No solamente en Buenos Aires se celebró la obtención de la tercera Copa del Mundo que consiguió la Selección Argentina, sino que aficionados argentinos en Israel y Cisjordania también se sumaron a la alegría de los sudamericanos.
En el centro de las principales ciudades del país, así como en Or HaNer y Mefalsim, comunidades del sur en la que viven muchos inmigrantes de origen argentino, se hizo sentir la alegría por el título conseguido por Lionel Messi y compañía. En muchas ciudades árabes israelíes, como Qalansaew y Umm Al Fahm, simpatizantes del equipo argentino también celebraron el éxito.
Los festejos callejeros se extendieron a Hebron y Ramallah, localidades gobernadas por la Autoridad Palestina. En Nablus la gran final entre argentinos y franceses fue seguida con atención, aunque el espectáculo se opacó por cinco focos de incidentes diferentes. En uno de ellos fue apuñalado un joven que sufrió graves heridas.
Residentes de la ciudad palestina dijeron que la pelea en cuestión fue “muy violenta” y que “el joven fue apuñalado en varias partes del cuerpo”. Un familiar del palestino herido afirmó que no sabe “cómo comenzó la pelea, pero lamentamos escuchar que se debía al resultado del partido”.
A nivel político la final entre Argentina y Francia también absorbió la atención: el presidente Isaac Herzog y Benjamín Netanyahu, el posible primer ministro del próximo gobierno, fueron fotografiados mientras prestaban toda su atención a una pantalla en la que se exhibía el partido.
Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, optó por felicitar a la organización catarí del torneo. El líder palestino afirmó que “Catar presentó el tema palestino hacia el mundo de una manera que no registra precedentes”, en función de las numerosas banderas palestinas que se exhibieron en los estadios de la Copa del Mundo..
