Bariloche
La familia Klein: "Tuvimos el privilegio de enviar un paquete de Pésaj a una familia judía que vive en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia".
Desde hace seis meses, los emisarios de Jabad en Bariloche, Boaz y Fredy Klein, esperan junto a sus dos hijas poder viajar a Argentina. “Cuando nos vacunaron, el cielo estaba cerrado, ya que allí había empezado una nueva ola de coronavirus y el país se encaminaba a otro otro cierre. Después de nueve meses en los que la Casa de Jabad en Ushuaia estuviera cerrada, fue reabierta a fines de enero por una pareja judía que había llegado desde Jabad en Buenos Aires", comentó Boaz.
La administración de la Casa de Jabad en la ciudad turística está siendo administrada por el rabino Klein desde su casa en Israel.
“Allí, la enfermedad está alcanzando su punto máximo, y las vacunas se están administrando a unas pocas miles de personas. Por eso, este año también se celebró la noche del Séder de Pésaj solo con el núcleo familiar, y no se realizó el evento principal en el que solían participar más de mil personas en años anteriores. Tuvimos el privilegio de llegar incluso a una familia judía que vive en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia", agregó.
La familia celebró la noche del Séder anterior sola por primera vez en 12 años. "Fue emocionante, íntimo y especial", dijo el rabino. “Si bien pensamos en lo que nos perdimos, ya que no pudimos ser anfitriones, el interés de la gente por la festividad, especialmente en las zonas más remotas y aisladas, fue mayor. Los judíos que comen cerdo y están casados con personas no judías estuvieron dispuestos a violar el cierre y hacer todo lo posible para conseguir matzá", añadió.
Debido al cierre y a la prohibición de salir de las casas, la pareja Klein se quedó con un centenar de paquetes que debían entregar a las familias judías antes de la festividad. Una doctora judía local se ofreció como voluntaria para usar su certificado como trabajadora de emergencia y entregó decenas de paquetes ella misma.
“Estábamos seguros de que no los volveríamos a ver”
El rabino Klein se refirió a las dificultades que se le presentaron. "En la Casa de Jabad, la única sinagoga de Bariloche está abierta, pero la mayor parte del tiempo estuvo cerrada", señaló. "Por lo general, nos organizamos y hacemos las compras para la noche del Séder meses antes de la festividad utilizando donaciones que llegan desde diversos país, pero de pronto todo se detuvo y se derrumbó. Entramos en un enorme pozo de deudas. La mayoría de las donaciones solían llegar desde los Estados Unidos e Israel, pero sólo seguíamos recibiendo las de Israel”, añadió.
El coronvarius convocó a la pequeña comunidad compuesta por unos 200 judíos y otro centenar en las localidades circundantes. "Hasta donde sabemos, ninguno de los miembros de la comunidad murió por COVID-19, pero una pareja de judíos ancianos se enfermó y fue trasladada en avión, por iniciativa de otros miembros de la comunidad, a una excelente clínica de Córdoba. Toda la colectividad los acompañó al aeropuerto y se despidieron con lágrimas. Estábamos seguros de que no los volveríamos a ver”, relató.
Sin embargo, todo terminó bien. “Finalmente, contra todo pronóstico, se recuperaron sin muchos efectos secundarios y volvieron a casa. Estos son momentos que conectan a las personas, y yo agradezco no haber tenido que enterrar a nadie", manifestó Klein.
“Huimos a último momento de los cinco meses de cierre”
Durante la mayor parte del año 2020, Argentina estuvo sometida a una cuarentena que interrumpió todos los sistemas. "No hay vacunas, ni jalás, ni subvenciones ni incentivos. Por suerte, nos rescataron de allí en el último minuto. Escapamos del terror de cinco meses consecutivos de cierre. La sensación fue que veníamos a Israel, besábamos la tierra y esperábamos que la redención llegara pronto. Han pasado muchas cosas desde entonces. Este año nos mostró que todos somos un solo pueblo, un solo cuerpo y un solo corazón", señaló.
Salta
La familia Tawil: "Esta dura etapa aumentó la necesidad de contacto humano y esto creó conflictos"
Rafi Twill (40) es un enviado de Jabad y rabino de la comunidad judía de Salta, ubicada en el noreste de Argentina, en el límite de la Cordillera de los Andes. La zona es muy popular entre los excursionistas israelíes. El rabino lleva a cabo su misión con su esposa Chaya (37) y sus cinco hijos.
"En el año anterior al coronavirus, celebramos una noche de Séder en la Casa de Jabad con la participación de unas 120 personas y en cuatro idiomas al mismo tiempo: español, hebreo, inglés y francés", recordó el rabino. La mayoría de los participantes eran de la comunidad judía local y algunos eran de Israel. “En comparación con ese evento, el año pasado tuvimos que celebrar por primera vez en nuestras vidas solo con el núcleo familiar, con nuestros cinco queridos hijos, debido al cierre", indicó.
En 2021 la situación mejoró, pero levemente. "Este año también celebramos en un formato comunitario limitado, con unas 30 personas y sin visitantes de Israel. Incluso nuestros familiares que querían pasar Pésaj con nosotros no pudieron hacerlo porque Argentina no permite el ingreso de extranjeros. Celebramos la noche del Séder en un gran salón, lo que permitió mantener la distancia, con mesas separadas para cada familia. Muchos todavía tienen miedo de reunirse, por lo que proporcionamos a los miembros de la comunidad vino, matzá y, por supuesto, harina de matzá para los kneidlej", contó Tawil.
Del cierre absoluto al caos generalizado
"El 19 de marzo de 2020, el gobierno anunció un cierre general en la mayor parte del país", indicó el rabino Tawil. "Inicialmente, el cierre sólo se anunció hasta fin de mes, pero el gobierno lo extendió una y otra vez. Sin embargo, el número relativo de muertos estaba entre los más altos del mundo. El 6 de noviembre se decidió poner fin al cierre. La gente estaba muy feliz cuando fue posible por primera vez moverse entre ciudades”, añadió.
“Pero después del largo cierre, que incluyó a la mayoría de los negocios y a todos los lugares de entretenimiento, se abrió todo de una vez y se produjo un verdadero caos. A esto hay que agregar otro hecho: el 25 de noviembre el Estado lamentó la muerte de Diego Maradona, un asunto que hizo que la gente respetara aún menos las directivas sanitarias”, señaló.
El coronavirus ha golpeado con fuerza no solo en Argentina, sino en todo Sudamérica. En Brasil, la pandemia ha establecido récords mundiales y la "cepa brasileña" del virus también amenaza a los países vecinos y podría conducir al colapso de los sistemas de salud pública.
"Construimos una sucá plegable y la trasladamos de casa en casa"
A lo largo del año pasado ha sido difícil celebrar las festividades judías, y durante la mayor parte de este período la sinagoga estuvo cerrada por orden de las autoridades. El rabino Tawil sostuvo: “Nos preparamos con anticipación para las fiestas de Tishrei y, con la ayuda de los jóvenes de Jabad en Argentina, le llevamos a cada familia judía de la ciudad un kit que incluía degustaciones de la mesa festiva, mahzorim (libros de litúrgica judía) y una revista. Luego construimos una sucá (morada temporal construida para la festividad de Sucot) plegable y la trasladamos de casa en casa, lo que provocó una gran alegría y un sentido de comunidad, a pesar de las dificultades".
"En preparación para Janucá, dialogamos acerca de cómo celebrar la festividad y dónde colocar la enorme janukia (candelabro de nueve brazos). Para nuestra sorpresa, la Municipalidad nos asignó un hermoso y espacioso complejo para que pudiéramos mantener la tradición y realizar un evento en un área abierta y de forma segura", explicó.
El rabino Tawil y su esposa recibieron un permiso especial de las autoridades para tomar un baño en la única mikve (baños de purificación), que se encuentra a cuatro horas en auto desde Salta, con el argumento de que se trataba de una "ceremonia de purificación religiosa". “En uno de los retenes, un policía preguntó si los pasajeros del auto eran jasídicos. Luego de responder afirmativamente, preguntó si eran jasídicos de Satmar, y le dijeron que no. Inmediatamente después señaló que supo de la necesidad de sumergirse en la mikve después de ver la serie ‘Poco Ortodoxa’ en Netflix”, recordó el rabino.
En cuanto a las sinagogas, el rabino manifestó que "cada provincia de Argentina tenía reglas diferentes. En Salta, debido a la importancia de la industria turística, los cierres fueron algo más breves en comparación con Buenos Aires. Nuestra primera cuarentena comenzó como en Israel, después de Purim, y terminó en julio. Se tomó una decisión sobre otro cierre de dos meses que finalizó el 31 de octubre. Los miembros de la comunidad, junto con el Comité Especial de Emergencia de la ciudad, establecieron reglas especiales para que se nos permitiera reunirnos de manera segura".
La rabina Chaya Tawil dijo que se necesitan reglas especiales en el país "por el calor humano argentino. La gente de aquí está acostumbrada a saludar con un beso, y era muy difícil cambiar los hábitos. Esta dura etapa sólo aumentó la necesidad de un contacto humano real, y esto creó un conflicto. Adopté una especie de reverencia, acompañada de un abrazo imaginario. La mayoría de las veces es efectivo. Pero cuando llegó una mujer cuyo esposo había muerto, el entierro se hizo apresuradamente y la dificultad fue mayor".
El rabino Tawil agregó: "Precisamente por esto, nos hemos esforzado mucho en tener conversaciones más personales con miembros de la comunidad a través del teléfono móvil y organizábamos clases y juegos a través de Zoom".
"Aquí sólo se administran vacunas al personal médico y a un número relativamente pequeño de personas mayores. No está disponible para el público en general. Yo, en cualquier caso, no me vacunaré porque me infecté hace dos meses", indicó el rabino.
- ¿Quién más contrajo la enfermedad en la familia?
- No estaban dispuestos a hacerse la prueba, porque para ellos toda la familia se había infectado. Lo alentador de esto es que nos recuperamos, por lo que ahora podemos conocer a algunas personas de la comunidad, que anhelan una visita humana, por supuesto mientras respetan las directivas sanitarias, como el uso de máscaras y el mantenimiento de la distancia social.
"Este año rezamos para visitar a la familia en Israel, pero también para que todos podamos vacunarnos allí", dijo.