En el último viernes del Ramadán, la festividad religiosa del islam que consiste en ayunar durante un mes, la policía israelí y ciudadanos palestinos se enfrentaron en el Monte del Tempo, Jerusalem. Algunos musulmanes flamearon banderas del grupo terrorista Hamás, lo que generó la reacción de las fuerzas de seguridad: se registraron al menos 200 heridos.
Tras varios días de disturbios entre los uniformados y los palestinos, principalmente en la Ciudad Vieja de la capital israelí, miles de religiosos se congregaron este viernes a los alrededores del Monte del Templo. Si bien la semana pasada también se había llevado a cabo una importante concentración en el lugar y no se produjeron mayores contratiempos, esta vez sí se desataron diversos cruces.
Algunos fieles entonaron cánticos de apoyo a Hamás, pidiendo que se llevaran a cabo ataques contra Israel, y flamearon banderas del grupo terrorista. “Todos somos Hamás, esperamos tus órdenes comandante Mohammed Deif", exclamaron algunos presentes, en referencia al jefe del brazo armado del movimiento terrorista.
El portavoz de la policía israelí, Wassem Badr, confirmó "disturbios violentos" en una declaración a la AFP. Según la fuerza de seguridad que vigila el Monte del Templo, "centenares de personas lanzaron piedras, botellas y otros objetos contra agentes, que respondieron".
La Media Luna Roja, movimiento humanitario mundial, informó que 88 de los 200 heridos fueron hospitalizados, muchos de ellos con heridas en los ojos y la cara causadas por balas recubiertas de goma y metralla de granadas paralizantes. La fuerza de seguridad, por su parte, comunicó que al menos seis policías resultaron lastimados.
Al comienzo del Ramadán, a mediados de abril, Israel bloqueó un lugar de reunión popular donde los palestinos tradicionalmente socializan al final de su ayuno. La medida desencadenó en dos semanas de enfrentamientos antes de que las autoridades locales levantara las restricciones.
Sin embargo, en los últimos días aumentó la tensión por las amenaza de desalojo del Estado judío contra familias palestinas en Sheikh Jarrah, al este Jerusalem. Se trata de una compleja disputa legal con los colonos israelíes, que intentan adquirir propiedades en el vecindario.
Estados Unidos se pronunció al respecto y aseguró que estaba "profundamente preocupado" tanto por la violencia como por las amenazas de desalojo, y que estaba en contacto con líderes de ambos lados para intentar reducir las tensiones. "Es fundamental evitar medidas que exacerben las tensiones o nos alejen más de la paz", dijo el Departamento de Estado norteamericano en un comunicado. Y añadió: "Esto incluye desalojos en Jerusalem Este, actividad de asentamientos, demoliciones de viviendas y actos de terrorismo".