Maías Latvik en la empresa israelí Together Medical Cannabis.
Maías Latvik en la empresa israelí Together Medical Cannabis.
Cortesía de Matías Litvak
Matías Litvak.

"Israel es el mejor lugar del mundo para cultivar e investigar el cannabis"

Matías Litvak es un cannabicultor de origen argentino, militante a favor de la despenalización que en Israel trabaja como investigador en Cann-Il. "Si todos consumieran marihuana en forma terapéutica, el mundo sería un lugar mejor; no tengo pruebas pero tampoco dudas", arriesga. Exclusivo Ynet Español.

Leandro Fleischer |
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Matías Litvak (32) es un cultivador argentino de cannabis que emigró a Israel en 2018 con el fin de profundizar sus investigaciones y desarrollo de la planta. Mientras residía en su país natal, su sustento provenía de un comercio de chaquetas y zapatos de cuero que tenía en sociedad con sus hermanos y una hamburguesería que gestionaba con un grupo de amigos. Sin embargo, nunca abandonó los cultivos, que utilizaba para su propio consumo recreacional, pero también para entregar a personas enfermas que lo necesitaban, como fue el caso del padre de un amigo suyo, a quien le proporcionó cannabis para mejorar su calidad de vida.
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Matías Litvak.
Matías Litvak.
Matías Litvak.
(Cortesía de Matías Litvak)
Estando en Argentina se inscribió en un programa para emprendedores de la organización judía local Hillel que lo llevó a Israel. “Yo pedí dedicarme al rubro del cannabis. Para poder hacerlo, una empresa debía aceptarme. Me contacté con varias compañías hasta que Ami Cohen, que entonces era director ejecutivo de Better Medical Cannabis, me dio la oportunidad”, comenta Litvak. Después de tres meses, regresó a la Argentina, pero en 2018 decidió probar suerte de nuevo en Israel, donde trabajó en Better Medical Cannabis y luego en la firma Together Medical Cannabis hasta que le llegó una tentadora oferta laboral desde California, Estados Unidos, donde vivió por alrededor de medio año antes de volver al Estado judío para trabajar en la Universidad Bar Ilan como director de cultivo y en la empresa de investigación de cannabis Cann-IL.
Respecto de su vasto conocimiento en el ámbito de los cultivos, especialmente del cannabis, Litvak afirma: “No tengo título universitario; no lo necesito. Estuve en calidad de oyente en algunas clases que me interesaban de la Universidad de Buenos Aires, pero nunca quise rendir exámenes. Mi educación fue más empírica y casi completamente autodidacta”.
Sobre su gran interés en el mundo del cultivo, Litvak asegura que siempre le han interesado todas las plantas, pero especialmente el cannabis. “He consumido marihuana, porque para mí es una cuestión terapéutica, incluso su uso recreacional lo es. Y cuando enfermó de cáncer el padre de mi mejor amigo, empecé a profundizar en el aspecto medicinal de esta planta. Me percaté del potencial que tenía en este campo y me enamoré, ya que pude mejorar la calidad de vida de mucha gente solamente explicando cómo cultivarla. Entendí que ahí estaba mi lugar”, recuerda.
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Matías Litvak: "Hay que acabar con la demonización del cannabis".
Matías Litvak: "Hay que acabar con la demonización del cannabis".
"Hay que acabar con la demonización del cannabis".
(Cortesía de Matías Litvak)
Litvak manifiesta su fuerte oposición a la prohibición de la marihuana. “Yo para Argentina era un ‘criminal’ por entregar aceite de cannabis a personas que se ponían a llorar porque les generaba un cambio muy positivo en su vida”, señala. Y agrega: “Es inconcebible que se continúe criminalizando el consumo y el comercio, y que la gente tenga que esconderse para cultivarlo”.
A pesar de sus críticas contra lo que calificó como las “arbitrariedades” de la prohibición del cannabis y otras drogas, es optimista. “Creo que el mundo está cambiando”, manifiesta.
Litvak considera que el aspecto educativo es el arma más importante “para luchar contra la resistencia y la estigmatización”. Y aclara: “Claro que es una droga y hay que tratarla como tal, pero la prohibición fue y es un rotundo fracaso. Y los países que han despenalizado el consumo, como Portugal, nos han enseñado que esa medida da resultados significativamente mejores. Hay naciones europeas donde en vez de perseguir a la gente instalan puestos para testear lo que las personas consumen y así reducir los dañinos efectos producidos por sustancias adulteradas en el mercado ilegal. Claramente, la guerra contra las drogas está perdida y sólo beneficia a los criminales que se dedican al narcotráfico”.
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Matías Litvak.
Matías Litvak.
Matías Litvak en California.
(Cortesía de Matías Litvak)
El cultivador argentino se remonta a los inicios de la guerra contra las drogas para explicar su posición crítica. “Todo comenzó como un tema racial. De hecho, la DEA en Estados Unidos fue creada para perseguir el comercio y el consumo de alcohol, pero después del fin de la Ley Seca en 1933 tuvieron que buscar a alguien para criminalizar, y debido a que los mexicanos y los negros fumaban marihuana, empezaron a perseguirlos. El alcohol y el tabaco son drogas significativamente peores, pero sin embargo son legales”, explica. Y añade: “Tenemos que evolucionar, tenemos que crecer y respetar los derechos de los individuos a consumir lo que ellos quieran. Si uno comete un crimen por efectos de una sustancia, como atropellar a alguien por conducir bajo los efectos del alcohol o el cannabis, entonces debe aplicarse el castigo correspondiente. Pero criminalizar a los inocentes nunca puede dar buenos resultados”.
“Hay que luchar por la normalización y la descriminalización de la planta”, asevera Litvak, y agrega: “Mi idea es darles voz a los cultivadores, especialmente en la Argentina, que temen ser encarcelados como si fuesen asesinos por el solo hecho de cultivar una planta”.
Respecto de su trabajo actual en la empresa Cann-Il, cuenta que se encarga de la “investigación y desarrollo del cannabis”, pero que su intención es “trabajar en hospitales para ayudar a los pacientes”.
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Matías Litvak.
Matías Litvak.
Matías Litvak en Cann-IL, la empresa israelí en la que trabaja actualmente.
(Cortesía de Matías Litvak)
Litvak no oculta su fascinación por los avances que se están produciendo en Israel. “Lo que está sucediendo aquí es espectacular. Sin embargo, se trata de algo muy nuevo. Recién ahora se están trazando las normativas. No es un camino sencillo de recorrer”, dice.
“Israel es un país que cuando observa buenos resultados en algo, toma ese camino. Investiga, estudia y hace todo lo posible para crecer. Por eso es considerado como el ‘segundo Silicon Valley’ y como uno de los principales exportadores de investigaciones e innovaciones. Esto se puede observar incluso en la universidad Bar Ilán, que si bien es conservadora deja de lado su cosmovisión religiosa y política porque entiende que si hay dudas respecto de algún tema, es necesario investigar”, explica. “Vine al lugar que considero que es el mejor del mundo para desarrollarme como investigador y cannabicultor”, subraya.
En referencia a la posible legalización del cannabis en Israel, señala: “Pienso que finalmente se legalizará y el país será un ejemplo que otros seguirán”, señala.

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Matías Litvak rodeado de plantas de cannabis en la empresa israelí Better Medical Cannabis.
Matías Litvak rodeado de plantas de cannabis en la empresa israelí Better Medical Cannabis.
"Lo que está sucediendo en Israel es espectacular".
(Cortesía de Matías Litvak)
El cultivador y activista argentino también se refirió a las repercusiones relacionadas con su trabajo en Israel. Litvak afirma que le llegan muchos mensajes de personas que se sienten representadas por él. “Ellos dignifican el trabajo del cultivador, que se arriesga a ser arrestado para entregar cannabis a alguien que lo necesita. Está cambiando la forma de pensar en la gente, y ahora entiendo la responsabilidad que tengo”, expresa. “Amo lo que hago y creo en mi trabajo. Por eso pude llegar lejos”, añade.
Litvak concluye que “hay que terminar con la demonización del cannabis, hay que acabar con la idea de que si uno fuma marihuana es un drogadicto perdido que vive debajo de un puente. Es más, me atrevería a decir que esta planta te abre la cabeza. De hecho, y esto lo digo como militante, si todos consumieran marihuana de forma terapéutica, el mundo sería un lugar mejor. No tengo pruebas pero tampoco dudas”.
El cannabicultor argentino publica parte de su labor en su cuenta de Instagram, "litvak.matias", y afirma que mucha gente lo contacta para pedirle ayuda.
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