El 2 de marzo habrá elecciones en Israel y por eso los principales actores del sistema político israelí expresaron sus primeras opiniones sobre el "Acuerdo del Siglo", la propuesta de paz que impulsa Estados Unidos y cuyo contenido fue difundido durante el martes.
Desde Kajol Labán calificaron de "histórico discurso" a las palabras del presidente Trump, quien el lunes se había reunido con Benny Gantz, y reiteraron que la propuesta "está completamente alineada con los principios de política y seguridad del partido".
Sin embargo, desde este sector se atacó la capacidad de Netanyahu para afrontar el desafío. "Es un plan serio y profundo que llevará alrededor de cuatro años. Para implementarlo Israel debe avanzar hacia un gobierno fuerte y estable, encabezado por cualquier persona cuyo tiempo y energía estén dedicados a fortalecer su seguridad y su futuro, y no a la defensa por graves de corrupción", indicaron en referencia a la situación judicial del mandatario.
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Gantz apoyó la propuesta de Trump, pero criticó las aptitudes de Netanyahu para implementarla
(Elad Malcha)
Avigdor Liberman, líder de Yisrael Beiteinu, felicitó a Trump por "adoptar mi plan de intercambio de territorios que publiqué en 2004" y se espera que en principio apoye la propuesta del gobierno, que planea el próximo domingo anunciar la soberanía sobre el valle del Jordán y los asentamientos judíos de Cisjordania.
Naftalí Bennett, ministro de Defensa y al mismo tiempo cabeza de la alianza de derecha Yamina, expresó sobre las posibles anexiones que "la historia llama a nuestra puerta". Sin embargo, fue muy crítico sobre la posible creación de un Estado palestino: "No permitiremos que el gobierno israelí lo reconozca bajo ninguna circunstancia, ni que se ceda una pulgada de tierra a los árabes", aseguró.
En el mismo sentido se expresó Otzmá Yehudit (Fuerza Judía), un partido de extrema derecha, al afirmar que "la euforia y los aplausos de la Casa Blanca ocultan el hecho de que el gobierno israelí adopta un esquema que incluye el establecimiento de un Estado palestino", y que pese a las ventajas de la propuesta ese tipo de acuerdo implica "una renuncia al derecho fundamental del pueblo judío sobre Israel".
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Bennett, actual ministro de Defensa, expresó su desacuerdo por la posible creación de un Estado palestino
(Alex Kolomoisky)
Del otro lado del mapa político, la izquierda atacó el oportunismo electoralista de este anuncio. Amir Peretz, líder de Avodá, afirmó que "un gobierno de transición no tiene legitimidad para este tipo de movimientos políticos" y que "a pesar del respaldo de Estados Unidos, esto debe tratarse solamente después de las elecciones, con la confianza de los ciudadanos israelíes y una Knesset consolidada".
Nitzan Horowitz, presidente de Meretz e integrante de la misma alianza que Peretz, sostuvo que el conflicto solamente puede dirimirse a través de negociaciones directas con los palestinos y que "en vísperas de una elección, como primer ministro de transición y procesado por delitos graves, Netanyahu no tiene legitimidad para anexar territorios de manera unilateral".
Desde la Lista Árabe Conjunta fueron sumamente críticos con la propuesta de Trump. "La aplicación de la soberanía israelí y la anexión de todos los asentamientos son una violación del derecho internacional", denunció el parlamentario Ahmed Tibi. En tanto Ayman Odeh, líder del partido, auguró que "al igual que otras políticas de separación de Estados Unidos, la ocupación terminará y el pueblo palestino vivirá en un Estado independiente, junto al Estado de Israel".
