Ben-Sasson fue el decimotercer presidente de la Universidad Hebrea, cargo que ocupó durante ocho años. También fue miembro de la Knesset, donde se desempeñó como presidente del Comité de Constitución, Ley y Justicia y dirigió el Comité para la Educación Superior.
En diálogo exclusivo con Ynet Español, el profesor Ben Sasson cuenta sobre su experiencia en Argentina, resalta los logros de la Universidad Hebrea de Jerusalem y da su visión respecto de la educación en Israel y sobre el largo y complejo conflicto en Medio Oriente. “Para que los árabes y los judíos se entiendan mutuamente, es necesario cambiar la imagen que tienen unos de otros en el ámbito educativo”, expresa.
¿Cómo fue su visita en Buenos Aires?
Me reuní con los ‘Amigos de la Universidad de Jerusalem’. Hace mucho que llevamos a cabo un trabajo en conjunto. Dialogué con ellos sobre las actividades que planeamos hacer con la universidad, sobre los programas que queremos realizar junto con las instituciones académicas de Argentina y escuelas secundarias como ORT para permitirles a los alumnos estudiar con nosotros.
También les comenté acerca de los trabajos que se están llevando a cabo en Israel, como en el ámbito de la alta tecnología, la agricultura, el desarrollo de medicinas y demás. Nuestros amigos en Argentina nos dieron su opinión al respecto y agregaron nuevas ideas.
¿Despertó el interés de los argentinos?
Sí, hubo un gran interés. Hay una muy buena conexión con la universidad, y esto es algo que noto en las nuevas generaciones.
Como canciller de la Universidad Hebrea de Jerusalem, usted viaja a distintos países para trabajar en conjunto con otras instituciones académicas y dar conferencias, ¿se encontró con algún tipo de hostilidad en los viajes que hizo?
Si bien nunca me han dicho nada, sé que existen todo tipo de ideas muy críticas contra Israel, como las que expresa el BDS, por ejemplo. También hay gente que se refiere al Tanaj con escepticismo. Lo que yo puedo responder es que los especialistas de nuestra universidad pueden demostrar que existieron los reinos de David y de Salomón, y explicar nuestra presencia milenaria en la región.
¿Por qué Israel es el único país cuya mera existencia genera polémica?
Nos encontramos en una región que es enteramente árabe. Y nosotros llegamos desde distintas partes del mundo, por lo que para muchos eso significa que no tenemos nada en común entre nosotros. Ahora bien, en el mundo árabe hay muchas divisiones; por ejemplo están aquellos que apoyan al régimen iraní y otros que se oponen al mismo. Sin embargo, hay varios países en la región que tienen un objetivo común: borrar a Israel del mapa. Y el hecho de que nosotros seamos un país nuevo, un Estado que creció gracias a los sueños, a las ideas y a la voluntad de regresar a nuestra Tierra; es algo que no se suele ver en el mundo. Aquí vinieron personas de distintas partes del planeta, de distintas culturas, e intentaron hacer algo que tuvo mucho éxito. Es un país muy desarrollado económicamente. Y por lo tanto, eso lleva a que mucha gente sienta que tomamos algo de otros, por lo que para ellos no tenemos derecho a estar ahí.
Además de desconocer la existencia del Estado, también niegan la conexión de los judíos con Israel, ¿piensa que esto se debe a la ignorancia o al odio?
Hay quienes afirman que había judíos, pero no un país; o bien había filisteos, y por eso este territorio es Palestina, entre otras interpretaciones que hacen. El objetivo es borrar el pasado. Para lidiar con el presente, hay que entender el pasado, y nosotros explicamos que los judíos siempre rezaron y lucharon para volver a la Tierra de Israel.
También están aquellos que niegan la Shoá, y eso es peor. Es irrelevante para los negacionistas que todo esté bien documentado, ellos siempre realizarán una interpretación alternativa.
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“Para que los árabes y los judíos se entiendan mutuamente, es necesario cambiar la imagen que tienen unos de otros en el ámbito educativo”
('Amigos de la Universidad Hebrea de Jeruslaem')
¿Cómo era la vida judía en el mundo islámico y cómo es hoy?
La vida de los judíos bajo gobiernos islámicos era segura. En pocas ocasiones los obligaban a convertirse al islam. Maimónides escribió que no hubo un pueblo tan duro para con Israel como el de los pertenecientes al ismaelismo (una rama del islam chíta), ya que obligaban a los judíos a convertirse al islam. Sin embargo, en general, solía haber buena convivencia. La mejor demostración de ello es que había judíos que escribían en árabe. De hecho, los libros más importantes, como de filosofía, Halajá (ley judía) y medicina, fueron escritos en ese idioma. No obstante, afirmar que la hostilidad contra los judíos comenzó con la existencia del Estado de Israel no es correcto. De hecho, existía una relación tensa entre Maoma y los judíos, y hubo también persecuciones bajo distintos califatos islámicos en Marruecos, España, Egipto y Persia, entre otros. Es cierto que la creación del Estado de Israel incrementó las hostilidades, pero no fue lo que inició el asunto.
¿Y cómo era la relación entre los judíos y los árabes en la Tierra de Israel en el siglo XIX?
No había mucha población judía en ese entonces. Y cuando empezaron a llegar más judíos a la zona, comenzaron los problemas. En el año 1929 hubo graves actos de violencia contra los judíos de Hebrón que derivaron en más ataques. Hay investigadores en nuestra universidad que afirman que esa fue la peor época para los judíos, y no en 1948, cuando se creó el Estado.
¿Cómo piensa que se puede poner fin al conflicto árabe-israelí?
Cuando nosotros rezamos, damos tres pasos para atrás. Esto lo hacemos para renunciar a algo nuestro con el fin de darle espacio a otro, y el otro hace lo mismo para darte lugar a ti. Y en ese espacio que quedó en el medio, se pueden meter muchas cosas, se puede dar lugar al entendimiento. Si nosotros no estamos dispuestos a ceder algo, nos encontraremos con el mismo comportamiento del otro lado. Pero si ambas partes dejan un espacio, se puede convivir en paz.
¿Está en contacto con universidades del mundo islámico?
Tenemos relación con universidades en Judea y Samaria. En el pasado teníamos una contacto más estrecho, pero hoy por asuntos políticos no se les permite mantener una relación tan cercana con nosotros. De hecho, nuestros compañeros palestinos prefieren que no revelemos los detalles de nuestro trabajo conjunto, pero sí realizamos actividades juntos en diferentes ámbitos. También tenemos contactos con algunas universidades de Egipto y Jordania.
¿Cuánto influye la educación en el conflicto?
La educación tiene una gran influencia en todos los aspectos. Para entendernos mutuamente, es necesario poner énfasis en cambiar la imagen que tiene uno del otro en el ámbito educativo.
A pesar del conflicto, ¿Israel y el pueblo judío se encuentran en el mejor momento de la historia, teniendo en cuenta las relaciones de Israel con algunos países árabes?
Pienso que estamos en un momento equilibrado. Nadie amenaza nuestra existencia, somos muy fuertes. Además atravesamos una buena situación económica. Sin embargo, creo que podemos aspirar a tener más éxito en el ámbito educativo. Espero que podamos mejorar en este aspecto después de las elecciones.
Usted es un hombre de la academia, pero también estuvo involucrado en la política israelí, ¿desde qué lugar cree que se puede influir más?
Yo sé hacerlo mejor desde la academia. Pienso que desde la política se puede influir en el corto plazo. Puedes aprobar leyes, pero debes explicarle a la gente por qué existen. La educación, sin embargo, influye en el largo plazo, ya que cambia a las personas.
¿Cuál es el principal objetivo de la Universidad Hebrea de Jerusalem?
Nosotros logramos brinadarle al planeta un montón de cosas fundamentales para el desarrollo de la humanidad. Nuestro objetivo en la universidad es que el mundo se entienda y se corrija a sí mismo.
