Esta medianoche vence el plazo para que el gobierno israelí presente un proyecto de ley para aprobar el presupuesto estatal y la coalición se mantenga de pie. Por eso, después de meses de desacuerdos, el destino es inminente: la Knesset se disolverá e Israel celebrará elecciones en marzo de 2021.
A horas de la oficialización, el primer ministro Benjamín Netanyahu realizó una declaración pública en la que lamentó la llegada a esta instancia y acusó a Benny Gantz, viceprimer ministro y hasta hoy su socio de la coalición, de entorpecer todo intento de llegar a un acuerdo y así evitar una convocatoria a las urnas, la cuarta en menos de dos años.
“El Likud y yo no queríamos elecciones, votamos una y otra vez para evitar que haya elecciones, inclusive ayer a la noche”, afirmó Netanyahu en relación al último intento de postergar por ley la fecha límite del 23 de diciembre, un proyecto que fue rechazado por una apretada mayoría de 49 votos contra 47.
Según el mandatario, “Gantz se retiró del acuerdo con nosotros debido a una lucha interna de su partido” e instó al partido Kajol Labán a evitar entorpecimientos en la lucha contra el coronavirus durante la transición electoral. “Hay un fuerte aumento de la morbilidad y espero que tomen las decisiones correctas para la salud de los ciudadanos de Israel, a pesar de las elecciones”, dijo.
“Tuvimos muchos problemas pero solamente nosotros sabemos cómo tratarlos. Promovimos muchos programas de asistencias y pronto habrá más, espero que Kajol Labán no los frene por razones políticas”, agregó el primer ministro.
Horas antes Benny Gantz acusó a Netanyahu y a Israel Katz, ministro de Finanzas, de “actuar de manera criminal al no acordar un presupuesto estatal durante seis meses, en violación flagrante de un acuerdo, y todo por estrictas razones personales y legales”.
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La coalición de gobierno liderada por Gantz y Netanyahu, a punto de caer.
(Elad Malka)
Según la visión de Gantz y su partido Kajol Labán, desde que asumió el gobierno de unidad en marzo de este año el Likud incumplió el pacto de impulsar un presupuesto estatal bienal para 2020 y 2021 y dilató todo acuerdo para empujar a esta convocatoria a elecciones, y así demorar el avance de los tres procesos judiciales por corrupción que pesan sobre el primer ministro Netanyahu.
Según el acuerdo de coalición firmado a principios de año, en caso de desacuerdos por cuestiones presupuestarias el gobierno se disolverá automáticamente y se convocará a elecciones sin aplicar la rotación en el cargo de primer ministro con Gantz, que estaba prevista para mediados de 2020.
Así, luego de reiterados desacuerdos y sucesivos intentos de extender los plazos, esta medianoche se cruzará el límite establecido: la Knesset se disolverá y el 23 de marzo los israelíes volverán a votar por cuarta vez en dos años.
