Cientos de israelíes protestaron el miércoles una vez más frente a la casa del primer ministro en Jerusalem leyendo la oración de Tisha BeAv, un día de ayuno anual en el que ocurrieron una serie de desastres en la historia judía, incluida la destrucción de los templos bíblicos.
Los israelíes se han manifestado frente a la residencia oficial del primer ministro Benjamín Netanyahu durante semanas, pidiendo al líder que renuncie por el manejo del brote de coronavirus y el juicio por corrupción en curso.
La protesta fue organizada por "Darkenu", el mayor movimiento no partidista de la sociedad civil de Israel. El CEO del grupo, Yair Fink, aseguró que la protesta simboliza cómo Israel está siendo destruido ahora al igual que los dos templos.
"Vinimos aquí esta noche para asegurarnos de que nuestra amada casa no sea destruida nuevamente", explicó. "Nuestro hogar anterior fue destruido debido a la corrupción, el extremismo y la violencia y nosotros, la mayoría moderada, debemos levantarnos, salir a la calle y defender nuestro hogar".
Entre los manifestantes estaba el nieto del ex primer ministro Levi Eshkol, quien se desempeñó como líder de Israel de 1963 a 1969. "Netanyahu ha olvidado lo que es ser israelí", sostuvo.
El retirado general Amir Haskel, que ha sido líder del movimiento de protesta contra Netanyahu, habló en la manifestación y pronunció a la multitud que las diferencias en la sociedad israelí es "profunda y difícil".
"Se están minando los cimientos del tercer templo", comentó. "No es un día para calcular, es un día para despertar, es un día para la observación de uno mismo, para la búsqueda del alma. Depende de nosotros cambiar nuestra realidad. No será fácil y rápido, pero necesita comenzar aquí y ahora".
Una manifestación más pequeña pero similar se llevó a cabo en la Plaza Rabin en Tel Aviv, donde el martes un grupo de manifestantes anti-Netanyahu fueron atacados violentamente.
Shai Sekler, uno de los que fueron agredidos, contó que la policía "nos abandonó y desapareció" mientras ocurría el ataque.
"Un grupo de diez personas vestidas de negro comenzó a atacar a los manifestantes con cuchillos, porras y botellas de vidrio", declaró a Ynet. "Corrí para ayudar a los heridos y luego me atacaron con un objeto afilado. En el área cerca de la calle Kaplan, me encontré con policías encubiertos mientras sangraba, pedí ayuda pero me ignoraron".