Aviel Karpov con sus tefilín nuevos.
Aviel Karpov con sus tefilín nuevos.
Oren Assulin
“No sé cómo voy a pagar las deudas sin trabajo, pero tengo que hacer todo por mis hijos, para que tengan comida y un lugar donde vivir”. Karina Karpov con su hijo Aviel.

Una madre sin trabajo y un niño con el sueño de festejar su bar mitzvá

Aviel contó que su sueño era celebrar su bar mitzvá igual que todos sus amigos. Su madre, despedida del trabajo por la crisis del coronavirus, no podía afrontar los gastos. Una publicación en redes sociales de una educadora de la organización “Potchim Atid” ("Abriendo futuros") movilizó a la congregación de una sinagoga y se ocuparon de todo: bebidas, regalos y hasta un tefilín para el joven.

Riki Carmi - Adaptado por Adrián Olstein |
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Hace dos meses, Karina Karpov fue despedida de su trabajo en el sector gastronómico debido a la crisis de coronavirus. Su hijo Aviel, de 13 años, le pidió una sola cosa: subir a leer la Torá. La mujer, madre soltera de tres hijos en la ciudad de Beer Sheva, le prometió que su próximo sueldo iría para eso. Pero las cosas no anduvieron bien en su trabajo.
Shani Yosef, educadora del programa “Potchim Atid” (Abriendo futuros) de la Agencia Judía, decidió asumir la tarea y ayudar al niño a cumplir su sueño. “Acompañé a Aviel y a otros nueve chicos durante un año. En una de esas reuniones, Aviel contó acerca de su sueño y me rompió el corazón. Me dijo: 'Yo quiero ser como todos los demás, y subir a la Torá'. Me di cuenta que no podía permanecer indiferente”, cuenta Yosef.
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“No sé cómo voy a pagar las deudas sin trabajo, pero tengo que hacer todo por mis hijos, para que tengan comida y un lugar donde vivir”. Karina Karpov con su hijo Aviel.
“No sé cómo voy a pagar las deudas sin trabajo, pero tengo que hacer todo por mis hijos, para que tengan comida y un lugar donde vivir”. Karina Karpov con su hijo Aviel.
“No sé cómo voy a pagar las deudas sin trabajo, pero tengo que hacer todo por mis hijos, para que tengan comida y un lugar donde vivir”. Karina Karpov con su hijo Aviel.
(Oren Assulin)
Así fue que decidió publicar la historia en Instagram, y a través de ella logró recaudar el dinero necesario para comprar ropa y zapatos para el niño. El rabino de la sinagoga Minchat Yehuda de Beer Sheba, Kobi Ohana, también se sumó a la ayuda y se comprometió a enseñarle a Aviel la lectura de la Torá y la Haftarah.
“No tengo palabras”
Yosef y Ohana se encargaron juntos de convocar a la gente para completar el minyan y de preparar un tentempié para el evento. Incluso un miembro de la comunidad, Moshe Bitton, compró y entregó al joven unos elegantes tefilín. El último jueves tuvo lugar la celebración, y Aviel, acompañado por su pequeña familia, subió a la Torá y emocionó a los presentes hasta las lágrimas.
El joven del bar mitzvá dijo emocionado: “Mi sueño era ser como todos mis amigos y subir a leer la Torá. Gracias a mucha gente tengo ropa nueva, zapatos y hasta un reloj. Fui a cortarme el pelo para subir a la Torá y no tengo palabras para todo lo que siento. Me encantaría que mi madre consiga un trabajo y sea feliz”.
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Aviel Karpov junto a Shani Yosef.
Aviel Karpov junto a Shani Yosef.
Aviel Karpov junto a Shani Yosef.
(Oren Assulin)
“Es necesario movilizar y ayudar a las buenas personas”
La casa de la familia sufrió hace poco el corte del suministro de gas a causa de la falta de pago. La madre admite que a pesar de la inmensa alegría de poder celebrar el bar mitzvá de su hijo, no sabe cómo afrontar el alquiler. En esto también la organización, con 13 años de trabajo en Israel y que acompaña a 12.000 niños en riesgo y a sus padres, intenta brindar toda la ayuda posible.
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Aviel Karpov y el rabino de la sinagoga Kobi Ohana.
Aviel Karpov y el rabino de la sinagoga Kobi Ohana.
Aviel Karpov y el rabino de la sinagoga Kobi Ohana.
(Oren Assulin)
“Nuestra situación no es para nada sencilla, pero me alegra que al menos Aviel haya podido cumplir su sueño y subir a la Torá. No sé qué va a pasar en el futuro. No sé cómo voy a pagar las deudas sin trabajo, pero tengo que hacer todo por mis hijos, para que tengan comida y un lugar donde vivir. Mi refrigerador estaba vacío hasta que esta buena gente se movilizó en nuestra ayuda. En medio de la crisis del coronavirus no encuentro trabajo para darles a mis hijos todo lo que necesitan”, cuenta Karpov.
Yosef agrega que según ella “el siguiente paso es intentar ayudar a la familia también en la difícil situación financiera que atraviesan, y encontrar un trabajo para Karina que quiere mantener a sus hijos con dignidad. Ver a una mujer valiente a cargo de sus hijos a la que le llegan las cuentas para pagar y ni siquiera tiene comida en el refrigerador, nos tiene que movilizar a todos para prevenir y ayudar en estas situaciones. Todo lo que necesita la madre es trabajo, y sus hijos estabilidad financiera”.
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