La tasa de natalidad en Israel es la mas alta entre los países de la OCDE

La tasa de natalidad en Israel es una de las más altas del mundo

La tasa de natalidad en Israel es, por gran diferencia, la más alta entre los países de la OCDE. ¿Cuáles son los motivos? ¿Podría provocar algún tipo de peligro real? ¿Tiene derecho el Estado de interferir en estas decisiones?

Ynet |
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Israel es el único país desarrollado donde la tasa de natalidad está en aumento. La cifra actualmente es de 3.1 hijos por mujer, siendo un número mayor incluso que el de los países tercermundistas. “La alta tasa de natalidad en Israel se puede explicar de dos maneras: una pública y otra cultural”, explicó el profesor Alon Tal, del Departamento de Política Pública de la Universidad de Tel Aviv. Hasta la década de 1970, la tasa de natalidad entre los ultraortodoxos era similar a la del sector secular: 2,6 niños. Las reformas que introdujo Menajem Beguin, entregando subsidios a familias numerosas, llevaron a un aumento en la fertilidad, y esto también trajo consigo un cambio cultural. Posteriormente, con Binyamin Netanyahu como ministro de Finanzas, se produjo un recorte en los subsidios, lo que conllevó a cierto descenso en esta cifra. Este sería un importante indicador que demostraría que ambas cosas están directamente interrelacionadas. Tal sostuvo que el trauma posterior al Holocausto, también fue un punto que empujó a los ciudadanos del “joven Israel” a tratar de “llenar las filas”. Al mismo tiempo, en ese entonces había un fuerte mensaje cultural de que “los niños son alegría”. Por otra parte, el profesor hizo hincapié en que "el aspecto familiar también es muy poderoso en Israel: las comidas de los viernes, el contacto intergeneracional entre abuelos y nietos, y otros elementos relacionados con el genoma judío, también se expresan en las altas tasas de natalidad".
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La tasa de natalidad en Israel es la mas alta entre los países de la OCDE
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(Ynet)
-¿La situación de seguridad afecta la tasa de natalidad? Según Tal, en ciertos contextos la situación de seguridad influye en la tasa de natalidad. Por ejemplo, en aquellas familias que se han enfrentado a las consecuencias adversas de convivir con esta realidad. Existe en ellas la sensación de que se necesita un “seguro”. Dicho de otra forma, tener más hijos les brindaría mayor tranquilidad dadas esas circunstancias. En un escenario similar se observa la lucha demográfica de “judíos contra árabes”. El profesor remarcó que en el pasado esta disputa existió, pero las altas tasas de natalidad del sector judío fueron muy superiores, y dejó de ser un aspecto relevante. Muy apretados Alon Tal encabeza la organización "Tzafuf" (apretado), cuyo objetivo es ampliar la investigación y el debate público sobre las implicancias de la tasa excepcional de crecimiento de la población en el futuro del Estado de Israel: “La sensación del nombre de la organización se percibe casi todos los días, en todas partes, en los embotellamientos, en los centros comerciales, parques, escuelas y en todos los lugares a los que vamos, aquí hay mucha gente”. "Ha llegado el momento de pensar en el futuro, el futuro de nuestros niños, en cuántas personas puede albergar la tierra, somos 9 millones y nos sentimos abarrotados (…) Si llegamos a 20 millones de personas en 30 años, ¿cómo vivirán aquí?”, expresó el profesor. -¿Qué derecho tiene el Estado para intervenir en las “habitaciones” de sus ciudadanos? Según Tal, la intervención del Estado en estos aspectos ya está sucediendo al otorgar subsidios por nacimientos: “Estamos en contra de la intromisión como en China, pero el Estado necesita ver el futuro y dejar de subsidiar algo que causará problemas muy serios”. Es que el país va camino a duplicar la población cada 30 años, sin ningún plan para desarrollar infraestructuras que puedan soportarlo. La economía define a la familia Maor Cohen, doctor en Geografía, Sociedad y Medio Ambiente, y experto en el tema, también está de acuerdo en que Israel es un caso único de un Estado que registra un aumento de la fertilidad, y más en la población judía. Para él, las razones del aumento son variadas, e incluyen, entre otras cosas, la cuestión religiosa, que conduce a tasas de fertilidad particularmente altas entre poblaciones ortodoxas. Además, Cohen agregó que en la población que se define como “tradicional” también hay una alta tasa de natalidad, y no siempre con una conexión directa con la religión, dado que “ha sido la costumbre durante generaciones”. El experto indicó que otro aspecto es el tema cultural: en Israel, el estatus y el papel de la familia ocupa un lugar importante en la vida cotidiana, que es menos evidente en otros países desarrollados. Por ejemplo, en la sociedad estadounidense, un joven deja su hogar para ir a la Universidad y puede pasar varios meses sin ver a sus padres. - Dado todo lo que se sabe sobre el hacinamiento y la infraestructura inadecuada, ¿es hora de que el país reemplace las políticas existentes? Según Cohen, el papel del Estado es satisfacer las necesidades de su población, y no controlar la tasa de natalidad: “Es evidente que en todos los países donde la administración intervino y trató de controlarla, fue un fracaso, como mostró el modelo chino”. Para él, el cambio más grande en las tasas de fertilidad viene con el cambio en el estatus de las mujeres. - Los datos muestran que los pobres están dando a luz a más niños a diferencia de los ricos: ¿Se tienen en cuenta estas consideraciones cuando las personas piensan en agrandar la familia? El doctor señaló que esto se puede explicar, por un lado, debido a que hay mujeres que se quedan en el hogar y no adquieren una educación o carrera, por lo que están más involucradas en la crianza de sus niños y, en consecuencia, tienen más hijos, allí está su realización. Por otra parte, esto también se puede atribuir a que un importante número de niños representa una carga monetaria grande en las familias con un nivel económico más bajo, por lo que su posibilidad de hacerse ricos es limitada. Según Cohen, una familia es una “unidad económica, con ingresos y gastos”, y suelen seguir un camino regular que implica la compra de una propiedad para vivir y un vehículo, lo que genera un gasto mensual fijo y alto. “Como unidad económica la familia debe administrar un presupuesto en el que crea un saldo para no caer en el déficit”. Mientras la familia tenga uno o dos hijos, puede mantener un equilibrio e incluso ahorrar. Un segundo, tercer y cuarto hijo requieren un aumento en los ingresos, porque pagamos más por los alimentos, la electricidad, las clases, los viajes, etc. Debido a la falta de conciencia o capacidad para administrar este tipo de presupuesto, y debido a la tendencia a arriesgarse y tener más hijos, muchas familias están colapsando económicamente y la tasa de pobreza en Israel es una de las más altas entre los países de la OCDE. De ahí surge el vínculo entre el nacimiento y la pobreza. En otras palabras, no se puede decir necesariamente que los pobres tengan más hijos, pero quienes tienen más quedan potencialmente condicionados en su economía.
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Niños estudiando en una escuela de la ciudad de Nazareth
Niños estudiando en una escuela de la ciudad de Nazareth
Niños estudiando en una escuela de la ciudad de Nazareth
(AFP)
- ¿Cree que los mensajes sobre la importancia en reducir la tasa de natalidad serán escuchados, o luego de cientos de años en los que la cultura y la religión fueron predominantes, serán aspectos más fuertes que cualquier lógica académica? Según Cohen, el descenso de la tasa de natalidad depende de la educación, el estatus de la mujer y su capacidad para construir una carrera, de la occidentalización a expensas de la tradición, la secularización y una disminución en la percepción de la “amenaza demográfica”. Por ejemplo, esto se observa en la población árabe en Israel, que a medida que se “occidentaliza”, la tasa de natalidad está disminuyendo: “Quien desee una gran familia, no leerá un artículo académico que explique que no es bueno para el medio ambiente, la sociedad o la economía, pero quien esté ocupado adquiriendo educación o haciendo una carrera, naturalmente estará menos preocupado por traer niños al mundo”. Israel por encima de los demás El Dr. Eliyahu Ben-Moshe, demógrafo de la Universidad Hebrea de Jerusalem, explicó que "Israel es un país excepcional en el campo de la fertilidad, si en el mundo apenas se alcanza el número de dos nacimientos por mujer, en Israel hay 3.1 niños por mujer en este momento”. Además, señaló que “lo que es interesante es que la población árabe ha experimentado un descenso constante en los últimos 15 años, mientras que la población judía sigue manteniendo el vínculo entre la religión y la natalidad”. Ben-Moshe sostuvo que "la natalidad es alta porque hay grupos de población con mucha fertilidad, cuya proporción de población aumenta constantemente” como es el caso de las ultraortodoxas, que tienen un promedio de 6.8 hijos por mujer. Por otra parte, en las religiosas la cifra es de 4.2, las tradicionalistas 3.1 y las seculares 2.1. Estos números también demuestran que, en un futuro, la cantidad de ortodoxos aumentará en relación a la población secular. Durante la década de 1950, la tasa de natalidad en Israel era más alta aún, con 3.6 hijos por mujer. Desde entonces, se produjo un descenso que alcanzó un mínimo de 2.6 en la década del 1990. La tendencia se revirtió nuevamente a principios del 2000, y desde entonces ha ido en aumento. Según las predicciones de Ben Moshe, si en el 2019 la población israelí es de 9 millones de personas, en el 2030 será de 11 millones y diez años después llegará a ser de 13 millones.
First published: 11:41, 23.07.19
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