El primer ministro Benjamín Netanyahu comenzó a trabajar el miércoles en la formación de un nuevo gobierno, un día después de que el presidente Reuven Rivlin reconoció con renuencia que se trataba del candidato con mejores posibilidades para armar una coalición gobernante.
En los próximos 28 días, el primer ministro intentará mantener la asociación con sus "aliados naturales" que lo recomendaron para el cargo de primer ministro, conseguir el apoyo del líder de Yamina, Naftali Bennet, que no lo respaldó en su encuentro con Rivlin el lunes, e intentar hacer lo que hoy parece imposible: sumar nueve voluntades a su coalición para alcanzar la mayoría de 61 escaños.
Netanyahu tiene programado comenzar hoy las conversaciones con los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá y el partido de extrema derecha, Sionismo Religioso. El jueves se reunirá con Bennet en un intento por persuadirlo de no formar un gobierno con el bloque anti-Netanyahu dirigido por el presidente de Yesh Atid, Yair Lapid.
El líder de Tikvá Jadashá, Gideon Saar, que renunció al Likud para formar su propio partido en estas elecciones, no fue invitado a ninguna conversación de coalición con el primer ministro.
Netanyahu fue recibido con aplausos y gritos cuando su facción del Likud se reunió el martes por la mañana. El primer ministro señaló allí que se le dio el mandato de formar gobierno "gracias a los más de un millón de votantes que una vez más aseguraron que el Likud sigue siendo el partido más grande y gracias a los otros millones de personas que votaron a otros partidos y que quieren que yo siga liderando el país".
Hacia el final de la reunión, cuando la prensa se retiró, Netanyahu aseguró a los miembros de su facción su confianza en poder formar una coalición.
Los diputados del Likud criticaron a Rivlin por expresar sus reservas sobre la designación de Netanyahu en la responsabilidad de formar gobierno y por hacerlo sin invitar al primer ministro a la tradicional ceremonia en la residencia presidencial.
Rivlin, por su parte, decidió también omitir la foto característica que se toma en la apertura de cada nueva Knesset con los líderes de los partidos, el presidente de la Knesset, el primer ministro y el presidente del Tribunal Supremo.
"Sé que muchos piensan que el presidente no debe asignar esta responsabilidad a un candidato que enfrenta cargos penales, pero de acuerdo con la ley y la decisión de los tribunales, un primer ministro puede continuar en su cargo incluso en esta situación”, expresó Rivlin en un discurso desde su residencia en Jerusalem el lunes. "El presidente del Estado de Israel no sustituye a la legislatura ni al poder judicial", agregó.
Según los informes, el Likud planea presionar al líder del partido Sionismo Religioso, Bezalel Smotrich y al líder de Yamina, Naftali Bennett, en los próximos días para que apoyen a Netanyahu.
Smotrich dijo que se negaría a ser parte de un gobierno en el cual esté tambien el partido islamista Ra'am, cuyos cuatro escaños podrían ayudar a mantener al primer ministro en su puesto, mientras que Bennett se abstuvo de prometer lealtad a su ex aliado Netanyahu. Bennett reunió siete respaldos para formar el próximo gobierno.