El gobierno israelí votó el lunes para limitar la vigilancia realizada por los servicios de seguridad para la localización de los teléfonos celulares de portadores de coronavirus. Las autoridades señalaron que, a partir de ahora, sólo se llevará a cabo cuando las investigaciones epidemiológicas resulten insuficientes.
La medida se tomó debido a una disminución en la tasa de nuevos casos de COVID-19 y muertes a causa de la enfermedad. Hasta el momento, 279 personas han fallecido por el virus en el país.
A mediados de marzo, debido al brote de coronavirus en Israel, el gabinete había aprobado implementar una medida de emergencia para permitirle al servicio de seguridad interno, Shin Bet, utilizar tecnología de vigilancia para rastrear pacientes con coronavirus con el fin de evitar la propagación del virus.
Algunas organizaciones se opusieron a la medida y presentaron una petición en la Justicia para detenerla. Según estas agrupaciones, la vigilancia masiva para rastrear a los ciudadanos del país representa una grave violación a los derechos a la privacidad de los individuos.
Durante la reunión del gabinete el lunes, el gobierno modificó la medida, y decidió permitir el rastreo de teléfonos celulares sólo “en casos específicos; en lugares [donde estuvo el portador de coronavirus] y no puede llevarse a cabo una investigación epidemiológica”.
Sin embargo, los ministros aclararon que los límites a la vigilancia del Shin Bet a portadores de COVID-19 podría eliminarse en el futuro si se produce otro brote de coronavirus.
El domingo, el gabinete aprobó un plan presentado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Finanzas, Israel Katz, para inyectar 14 mil millones de shekels (alrededor de 4 mil millones de dólares) adicionales a la economía, lo que eleva el monto del aporte del Estado para mitigar el impacto económico causado por la pandemia a un total de 100 mil millones de shekels (unos 28 mil millones de dólares).
