nosotros hacemos mucho trabajo social con las distintas áreas de la sociedad, con distintos ámbitos de la sociedad civil. Eso se canaliza muchas veces a través de algunas opciones a nivel de gobierno o municipalidad. Representamos a casi 18 mil judíos en Chile y corresponde que dentro haya tener algunas diferencias que deben ser respetada. Mas allá de cuidar la comunidad y buscar consensos, dentro del espacio hay diferentes pensamientos políticos y sociales. Eso debe ser respetado para construir una comunidad más fuerte, diversa y así poder ganar más protagonismo en la política del país.
-¿Cómo cree que tomó la comunidad la irrupción de políticos como Kast, o Jadue, que protagonizaron momentos con tintes antisemita antes de las elecciones?
-Bueno, acá hay algunas diferencias. Por un lado José Antonio Kast tiene una historia, en la que su padre fue miembro de las milicias nazis, pero supo explicar cómo fue su vivencia y nunca tuvo ninguna manifestaciones antisemitas. Kast fue un miembro del Comité Interparlamentario Chileno-Israelí y mientras fue diputado de la república lo pude conocer y nunca tuvimos ningún problema. Tal vez, algún grupo o sector de su partido supo tener algunas manifestaciones violentas o antisemitas. Pero en general, hasta donde yo vi, el siempre los apartó. Respecto a Jadue, que no logró llegar a las primarias por muchas razones, él sí tiene un largo historial antisemita y antiisraelí. Fue algo muy complejo para la comunidad la aparición de esta figura, ya que hay una mirada muy crítica a lo que representa Jadue por sus posturas radicales de extrema izquierda en las que, por apoyar la causa palestina, ataca a los judíos con comentarios fuera de lugar.
-¿Y Boric?
-En cuanto al presidente electo, respecto a su postura con Israel, él es una persona que viene de izquierda y no tuvo comentarios muy suaves respecto al Estado Judío, por no decir muy fuertes. Creo que le faltan muchos conocimientos sobre las diferencias entre comunidad judía chilena, Estado de Israel, israelíes, gobiernos israelí, etc... Se generaron una serie de comentarios que invitan a la confusión y creo que de alguna manera Boric no conocía esas diferencias, sobre todo el sentimiento de comunidad judía. Nuestro trabajo es poder entregarle la información que corresponda para mostrar las diferencias existentes para evitar una nueva ola de antisemitismo. Y creo que, en ese sentido, Boric tuvo algunos gestos importantes, señales de querer aprender y conocer más estas diferencias para cambiar la visión que nos planteó en septiembre, donde tuvo comentarios bastante fuertes contra Israel.
- Marina Rosenberg, embajadora de Israel en Chile, denunció por Twitter el apoyo del presidente de la Comunidad Palestina de Chile al grupo terrorista Hamás, ¿Qué reflexión hace?
- Maurice Khamis es un hombre al que yo respeto y con quien tengo conversaciones en caso de emergencia. Pero, efectivamente, después del último conflicto que hubo en Gaza con Israel, él dijo que Hamás no era un movimiento terrorista, sino un movimiento libertario. Aunque no pude hablar con él, creo que su postura se radicalizó este año viendo, tal vez, las potencialidades que podrían venir en adelante. Su postura le funcionó, ya que en septiembre eso y otras cosas llevaron a que los candidatos que iban a primera vuelta firmaran un compromiso de promover una resolución o ley de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) para boicotear al Estado de Israel por productos que vengan de territorios "apropiados" o "en disputa", por lo que agudizó bastante la relación entre las comunidades a nivel dirigencial. Hay que entender que una parte de la comunidad palestina de Chile está radicalizada con estos temas y a otra parte de la sociedad estos temas no les importa tanto. Lo mismo pasa con la comunidad judía: una parte de la sociedad, sobre todos los dirigentes, entre los que me incluyó, luchamos día a día por estos temas y a otra parte a la que no le interesa tanto y deciden dejarlo a un lado. Es importante que ese tipo de situaciones se manejen de manera adecuada y esperamos que el presidente electo tenga una mirada que le permita mesurar y poder, de alguna manera y cuando se requiera, balancear los comentarios propios y los provenientes de la comunidad palestina.
-¿Cree que se puede llevar adelante ese boicot contra Israel ahora que Boric fue elegido presidente?
-Si Chile emite una resolución de BDS contra Israel, sería el primer país a nivel mundial que tenga una resolución o una ley de esas características. Creo que eso podría afectar la imagen o la capacidad comercial del nuevo gobierno. Es una situación que van a tener que medir en detalle para no perjudicar a la comunidad. La embajada debe hacer ese trabajo constantemente, somos una comunidad sionista y siempre vamos a defender a Israel. Pero si bien nosotros podemos defender todo lo que tenga connotación negativa para los ciudadanos israelíes, hay temas que debe manejar el gobierno. Hoy en día, la Knesset y la dirigencia israelí, liderada por Naftali Bennett tienen una mirada distinta y, eventualmente, podría matizar esos comentarios y posturas, pero es algo que se debe transitar. El objetivo para todos es que en los próximos cuatro años tengamos a un líder chileno que en vez de estar alejado de Israel esté un poco mas cercano a lo que se vive en el Estado judío.
-¿Cree que Boric va a tener dialogo con el gobierno israelí?
-Hasta ahora no se planteó, bajo ningún punto de vista, romper relación con el gobierno de Israel. No va a ser una relación fácil, pero nunca fue fácil para nadie. Por lo tanto, creo que es momento de trabajar y la oportunidad que se nos presenta hoy día, con la conformación de la nueva Knesset, puede ser una ayuda y un elemento importante que permita, eventualmente, mostrar una visión distinta de diversidad, convivencia y coexistencia entre los pueblos que incluso nos puede servir en Chile. Y de esa manera poder matizar la opinión del nuevo presidente. Para Chile, el tema Israel y el conflicto con los palestinos siempre estuvo bastante eximidos. Si bien es cierto que las cancillerías del gobierno mantienen una especie de balance o tienen una posición neutral, también si revisas las resoluciones de la ONU hace mucho tiempo que Chile viene votando en forma permanente contra Israel. Por lo tanto, creo que la posición no va a cambiar mucho. Pero si hacemos un trabajo adecuado, y logramos llevarle mejor información al nuevo gobierno, eventualmente podemos llegar a alguna abstención.
-¿De qué manera Israel puede colaborar con Chile? No solo políticamente, sino en otros campos, como el desarrollo tecnológico.
-La embajadora en estos temas hizo una tremenda labor. Trabajo con distintos niveles de gobierno, llevando su conocimiento sobre esos temas a distintos lugares del país. Es importante seguir con ese trabajo, aunque en este momento vaya a ser más complejo por el nuevo gobierno. Por ejemplo, aunque no haya nada firmado, cuando comenzó la pandemia del coronavirus la colaboración entre el gobierno israelí y el chileno venía siendo muy importante respecto a la logística de vacunas y equipamiento médico. La ayuda humanitaria y de conocimiento del gobierno y la sociedad israelí siempre fue importante, no solo para Chile, sino para todo el mundo.
