La libreta de bar mitzvá, a los 13 años, de Salomón Lerman.
La libreta de bar mitzvá, a los 13 años, de Salomón Lerman.
Gentileza
La autora, con su obra.

La tragedia judía, previa al Holocausto, contada en primera persona

Veinte años después de fallecido su abuelo Salomón Lerman, su nieta Adriana se pone en su piel para contar la historia oculta de su abuelo polaco huyendo el horror que se avecinaba. Documentos que ven la luz décadas después se transforman en una hermosa novela que retrata apenas una parte, íntima y personal, de la historia negra de la humanidad.

Rubén Pereyra |
Published:
Adriana Lerman tiene 51 años, es farmacéutica y madre de 2 hijas. No vivió el Holocausto y, al menos hasta hace algunas décadas, no sabía que nadie de su familia lo hubiera padecido.
Esto cambió un día del año 2002, poco después de que muriera su zeide (abuelo en yiddish). El padre de Adriana encontró entre los papeles del abuelo unos documentos que nunca habían visto, que sólo vieron la luz tras la muerte de Shlomo Lerman, originario de Polonia.
Adriana y su padre no podían creer lo que habían encontrado, pues allí, entre documentos viejos y amarillos, estaba la historia de su familia y, al mismo tiempo, parte de la historia de uno de los hechos más horrendos que haya vivido la humanidad: el nazismo.
La investigación posterior iniciada por Adriana dio como resultado un libro. Ella cuenta que nunca estuvo en su intención hacer una obra literaria, pero fue tan abrumadora la documentación que encontró y todo lo que siguió, que no tuvo más remedio que sistematizar todo y animarse a contarlo al mundo. Eligió, para ello, la forma más bella del arte, la literatura. Y Adriana lo hace maravillosamente bien en El dolor de estar vivo, que es la historia de su abuelo, su zeide, contada en primera persona.
5 צפייה בגלריה
La autora, con su obra.
La autora, con su obra.
La autora, con su obra.
(Gentileza)
–¿Por qué El dolor de estar vivo?
–Tenía varios títulos posibles , pero éste tiene que ver justamente con el hecho de vivir con el dolor del silencio, de lo que mi abuelo no pudo contar. Ese muro auto impuesto que tuvo que construir para poder seguir viviendo . Porque para continuar con su vida tuvo que bloquear todo, pero el dolor está, el dolor no se olvida. El título, entonces, tiene que ver con su historia de resiliencia, de un hombre que a pesar de la angustia, la tragedia y la impotencia logró salir adelante. No pudo contarlo, sin embargo me dejó todas las pistas para que yo pueda hacerlo, como un gran rompecabezas para que yo hoy pueda reconstruir su historia y poder ser su voz y contar su historia escondida tras los trozos de papel. Este es el tributo a mi zeide y a mi gran familia que vivió en Polonia.
–Contanos cómo llegás de esto tan personal a poder plasmarlo en un libro.
–Yo nunca me propuse ni tuve en mente escribir un libro, sino que esto surgió como consecuencia de una investigación que hice de la vida de mi abuelo. Mientras él vivió el desconocimiento nuestro de esta historia era total, es decir, estos temas no se hablaban, no era un tema de conversación. Sabía que él había escapado de Polonia antes de la guerra y que había llegado a Argentina pero no sabíamos nada más. Yo no sabía siquiera cuál era el nombre de la ciudad donde vivía, cómo se llamaban sus sus padres, quiénes eran sus hermanos, dónde trabajaban, qué hacían, de qué vivían... Todo esto surge después de que fallece mi abuelo en el año 2002 y mi papá encuentra en su departamento una carpeta con más de 100 documentos escritos en yiddish, polaco, francés y hebreo. A mi papá, imagínate, esto le causó un asombro terrible. Cuando mi papá abrió un libro se ve una foto donde está mi abuelo con un grupo sionista escrito en yiddish. Cuando investigué encontré finalmente que era el libro recordatorio de la ciudad donde mi abuelo había vivido y donde también vivió el resto de su familia. Mi papá guardó esto como un tesoro pero resultaba aún algo indescifrable.
"Todo esto surge después de que fallece mi abuelo en el año 2002 y mi papá encuentra en su departamento una carpeta con más de 100 documentos escritos en yiddish, polaco, francés y hebreo"
–¿Y cómo llega te llega la inquietud por investigar y luego escribir la historia?
–Mi búsqueda personal empieza a partir de un hecho que tiene que ver con la educcación, porque fue a partir de preguntas que les empezaron a hacer a mis hijas desde el colegio –ellas fueron a la secundaria ORT–. Cuando a una de mis hijas le piden hacer un trabajo que incluía contar cómo llegó de Europa parte de su familia, me acuerdo que ella me preguntó: ¿cuál era el pueblo de tu zeide, qué hacía? Entonces fue tomar un café con mi papá y ahí él le contó lo poco que sabía. Bueno, finalmente, mi hija hace este trabajo que fueron no más que tres páginas que estaban tan bien escritas que la leías y te ponías a llorar. Ahí fue que yo me puse como la mochila al hombro y me agarró como una necesidad, no es algo fácil de explicar. Era decir: yo quiero saber de qué se trata, quiero entenderlo. Empecé a investigar y a escribir, pero no como un libro, sino como una investigación de cada documento que se me revelaba.
5 צפייה בגלריה
La autora, con su obra.
La autora, con su obra.
La autora, con su obra.
(Gentileza)
–¿Qué rol jugó tu padre en todo esto?
–Todo se hizo tan grande que ante cada cosa nos juntábamos y charlábamos para sacar conclusiones. Yo no hubiera podido hacer este libro sin mi papá. Esto es yo lo que yo creo, él dice que no, que es mérito mío, pero para mí es 50 y 50 porque las charlas que yo tenía con él me hacían entender todo lo que había pasado. Todo se unía, era como un camino donde cada cosa que estaba en los documentos se unía con otra de una forma increíble.
–¿Cómo llega el libro?
–Cuando yo terminé la investigación mi papá me dijo: Adriana, lo tenés que publicar. Bueno, sí, era muy grande todo, realmente muy interesante todo lo que atravesó mi abuelo desde que escapó de Polonia, su paso por París y otros lugares de Europa hasta llegar a Uruguay y luego a la Argentina. Cuenta cómo no lo dejaban entrar en muchos lugares, todo lo que significó el antisemitismo en Europa... el libro narra todo ese sufrimiento por el que tuvo que atravesar. El libro hace hincapié en la preguerra, porque mi abuelo llegó a escapar antes de que se desatara todo el horror.
5 צפייה בגלריה
Adriana, junto con su abuelo Salomón (izquierda) y su padre, Natalio Lerman (derecha).
Adriana, junto con su abuelo Salomón (izquierda) y su padre, Natalio Lerman (derecha).
Adriana, junto con su abuelo Salomón (izquierda) y su padre, Natalio Lerman (derecha).
(Gentileza)
La generación del silencio
"Yo digo que la generación de mi abuelo es la generación del silencio, porque muchos no pudieron contar lo que pasaron y para poder seguir viviendo bloquearon esa parte de su vida, y dijeron: bueno, de acá para adelante empieza nuestra vida. Supongo que tuvieron que hacerlo para no transmitirle a los hijos el sufrimiento que tuvieron que atravesar. Es muy duro para una persona que perdió a toda su familia en el Holocausto poder procesar todo eso. Cuando terminé el libro tuve una charla con mi padre y le pregunté por qué él no le había preguntado a su padre por todo esto. A partir de ahí surgió otra actividad con mi hija menor, algunas charlas con los abuelos y de ahí surgieron cosas muy enriquecedoras, tan lindas que son parte del libro, donde mi papá explica de manera simple por qué no preguntó."
"Supongo que no pudieron contar lo que pasaron para no transmitirles a sus hijos el sufrimiento que tuvieron que atravesar"
–¿Cómo llegás a la redacción en primera persona?
–Me faltaba contarte esa parte, cuando me decidí a publicarlo, yo me puse en la piel de mi abuelo y empecé a redactar todo en primera persona. De repente me convertí en mi abuelo y el libro está escrito como una novela en primera persona, donde voy intercalando todos los documentos. Hay más de 100 documentos adentro del libro.
5 צפייה בגלריה
Algunos de los documentos clasificados por Adriana Lerman que dieron origen y forma a su libro.
Algunos de los documentos clasificados por Adriana Lerman que dieron origen y forma a su libro.
Algunos de los documentos clasificados por Adriana Lerman que dieron origen y forma a su libro.
(Gentileza)
–¿Qué hipótesis tenés respecto del hecho de que tu abuelo haya conservado estos documentos?
–Sí, nos preguntamos eso. Nos asombraba el hecho de que conservara documentos desde su juventud, y de su infancia porque el primer documento es de sus 13 años. Siguió guardando cosas incluso acá en Argentina, el libro termina prácticamente en 1952 cuando obtiene finalmente la ciudadanía argentina. Él estába en el país desde el año 39. El libro termina ahí, pero yo tengo más documentos que él siguió guardando. Quizás haya un segundo libro (sonríe Adriana).
Descubrimos algo que tenía un sello, me puse a investigar y resultó ser que era una asociación de ayuda para los emigrantes judíos cuando él estaba en el país que lo ayudó a él, o sea, era como que cada pequeño papelito para él era importante. Por eso creo que fueron como pistas que me fue dejando, no sé, tal vez inconscientemente, como para que alguien algún día pudiera rearmar su vida. También encontramos la libreta de su bar mitzvá, a los 13 años.
5 צפייה בגלריה
La libreta de bar mitzvá, a los 13 años, de Salomón Lerman.
La libreta de bar mitzvá, a los 13 años, de Salomón Lerman.
La libreta de bar mitzvá, a los 13 años, de Salomón Lerman.
(Gentileza)
-¿Qué repercusiones has tenido hasta ahora con El dolor de estar vivo?
–Sí, lo que te puedo contar es que me encanta que me lleguen mails y mensajes de la gente, eso me resulta muy movilizante; cada vez que leo algo me emociona mucho realmente. Separé algunas cositas para leerte porque me dicen cosas tan lindas... Mira, ésta la recibí hace dos o tres días de un chico que vive en Mendoza: “mi nombre es Ariel... vivo en Mendoza, en este momento termino de leer tu libro. Gracias por este pedacito de historia que nos regalaste a todos los descendientes y familiares, sobrevivientes y desplazados del Holocausto; me sentí en la piel de mi abuelo en cada capítulo del libro y si bien su destino y recorrido fueron diferentes para llegar a Argentina su corazón y sentimiento por todo lo perdido y la ansiedad por la falta de un horizonte de vida debieron ser similares”. Después tengo otro mensaje divino este un médico de acá de Buenos Aires que me escribe por mail. Me pone: “tu libro lo definiría como un libro de amor intenso, amor a tu familia, esa necesidad de conocer la historia de tus ancestros que padecieron las persecuciones y genocidios nazis. La redacción es excelente, tan interesante que finalicé la lectura en dos días. Me parece un acierto redactarlo en primera persona como la voz de tu abuelo que no pudo expresarlo en vida, impresionante la recopilación de documentos y fotografía que has realizado”. Yo quería eso, la devolución de la gente porque me interesa conectarme y que la gente me cuente y me diga qué le pareció el libro porque para mí es algo personal. Me escriben cosas que realmente me hacen muy feliz.
"Me encanta que me lleguen mails y mensajes de la gente, eso me resulta muy movilizante; cada vez que leo algo me emociona mucho realmente"
–¿Qué mirada política tienes tú respecto de esa etapa de barbarie? ¿Te cambió la visión actual en relación con la que tenías antes de hacer el libro?
– Sí, por supuesto, hay cosas que aprendí, cosas que yo que yo no sabía. Para mí, esto es un descubrimiento muy grande, entonces hay muchas cosas que cambiaron mi percepción. Por ejemplo, te puedo comentar alguna de mis inquietudes. Me preguntaba por qué el resto de la familia de mi abuelo no se fue de Polonia. Con la investigación me di cuenta de que no se fueron de Polonia porque no había adónde ir, no los recibían, no les daban la visa, no podían salir. Mi abuelo tuvo que comprar un boleto ida y vuelta a París para poder salir, pero por supuesto no volvió. Entendí que él estaba solo, era soltero, era joven, tenía los hermanos ya casados con familia. Estaban acostumbrados a vivir allí, pero además no los recibían en otros lugares. Hay muchas cosas que yo entendí investigando.
–¿Por qué piensas que tu zeide no hizo aliá?
–No te das una idea de la cantidad de cartas que hay entre los documentos de organizaciones sionistas donde él participaba y que le llegaron a su propia casa, con lo cual quiere decir que para él era muy importante su compromiso con el sionismo. Creo que acá finalmente él pudo armar su vida, era un momento también en que la Argentina estaba muy bien, por lo cual él pudo rearmar su vida, formar un hogar, darle educación judía a sus hijos. No tengo a mi abuelo para preguntárselo, pero creo que ése fue el motivo por el cual finalmente se quedó acá, pero siguió contribuyendo con las organizaciones sionistas incluso estando acá en Argentina. El otro día una chica me escribió al Instagram y me dice: “por favor, decime que tu abuelo alguna vez fue a Israel”; no había terminado de leer el libro, pero al menos quería saber eso.

* “El dolor de estar vivo” fue publicado por la editorial El Ateneo y está disponible en todas las librerías de Argentina y también on line o e-book. Desde el exterior en kobo.com o casadellibro.com
Instagram @adrianalerman
Mail: adrianalerman22@gmail.com
Comentarios 0